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Suiza ignora desde hace un año la orden de arresto española contra un ejecutivo de HSBC

Reclamo de una sucursal del banco HSBC.

Pedro Águeda

Habrá quien trabaje en un banco y en su tiempo libre pertenezca a una organización criminal. Pero la Audiencia Nacional cree que los hay que pertenecen a la banda organizada durante su horario laboral en la entidad. También puede ocurrir que el presunto criminal y el banco donde trabaja tengan residencia en Suiza y las autoridades del país no consideren necesario tratar al primero como tal. Hasta aquí, y presuntamente, el caso de Marc Pérez, antiguo empleado del HSBC contra el que el juez Fernando Andreu cursó el 17 de febrero de 2014 sendas órdenes, europea (OED) e internacional (OID), de detención, ante las que el tribunal español no ha tenido respuesta alguna desde entonces.

Los investigadores españoles llegaron hasta la organización de Marc Pérez tirando del hilo de la operación Emperador. El grupo de chinos a las órdenes de Gao Ping era cliente de una organización internacional de blanqueo de capitales con sede en Suiza. Según la Policía española, Pérez es el “brazo ejecutor y verdadero ingeniero financiero” de la trama liderada por el ciudadano belga François Leiser, un anciano que lleva décadas cobrando un 2 o 3% de comisión a empresarios, aristócratas y profesionales liberales de todo el mundo a cambio de ocultar sus ingresos al fisco.

Para los investigadores, el puesto ejecutivo de Pérez en el HSBC era clave para poder articular la trama. Como declaró el también otrora empleado del banco Hervé Falciani a eldiario.es, los gestores del HSBC “son parte de la operativa del blanqueo y del fraude”. Pérez es el primer empleado de un banco suizo para el que la Audiencia Nacional pide la entrega e ingreso en prisión.

El HSBC es el quinto banco del mundo en gestión de patrimonios millonarios. Su papel en la ocultación de fondos y el blanqueo de capitales le costó en 2013 una multa de Estados Unidos de 1.470 millones de euros para evitar un proceso penal por blanqueo de capitales.

Marc Pérez tiene nacionalidad suiza y es empleado de banca, una suerte de escudo ante cualquier reclamación judicial fuera de sus fronteras. Así lo sabía la policía, la Fiscalía Anticorrupción y el propio juez Fernando Andreu cuando dictó la OED y la OID contra Pérez. Los investigadores piensan que está en Suiza e interpretan el silencio de sus autoridades como un rechazo a las pretensiones españolas de entrega. Aun así, la iniciativa tiene utilidad: si Pérez pone un pie en el extranjero, solo un pasaporte falso de gran calidad le puede librar de la detención y entrega a España. Aquí le espera la prisión preventiva bajo la acusación de fraude fiscal, blanqueo de capitales y pertenencia a una organización criminal.

El rol desempeñado por Pérez en la derivada de la operación Emperador refuerza la tesis de que bancos como el HSBC no son solo la cámara que esconde los millones ganados legalmente por millonarios de diferentes países. Como ejemplo, Malka Maman Levy, alias ‘La Reina’ o ‘La Sobrina’ para la Policía española. Ella es el nexo entre Leiser y Marc Pérez y los chinos que defraudaban en España hasta 300 millones de euros anuales. Esta mujer de origen israelí actuaba como una suerte de franquicia de los primeros en España. Su trabajo consistía en actuar de nexo entre millonarios españoles con cuentas en Suiza y comerciantes chinos con muchos billetes que querían hacer llegar a su país de origen sin que el fisco español metiera las narices.

Este método, conocido como “de compensación”, era uno de los varios que utilizaba la red de Gao Ping para blanquear sus ganancias sin declarar. Los chinos le entregaban a Malka Maman las bolsas con dinero, y sus cuentas en China recibían transferencias desde las cuentas opacas de los españoles en Suiza. Así, estos ganaban una comisión y disponían de dinero en efectivo sin necesidad de reingresar el dinero a España desde el país helvético, lo que podría provocar una investigación sobre su patrimonio. Según un informe de la Unidad de Delincuencia y contra el Crimen Organizado (UDYCO) incluido en el sumario de la operación Emperador, Marc Pérez hacía posible los pagos y cobros “transfronterizos” desde su puesto en el HSBC.

Decenas de españoles con cuentas en paraísos fiscales blanquearon dinero para la red de Gao Ping a través de esta trama. Por la Audiencia Nacional han desfilado empresarios de distintos sectores y hasta tres primas del rey Juan Carlos. Son los denominados “receptores” por los investigadores, frente a los chinos, que recibían el apelativo de “donantes”. Si alguno de ellos tenía cuenta en el HSBC durante la época a la que pertenecen los datos extraídos por Falciani, se conocerá en los próximos días con la publicación de la lista que está realizando un conjunto de medios a nivel internacional y elconfidencial.com y La Sexta en España.

El banco borra su rastro

La actitud de Suiza con Pérez ya la sufre España desde hace tiempo en el caso de François Leiser, el presunto jefe de la trama internacional de blanqueo: las autoridades helvéticas se niegan a extraditarlo. Lo único que consiguieron los investigadores de la operación Emperador es que el fiscal Jean Bernard Schmid interrogara a Pérez, Leiser y François Frederic Mentha en calidad de testigos. Mentha es empleado de otro banco, el Lombard Odier, y también participó en el movimiento de fondos del extesorero del PP Luis Bárcenas.

Mientras, el HSBC ha borrado de su web cualquier rastro que le relacione con Pérez, que ya no está allí empleado.

La percepción en la Audiencia Nacional durante los últimos tiempos es que Suiza había mejorado algo su colaboración en las investigaciones por blanqueo de capitales, ya procedieran del narcotráfico, la corrupción u otro delito organizado. Sin embargo, actitudes como la mantenida con Pérez o la reciente denegación de pruebas en el caso Gürtel suponen un jarro de agua fría. En este último caso, las justicia federal suiza ha rechazado, por el momento, que los datos bancarios enviados a la Audiencia Nacional puedan ser utilizados en un juicio. Lo sorprendente es que, en su escrito, los jueces suizos hacen una valoración de los elementos de prueba e incluso respaldan el argumento del PP de que Bárcenas “actuó en detrimento” de la formación de Mariano Rajoy.

Este giro en la colaboración de Suiza coincide con el cambio en la Embajada española. En julio de 2014, el Gobierno nombró a un hombre de la total confianza de Mariano Rajoy como nuevo embajador: Bernardo de Sicart Escoda. Hasta que se mudó a Suiza, Bernardo de Sicart era el jefe de Protocolo de La Moncloa. Y durante los años de la presidencia de Aznar fue asesor de Mariano Rajoy en la vicepresidencia del Gobierno y en el Ministerio del Interior. Suiza es su primer destino como embajador.

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