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La banca reorganiza sus millonarias alianzas con aseguradoras para elevar su facturación por comisiones

Sede de Mapfre en Madrid. EFE/B.Echavarri/Archivo

Diego Larrouy

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La banca se prepara para el final de los créditos baratos. Los tipos de interés llevan meses subiendo y el BCE ya ha puesto fecha a la primera subida de tipos en 11 años. En el largo periodo en el que se han movido en el terreno negativo, la banca ha impulsado el crecimiento en otros negocios que daban mayor rentabilidad con importantes ingresos en comisiones. Una de estas actividades es la aseguradora y en los dos últimos ejercicios ha habido un vuelco en el mapa de alianzas de los bancos con sus socios en el sector de los seguros en los dos últimos años. Estos cambios han traído consigo acuerdos millonarios.

Las fusiones en CaixaBank o Unicaja y los cambios de socios en BBVA o Bankinter son algunas de las operaciones que se han producido en el sector para competir en un producto que se ha convertido en muy importante en la estrategia de los bancos de retener a clientes con múltiples productos. Los esquemas suelen ser similares. Los bancos crean sociedades para aglutinar todo su negocio de seguros y, posteriormente, venden una participación que supere el 50% a sus socios aseguradores.

Estos acuerdos suelen tener condiciones de exclusividad. De este modo, la aseguradora tiene acceso sin rival a toda la red de clientes y de oficinas del banco con el que sella la alianza para vender sus productos. El banco, por su parte, obtiene una vía de ingresos por comisiones. Además, le sirve como un producto añadido a sus servicios tradicionales como las hipotecas o las cuentas corrientes con los cuales puede acordar ahorros para los clientes en los costes que le repercute. Por ejemplo, firmar un préstamo para comprar una casa será habitualmente más barato si el seguro necesario se formaliza con la propia entidad que con otra aseguradora.

La última de estas operaciones la ha protagonizado Unicaja. Hace apenas unas semanas, el banco andaluz culminó uno de los últimos flecos de la fusión con Liberbank, que afectaba precisamente al negocio asegurador. La heredera de las antiguas cajas asturianas tenía una alianza con una aseguradora distinta a la de Unicaja, por lo que el nuevo banco ha acordado la venta de estas sociedades a Santalucía, su tradicional socio, por 318 millones de euros. Eso sí, a la entidad andaluza le quedará ahora indemnizar a Mapfre y a Aegon, los que eran socios de Liberbank por esta operación.

No es la única alianza que ha perdido Mapfre en este proceso de reorganización. La otra, de hecho, fue mucho más significativa por lo económico y por lo simbólico. La aseguradora fue el histórico socio de Caja Madrid, primero, y de Bankia, después. Incluso llegó a ser accionista de la entidad antes de ser rescatada. Cuando CaixaBank anunció la absorción de Bankia, muchos ojos se dirigieron necesariamente a Mapfre. CaixaBank tiene su propia aseguradora y además tiene otra alianza con Mutua Madrileña, por lo que no había espacio para mantener el acuerdo con Mapfre.

Desde ese momento se conoció que CaixaBank tendría que acabar indemnizando a Mapfre para romper la alianza con Bankia. Las negociaciones se prolongaron durante meses y no fue hasta finales de 2021 cuando se llegó a un acuerdo, con la intervención de una tercera parte independiente que medió para fijar un precio. Finalmente fueron 571 millones los que la entidad catalana tuvo que abonar a la aseguradora. A Mapfre esta cifra no le convenció y anunció acciones legales contra el banco para elevar el importe final de la operación.

Este mismo año se produjo otra alianza entre las principales entidades del país. Bankinter, que el pasado año separó su aseguradora Línea Directa y la sacó a Bolsa, anunció un acuerdo con Liberty Seguros para seguros de hogar y automóvil. La aseguradora se queda con el 50,01% de la sociedad que engloba esta actividad del banco. Serán estos los seguros que se comercialicen en exclusiva en la entidad que preside María Dolores Dancausa. El banco mantiene, a su vez, su alianza con Mapfre en los seguros de vida.

Santander y BBVA también han reorganizado su negocio

En estos dos años, desde que se iniciara la pandemia, otro banco que ha realizado una operación millonaria ha sido BBVA. La entidad alcanzó un acuerdo con Allianz en 2020 para vender el 50% más una acción de su filial de seguros de no vida, salvo los de salud, por 274 millones de euros. El acuerdo contemplaba otros 100 millones en función de determinados hitos. Así, Allianz se convirtió en el proveedor exclusivo de estos seguros a los clientes de BBVA en España, tanto en la red física de oficinas como en la app del banco.

En 2021 se completó la alianza entre Banco Santander y Aegon, una operación que había comenzado dos años antes. Cuando Banco Santander se hizo con Banco Popular tras su colapso en 2017, la entidad que preside Ana Botín decidió reorganizar las alianzas que tenía el antiguo banco, lo que incluía también el negocio asegurador. Así, compró a Allianz su participación en la filial aseguradora con el Popular y en 2020 formalizó la nueva sociedad, controlada ahora por Aegon. Para tomar el control, la aseguradora abonó 187 millones de euros, con un variable que puede llegar a otros 74 millones según la consecución de determinados hitos. Un año antes de la pandemia había sellado un acuerdo con Mapfre, por el que la aseguradora pagaba 82 millones de euros para distribuir sus seguros de auto y para empresas en la red de Santander.

La última ley hipotecaria, aprobada en 2019, prohíbe la venta de productos vinculados cuando se formaliza un préstamo de este tipo. Sin embargo, los bancos han ofrecido rebajas en los tipos de interés de estos créditos si el seguro de vida que ha de formalizarse se hace con la propia entidad. Algunas voces, como la asociación de consumidores Asufin, han llamado la atención sobre este hecho, ya que pese a la rebaja en el tipo de interés, puede terminar siendo una operación más costosa para el cliente que si acordase un seguro con una entidad independiente. Los seguros pertenecen al mismo grupo de negocios como los planes de pensiones o la gestión de fondos de inversión, que son las actividades en las que más ha crecido la banca y donde ha centrado su estrategia para mantener el nivel de ingresos en un contexto de bajos tipos de interés y escasa rentabilidad en los préstamos, especialmente los hipotecarios.

La mayor aseguradora del país por volumen de primas pertenece, de hecho, a un banco. Se trata de Vidacaixa, la sociedad que gestiona la mayor parte del negocio de seguros de CaixaBank. Según las estadística del ICEA para el primer trimestre del año, el centro estadístico de aseguradoras, tiene una cuota cercana al 15%. Le sigue Mapfre, que engloba los negocios que tiene bajo su propia marca y los que distribuye en sus acuerdos con Bankinter o Santander. Tiene algo más de un 11% de cuota. Mutua Madrileña, socio de CaixaBank en SegurCaixa Adeslas, es la tercera entidad del país con el 9%. Allianz y Catalana Occidente cierran los cinco principales grupos aseguradores por nivel de primas.

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