Bruselas intenta atajar el fraude de 121.000 millones anuales en importaciones de productos falsificados

La unión aduanera es uno de los pilares de la UE, a través de la libertad de bienes y mercancías en el interior de las fronteras comunitarias. Este lunes el comisario de Finanzas, Paolo Gentiloni, ha presentado un plan de acción para mejorar esa unión aduanera. Y, entre las medidas, se incluyen algunas para atajar “el fraude aduanero”, que “cubre una amplia gama de actividades ilegales”. Es decir, “no solo se trata de la evasión de derechos de aduana y impuestos, sino también de la elusión de restricciones y prohibiciones de importación y exportación, contrabando,, declaraciones de origen falsas, etc”.

El Ejecutivo comunitario recuerda que el servicio de lucha contra el fraude de la Comisión (OLAF), recomendó la recuperación de más de 2.700 millones de euros en derechos de aduana no pagados tras casos de problemas de valoración aduanera entre 2017-2019. La OLAF también recomendó la recuperación de alrededor de 300 millones en los sectores de paneles solares, biodiésel durante el mismo período por problemas de dumping.

“El aumento del comercio electrónico corre el riesgo de agravar este problema”, dice Bruselas: “Las estimaciones sitúan el valor anual de los productos falsificados importados en la UE en 121.000 millones de euros, lo que representa el 6,8% de las importaciones de la UE de terceros países. La Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) calcula que los productos falsificados suponen más de 400.000 puestos de trabajo perdidos, 83.000 millones de euros en ventas perdidas y 15.000 millones en ingresos fiscales perdidos”.

Para ello, la Comisión Europea quiere “un nuevo sistema para brindar a las aduanas más datos y mejores herramientas para analizarlos, fortalecer la gestión de riesgos aduaneros, brindar acceso aduanero a los datos proporcionados por los proveedores de servicios de pago y las plataformas online, reforzando la cooperación entre las autoridades aduaneras y de vigilancia del mercado para prevenir la entrada de mercancías peligrosas o no conformes a los parámetros de la UE”. Así, la Comisión Europea pretende mejorar “el cumplimiento por parte de los comerciantes, reevaluando y, si es necesario, reforzando las normas de la UE sobre cooperación con los Estados miembros para combatir el fraude aduanero; fortalecer la cooperación internacional para alinear mejor los aspectos internos y externos del trabajo”.

En cuanto a la gestión de riesgos, el plan de acción se centra en garantizar una mayor disponibilidad y uso y análisis de datos para fines aduaneros: “Una supervisión inteligente y basada en riesgos de las cadenas de suministro y el establecimiento de un nuevo centro de análisis dentro de la Comisión para recopilar, analizar y compartir datos aduaneros que puedan informar de decisiones críticas, ayudar a las autoridades aduaneras a identificar puntos débiles en las fronteras exteriores de la UE y gestionar futuras crisis”. En relación con el comercio electrónico, “se fortalecerán las obligaciones de los proveedores de servicios de pago y las plataformas de venta online para ayudar a combatir el fraude aduanero y fiscal”.

Bruselas también quiere impulsar la ventanilla única, que “facilitará que las empresas completen sus trámites fronterizos en un solo portal, y permitirá un procesamiento e intercambio de información más colaborativo, así como una mejor evaluación de riesgos para las autoridades aduaneras”.

Y en relación con las autoridades aduaneras, el plan de acción de la Comisión Europea “detalla el despliegue de equipos aduaneros modernos y fiables en el próximo presupuesto de la UE”. Además, Bruselas quiere montar “un nuevo grupo de reflexión formado por representantes de los Estados miembros y empresas para ayudar a prepararse para futuras crisis y desafíos”.