“Mi principal preocupación ahora es una recuperación a dos velocidades en Europa”, decía solo hace unos días el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, ante los caminos divergentes que va tomando la reactivación en los diferentes países de Europa. Los últimos datos de consumo confirman que Alemania y el conjunto de países conocidos como frugales (Austria, Holanda, Suecia y Dinamarca) están experimentando una recuperación más cómoda que los países del Sur. Por este motivo, la definición y aprobación del fondo de recuperación europeo alcanza mayor importancia ante las necesidades de un grupo de países.
“La respuesta del consumo es una variable clave para determinar el perfil y la intensidad de la recuperación”, explican en su informe de julio el equipo de estrategias de mercado de Banca March. Con la apertura de los comercios se empieza a divisar qué países son los más perjudicados y cuáles están saliendo mejor de la crisis. Por ejemplo, el volumen de ventas del comercio minorista de la zona euro experimentó en mayo un incremento mensual récord del 17,8%, después de haber caído un 12,1% en abril y un 10,6% en marzo, según los datos publicados por Eurostat.
Ahora bien, aunque España experimentaba una subida del 18% en mayo respecto al mes anterior, muy por delante del crecimiento del consumo de países como Alemania (13,9%), Holanda (8,9%) o Dinamarca (8,9%), la realidad es que nuestro país está entre los tres con mayor retroceso en la venta de productos con una caída del 17,9% en comparación con mayo de 2019, mientras que los incrementos más significativos se observaron en Alemania (7,2%), Dinamarca (6,6%) y Austria (4,8%).
“Estas cifras de ventas en mayo por país muestran una distinción entre dos ámbitos: los países que han visto que las ventas se recuperan por encima de los niveles anteriores a la llegada del coronavirus y los que todavía tienen las ventas por debajo. Casi todos los países han experimentos incrementos, pero la diferencia de niveles es reveladora. Alemania, los Países Bajos, Austria y Finlandia - países con cierres más suaves - vieron que sus ventas en mayo se equiparan a las de enero y febrero. Francia, España, Irlanda y Portugal todavía no han llegado”, explica Bert Colijn, economista especializado en la Eurozona de ING.
A las buenas cifras de consumo se une el crecimiento de la producción industrial. El director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas, Raymond Torres, destaca que “los atisbos de recuperación que habían surgido tras el periodo de confinamiento se están afianzando. La actividad industrial rebota con más intensidad de lo previsto, según el principal indicador de coyuntura para junio. También se percibe una notable mejoría en los servicios, algo sorprendente ya que se trata del sector más castigado por las medidas de restricción de actividad y de movilidad. El Índice General de Producción Industrial (IPI), corregido de estacionalidad y calendario, subió un 14,7% en mayo en relación al mes anterior después de dos meses de fuertes retrocesos mensuales, según informó el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta subida rompe una tendencia de con las caídas mensuales del 22,1% y del 13,6% registradas en abril y marzo, respectivamente. El mayor dinamismo mensual de la producción en mayo se produjo precisamente en la industria de bienes de consumo duradero y en la de bienes de equipo, sectores que más sufrieron la parálisis en abril.
Sin embargo, todos los analistas confirman que la recuperación será lenta. Tras el fuerte ajuste a la baja del consumo privado en marzo y abril se esperaba un efecto rebote, pero hay economistas que empiezan a dudar de que este impulso tenga continuidad. Los economistas de Banca March apuntan que “a partir del verano se verá un periodo de largo crecimiento pero por debajo de los niveles anteriores”. Estos expertos argumentan esta ralentización del consumo por tres factores: “Los temores a nuevos contagios frenarán algunas decisiones de gasto de las familias” y porque mucho del consumo que se ha pospuesto “no será recuperable, ya que el 40% del consumo habitual se realiza en transporte, entretenimiento y alimentos, bienes que difícilmente verán incrementados su demanda”, y porque “la mitad del consumo” está concentrada en las rentas más elevadas.
Entre los factores de demanda, que contribuyen a un 48% de la caída del PIB en el conjunto del año, BBVA destaca la aportación negativa de las perturbaciones de consumo privado y de la demanda de viviendas. Según las cifras de Eurostat, el consumo se va recuperando aunque no a la velocidad necesaria y se puede ralentizar en el futuro, pero en el tema inmobiliario la contracción es enorme. La compraventa de viviendas inscritas en mayo de este año se situó en las 21.678 transacciones, lo que supone un desplome del 53,1% en comparación con el mismo periodo del año anterior debido al efecto del confinamiento por la pandemia, según la estadística registral inmobiliaria del Colegio de Registradores. Las compraventas totales de inmuebles pasaron de las 93.979 de 2019 a las 38.537 de este año, lo que supone una caída del 59%, el mayor descenso en un mes de la serie histórica. El peso inmobiliario en la economía española complica los impulsos para la recuperación económica de España.
De esta manera, el camino de la recuperación para la economía española “será largo y desigual, porque si bien una parte de la economía repunta, la otra se enfrenta al riesgo de insolvencia”, según apunta el director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas.
Necesario fondo europeo de reconstrucción
Dos elementos que pueden apuntalar la recuperación de la economía española serán la consecución de la Presidencia del Eurogrupo por parte de la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, y la negociación del fondo de reconstrucción de la Comisión Europea. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia conjunta con el primer ministro de Portugal, António Costa, ha declarado este lunes que es necesario que en el mes de julio se concrete el fondo de reconstrucción, aunque ha admitido que será “una negociación difícil” ante la posición de los frugales, precisamente los países que están viendo como se recuperan más fácilmente de la crisis.
Los últimos movimientos del presidente del Consejo europeo, Charles Michel, en sus encuentros para preparar la reunión de la negociación del fondo han ido en la línea de convencer a los frugales mediante una reducción del presupuesto de la UE para el periodo 2021-2027, mantener la rebaja en la contribución nacional de los países más ricos al Marco Financiero Plurianual y adelantar antes de 2028 el periodo en el que la UE devolverá la deuda emitida para financiar la recuperación.
Aunque son medidas que exigen los países del Norte de Europa, la gran discusión está en si se mantienen las ayudas de 750.000 millones de euros, con 500.000 millones en trasferencias y 250.000 millones en préstamos, una proporción que los frugales quieren rebajar completamente las transferencias y que sean todo créditos. También está la gran divergencia de la condicionalidad, donde los frugales pide la reactivación de la senda de reducción del déficit y la deuda, mientras que Pedro Sánchez vincula esas condiciones a la transición ecológica, digital y a la capacitación del capital humano.