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Bruselas arrastra los pies con el tope al precio del gas

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la cumbre de Praga, el 7 de octubre de 2022.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Está en juego es el futuro de una economía de 17,3 billones de euros. La crisis energética amenaza con empujar a la UE a la recesión, a medida que las empresas y los consumidores se tambalean por las altas facturas de la luz y el gas. Los líderes de la UE han pedido hace dos semanas en Praga que la Comisión Europea presente propuestas concretas para intervenir en el precio del gas. Y, una vez, Bruselas se resiste.

El Ejecutivo comunitario se escuda en que está tratando de equilibrar las diferentes posiciones de los 27, donde la poderosa Alemania es la más contraria a poner un tope al precio del gas, y en las consecuencias de intervenir en el mercado. Pero más de la mitad de los 27 estados miembros de la UE han pedido por escrito limitar los precios del gas, y son las directrices que ha recibido la Comisión desde finales de julio por parte de los Gobiernos de la UE. Incluso la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, ha venido anunciando que estaba dispuesta a intervenir en los precios del gas, pero a la hora de la verdad no se traslada a las propuestas concretas.

España: “Muy por debajo de las expectativas”

El Gobierno español lo tiene claro. La vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha declarado: “Son propuestas que siguen dejando una sensación de que no estamos actuando a la velocidad y con la intensidad que se requiere. Nosotros preferimos que se proponga un modelo de indicador de referencia para los precios del gas que sustituya a la referencia utilizada por antonomasia, que es el TTF holandés, y no que se diga que se van a estudiar referencias. De hecho, hay un número creciente de Estados miembros que le piden a la Comisión que regule esa solución ibérica para el conjunto de la Unión, y todavía no hay nada en el texto que ha planteado la Comisión”.

Según Ribera, “de nuevo hay falta concreción. Aunque se está avanzando a una velocidad insólita en los parámetros habituales de la Unión Europea, estamos lejos de poder identificar con claridad las soluciones que puedan mantenerse a lo largo del tiempo. Además, es fundamental que la demanda de flexibilidad y de solidaridad con aquellos Estados miembros que se ven más afectados [como Alemania] y que tienen más difícil el acceso físico a la materia prima energética, al gas natural, se haga respetando la capacidad que tenemos otros Estados miembros para mantenernos en esa trayectoria de transformación de nuestro modelo, sin que se nos impongan obligaciones que no benefician a nadie y que dificultan nuestro propio recorrido. Seguimos avanzando, pero a nuestro juicio todavía muy por debajo de las expectativas que había suscitado el discurso de la presidenta de la Comisión en el Parlamento Europeo hace apenas 15 días, o en los mensajes que venimos escuchando en el Consejo de ministros de Energía, tres desde que se acabó el mes de agosto, en esta misma dirección”.

Ribera, además, expresa el lamento de tener que arrastrar a la Comisión Europea a tomar decisiones en una situación tan crítica: “Mientras tanto, lo que está ocurriendo, que no es mala cosa, pero es una segunda mejor opción, es que los Estados miembros intentamos hablar entre nosotros para ir facilitándole la tarea a la Comisión, elevando propuestas compartidas entre distintos gobiernos. Nos gustaría que hubiera una mayor capacidad por parte de la Comisión para anticipar esas propuestas”.

De acuerdo con la comunicación del Ejecutivo comunitario, “la Comisión desarrollará con los Estados miembros formas de limitar el impacto de los altos precios del gas en los precios de la electricidad. La introducción de un precio tope para el gas que se utiliza para la generación de electricidad ha hecho bajar los precios en España y Portugal. Merece ser considerado para su introducción a nivel de la UE, si bien algunas preguntas abiertas pueden ser abordadas satisfactoriamente. Los Estados miembros son diversos en lo que respecta a sus combinaciones de energía, conexiones y sistemas de energía. Es necesario diseñar una solución que funcione para todos ellos y que evite el aumento del consumo de gas, aborde el impacto financiero desigual entre los Estados miembros y gestione los flujos más allá de las fronteras de la UE”.

Además, Bruselas afirma que “apoya el nuevo grupo de trabajo creado por ACER [Agencia de la Unión Europea para la Cooperación de los Reguladores de la Energía] y la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), junto con los supervisores nacionales de los mercados energéticos y financieros, para seguir de cerca la evolución del mercado energético. Esta acción conjunta ayudará a rastrear los patrones y la dinámica comercial en los diversos segmentos de los mercados de gas y electricidad. Reforzará la vigilancia del mercado y cualquier acción necesaria por parte de los supervisores del mercado”.

Bruselas ha presentado este martes un nuevo paquete de emergencia, en el que dice apostar por medidas para reforzar la solidaridad entre los Estados miembros, además de proponer medidas para evitar picos extremos de precios de la energía por medio de las compras conjuntas como palanca en las negociaciones con los proveedores, como Noruega y EEUU.

Nuevo índice de precios

Además, la Comisión Europea propone crear un índice “complementario” para el gas natural licuado para reflejar mejor la realidad energética tras un corte de suministros de Rusia, que estaría listo en primavera. Y, en estos seis meses, la Comisión Europea quiere tener la capacidad de proponer un límite de precio dinámico en el TTF, pero solo como último recurso y en ciertas circunstancias.

El TTF holandés es el principal punto de referencia para todo el gas comercializado en el continente, y esa banda de precios dinámica podría usarse mientras se desarrolla el nuevo índice del gas natural licuado, con el fin de evitar aumentos de precios y la especulación. La medida necesitaría la aprobación de los 27 y sería válido por no más de tres meses.

“La cuestión del rango de precios es parte de lo que tendrá que resolverse”, explican fuentes comunitarias: “Éste es un procedimiento de dos pasos en el mecanismo de corrección del mercado. Lo que hacemos aquí es proponer al Consejo [los Gobiernos] que acuerde los principios básicos. Y luego, sobre esa base, trabajaríamos en el mecanismo y haríamos una propuesta sobre ese mecanismo: ésta es una de las cosas que tendrían que resolverse. Sería un mecanismo de corrección que se aplicaría a las transacciones que caen bajo el TTF, y también podría aplicarse a otros índices en toda la UE. Tenemos por delante un invierno lleno de desafíos y debemos asegurarnos de tener un mecanismo estabilizador que nos ayude a pasar el invierno, no solo en correcciones momentáneas, sino en una corrección de los episodios generales de precios excesivos del gas en el mercado”.

Según fuentes comunitarias, “en cuanto a la cuestión de la posible subvención del gas para la generación de energía, que de hecho se ha debatido, incluso en el Consejo Europeo y que se ha introducido en la Península Ibérica como una medida nacional , y estamos listos para discutirlo y explorar la viabilidad de hacerlo a nivel europeo. Pero tenemos sobre ese mecanismo una serie de preguntas abiertas, cuestiones que requieren más investigación, más análisis. Y continuamos recopilando datos y haciéndolo para tener una comprensión clara de este subsidio. ¿Cuáles son los riesgos de que aumente la demanda? Debemos asegurarnos de que analizamos esto cuidadosamente para que cuando se presente una propuesta, si se presenta, estemos seguros de que es sólida”.

Bruselas espera que las evaluaciones de precios de ACER se harán públicas “dentro de las dos semanas posteriores al inicio de ese trabajo”. Y, a partir de ahí, “habrá una herramienta de corrección del mercado, y eso es, de hecho, un segundo paso. Necesitamos que el Consejo adopte la regulación, pero estamos listos”.

Así, la Comisión está solicitando un mandato del Consejo para crear un mecanismo de corrección del mercado del gas en condiciones específicas. El reglamento facultaría a la Comisión para proponer una medida para establecer un precio dinámico máximo al que pueden tener lugar transacciones en el mercado al contado de gas natural en el Title Transfer Facility (TTF). Según la propuesta, otros centros de comercio de gas de la Unión pueden vincularse al precio al contado TTF corregido a través de un corredor de precios dinámico. “La medida debe permitir el comercio extrabursátil de gas, no afectar a la seguridad del suministro de gas de la UE ni a los flujos dentro de la UE, no dar lugar a un aumento del consumo de gas y no afectar a la estabilidad y el funcionamiento ordenado de los mercados de derivados energéticos (futuros)”, dice Bruselas.

El plan de la Comisión será discutido por los líderes de la UE en una cumbre el 20 y 21 de octubre en Bruselas, donde los líderes respaldarán seguramente ese “corredor dinámico temporal de precios del gas natural” mientras se crea un nuevo índice del gas natural licuado, así como las compras conjuntas de gas.

“El Consejo Europeo del jueves y viernes tendrá energía en la agenda y la expectativa es que habrá una discusión estratégica porque ese es el papel de los líderes, no una discusión técnica sobre un subpárrafo”, relatan fuentes comunitarias: “Luego, la semana que viene, el martes 25, se llevará a cabo un Consejo de Energía en Luxemburgo, y eso dará una primera discusión entre los ministros de Energía, en la que esperamos profundizar en algunos de los detalles para orientar el proceso posterior. Y luego estamos trabajando en estrecha colaboración con la presidencia checa para lograr que esto se adopte lo más rápido posible. Siempre es difícil especular sobre el momento, pero vamos a necesitar que esto se adopte con bastante rapidez para que esté listo para el invierno”.

El reglamento propuesto este martes por la Comisión Europea también “tiene por objeto reducir la volatilidad de los precios exigiendo que los centros de negociación establezcan un nuevo mecanismo temporal de gestión de la volatilidad intradiaria (disyuntor) destinado a limitar los grandes movimientos de precios en los mercados de derivados de la electricidad y el gas dentro del mismo día de negociación. Para garantizar condiciones uniformes, la Comisión Europea busca un mandato para especificar determinados elementos técnicos de esta medida temporal en un acto de ejecución, mientras que las autoridades nacionales competentes se encargarían de supervisar su ejecución. La ESMA se encargará de coordinar la aplicación de este mecanismo, sobre la base de los informes presentados periódicamente por las autoridades nacionales competentes. Para garantizar que el nuevo mecanismo se adapte bien a las características específicas de los contratos de derivados afectados, los centros de negociación deben tener la libertad de aplicar límites de volatilidad específicos del contrato respetando los requisitos establecidos por la ley”.

Plataforma común de compra

La plataforma común de compra va de la mano de las reservas de gas. Si los suministros de almacenamiento se agotan al final de este invierno, alcanzar el objetivo del 90% para noviembre de 2023 puede ser más difícil el próximo invierno. Así, el plan sería obligar a los Estados miembros a comprar conjuntamente suficiente gas para representar al menos el 15% de su almacenamiento y permitir que las empresas formen un consorcio europeo para negociar contratos a largo plazo. Las fuentes de suministro rusas quedarían excluidas de la participación.

Para evitar apagones y racionamientos en invierno, la UE ya ha acordado un objetivo voluntario de reducción del consumo de gas del 15%, con la opción de ser obligatorio en caso de emergencia, o incluso revisar los objetivos si las medidas actuales resultan insuficientes.

El paquete también ofrecerá herramientas para que los Estados miembros utilicen la ayuda estatal para mitigar el impacto de la crisis de alta energía en las empresas y los hogares, y se ofrece a los Estados miembros la posibilidad de utilizar unos 40.000 millones de los fondos de cohesión.

“Se suele hacer la distinción entre compra de energía y cambio estructural”, explican fuentes comunitarias, “y creo que debemos, de alguna manera, hacer que los dos converjan porque algunos de los mecanismos por los cuales podemos garantizar los suministros tienen que ver con los cambios estructurales en nuestros sistemas energéticos que son necesarios. Y algunos de ellos se pueden hacer con bastante rapidez. Hemos visto desde principios de año una aceleración de la inversión en renovables, hay muy buenas razones de precio para hacerlo y de seguridad. Debemos actuar de emergencia y con sentido estructural, alineado con los objetivos estratégicos a largo plazo de los cambios que son necesarios: aislamiento de casas, aislamiento de edificios públicos, instalación de energía fotovoltaica en edificios públicos... Son solo ejemplos de inversiones de naturaleza estructural, pero que también sirven a nuestros objetivos de emergencia”.

Para impulsar la liquidez en los mercados energéticos, la comisión propondrá aumentar el umbral de compensación para las contrapartes no financieras a 4.000 millones de euros y ampliar la lista de activos elegibles que podrían utilizarse como garantía durante un año.

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