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El Hipódromo de la Zarzuela frena una inversión pública de 750.000 euros en un proyecto de un exsocio de su presidente

El presidente del Hipódromo de la Zarzuela, Álvaro Gutiérrez de la Fuente.

Antonio M. Vélez

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Hipódromo de la Zarzuela ha paralizado una inversión de 750.000 euros en un restaurante cuya gestión había adjudicado a una unión de empresas (UTE) formada por personas muy cercanas al presidente de la empresa estatal, Álvaro Gutiérrez de la Fuente.

En julio de 2019, la deficitaria entidad perteneciente a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) adjudicó un contrato de arrendamiento para la reapertura del denominado Restaurante Sur a una UTE participada por el restaurador Íñigo Ramírez, íntimo amigo y exsocio del presidente del hipódromo en la empresa Spanish Racing Club 1.0 SL.

Seis meses después, el contrato no se ha formalizado y esa inversión con dinero público está paralizada, según fuentes conocedoras del proceso. Como explicación, en el sector apuntan el revuelo originado por el conflicto de interés del máximo responsable del hipódromo en esa adjudicación.

Otras fuentes indican que, con SEPI sin presidente desde octubre tras la dimisión de Vicente Fernández por su imputación en el caso Aznalcóllar, todavía no hay tomada una decisión formal, porque Hipódromo de la Zarzuela está a la espera de un nuevo plan estratégico que debería estar aprobado antes del verano y la relevante inversión que se obligaba a ejecutar según los pliegos del contrato aconseja esperar a que esa estrategia esté clara. 

El presidente del Hipódromo, que ha abogado por liberalizar las apuestas hípicas para lograr la autofinanciación de la empresa y que esta sea viable, minimizó en septiembre pasado la importancia de sus negocios previos con ese restaurador, con el que administraba una cuadra hípica en multipropiedad para participar en competiciones en Francia. La empresa llegó a facturar en 2016 más de 227.000 euros, según sus últimas cuentas disponibles en el Registro Mercantil, de 2017.

“Eso no es negocio”, dijo entonces Gutiérrez de la Fuente, que no ha querido atender a eldiario.es y que explicó en septiembre que en esa sociedad “figurábamos nosotros dos como administradores”, pero en ella “había 30 copropietarios” de caballos de carreras. Entre ellos, otro socio de la UTE que iba a gestionar el restaurante, José María Maldonado Trinchant, socio sénior del fondo de capital riesgo Bridgepoint.

De la Fuente admitió entonces que también ha tenido caballos en copropiedad con el tercer socio de la UTE, Luis Morgado, también vinculado al mundo financiero. El cuarto socio era el restaurante asiático Tse Yang.

Conflicto de interés

Gutiérrez de la Fuente, que por su cargo presidía la mesa de contratación, se ausentó en la valoración de las ofertas sometidas a juicio de valor, que representaban un 55% de la puntuación. “Es la única empresa que cumplía los requisitos; yo me abstuve y no intervengo”, dijo en septiembre el ejecutivo, que argumentó que no podía “poner una pistola delante” a sus amigos para que no optaran al concurso.

La oferta económica de la UTE adjudicataria obtuvo la máxima puntuación posible (40 puntos) e implicaba el compromiso de invertir 1.774.500 euros (más IVA) en la remodelación, acondicionamiento y decoración del inmueble, una joya arquitectónica protegida con la calificación de bien de interés cultural (BIC) en el Monte de El Pardo de Madrid que pertenece a Patrimonio Nacional.

Para acondicionar el local, otros 750.000 euros (más IVA) los debía poner el contribuyente a través de Hipódromo de la Zarzuela. La empresa, que acumula sucesivos rescates de dinero público, nunca ha ganado dinero. En 2018 perdió otros 7,94 millones arrastra más de 60 millones en pérdidas desde la reapertura del recinto. 

A cambio de explotar el restaurante, los ex socios de Gutiérrez de la Fuente debían abonar un canon anual de 200.000 euros y garantizar descuentos del 5% a los empleados del hipódromo y del 10% en eventos del recinto y de SEPI. El hipódromo adjudicó el contrato a la segunda, tras declarar desierta una primera licitación en la que pedía un canon mínimo inferior (120.000 euros/año) pero se quedaba un porcentaje de la caja mensual. Además, establecía mecanismos de control sobre la recaudación, como la garantía de “acceso permanente” a la facturación del establecimiento. Esa cláusula se eliminó.

El contrato no se publicitó en la plataforma de contratos del sector público por tratarse de una licitación ajena a la Ley de Contratos, al afectar al arrendamiento de una instalación pública para uso privado. Al proceso se presentaron dos ofertas, pero el otro licitador, Mario Sandoval (chef con dos estrellas Michelin), fue excluido por defectos de forma en la documentación y no pudo presentar su oferta económica.

Sandoval participó a través de la empresa Foodconcept Catering, SL, que recurrió sin éxito su exclusión en el Tribunal de Recursos Contractuales del Ministerio de Hacienda. Este órgano se declaró en agosto “incompetente” porque el hipódromo “no ostenta la condición de poder adjudicador, lo que determina que los contratos celebrados por esta sociedad no podrán ser objeto del recurso especial en materia de contratación”.

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