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La cancelación del Mobile desata una guerra entre operadoras, organización y aseguradoras por quién paga la factura

Rueda de prensa de responsables de los organizadores del MWC y la alcaldesa de Barcelona

Marina Estévez Torreblanca

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Cancelado el Mobile World Congress (MWC), empieza el conflicto entre operadoras, organización –que al mismo tiempo está formada por las principales empresas de telecomunicaciones del mundo– y aseguradoras para discernir a quién le toca asumir las pérdidas y las eventuales indemnizaciones, una factura que podría ascender a varias decenas de millones de euros.

Estos días han empezado a aparecer todo tipo de especulaciones que restan credibilidad a las razones sanitarias y sugieren que motivos políticos estarían detrás de la decisión de la GSMA de no celebrar el evento y de las operadoras que fueron anunciando su ausencia en los días previos. Entre otras cosas, se basan en que empresas como Sony, Cisco e Intel, que se retiraron del Mobile World Congress de Barcelona, sí han acudido a una feria de imagen y sonido en Ámsterdam. Otras, como LG, se han abstenido de asistir a ambas citas.

Las declaraciones de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, negando que la cancelación de debiera a una alerta sanitaria y dejando caer que “hay otras razones” sin especificar han alimentado la espiral de teorías conspirativas. 

Aunque las fuentes consultadas en las operadoras expresan su sorpresa y dicen no compartir las interpretaciones que apuntan a una supuesta incidencia del independentismo, de la 'tasa Google' o de las acciones de la alcaldía de Barcelona en todo este embrollo, sí admiten que entre las compañías afectadas se comenta la posibilidad de que a las empresas estadounidenses les pudiera interesar un daño reputacional de China o incluso de Europa.

Respecto al motivo por el que este miércoles a mediodía hubo informaciones que señalaban que el Congreso seguía adelante y pocas horas más tarde se descartara, las fuentes consultadas consideran que en un primer momento hubo un malentendido informativo y que en realidad fue prematuro que se publicara la intención de mantener la cita.

Una importante operadora de telecomunicaciones explica, con condición de anonimato, que a España le convenía la celebración del evento y que había muchos meses de trabajo y dinero invertido, además del que se esperaba poder ganar con las reuniones discretas programadas entre ejecutivos.

La baja de Ericsson

Sin embargo, otras fuentes del sector tecnológico señalan que cuando Ericsson anunció que se caía de la convención de Barcelona, momento considerado clave por diferentes partes consultadas, lanzaron una voz de alarma al Gobierno español que, a juicio de estas fuentes, no fue atendida como se debía, ya que no se hicieron los esfuerzos diplomáticos necesarios para asegurar el mantenimiento del MWC.  

eldiario.es ha tenido acceso a los correos electrónicos que la organizadora GSMA fue enviando a las empresas participantes durante los días anteriores y hay un cambio sustancial en las comunicaciones sobre el coronavirus a partir del abandono de Ericsson. El 7 de febrero la organización explicaba en un mensaje a las compañías que “lamenta la decisión de Ericsson de no asistir al MWC de Barcelona este año, ya que es un actor importante en nuestro ecosistema. Respetamos su decisión y nos tranquiliza su compromiso de que estarán en el MWC Barcelona 2021”.

En el mismo mensaje la organización explicaba que estaba en continuo contacto con las autoridades sanitarias españolas, regionales y locales y recordaba a las compañías las recomendaciones de la OMS de “respetar las restricciones de viaje cuando existan, además de llegar con antelación a España para dar tiempo a la autocuarentena, garantizar el acceso a las máscaras y sustituir a los asistentes de los países de alto riesgo por colegas y representantes locales con sede en Europa”.

Dos días después, el nueve de febrero, el goteo de bajas ya era imparable. En otro correo dirigido a las empresas participantes, John Hoffman, consejero delegado de GSMA, apunta: “Sé que el coronavirus ha creado trastornos, en particular para los expositores y asistentes de todo el mundo, incluyendo los que históricamente han asistido desde China. Nuestra solidaridad va a todos los afectados. Estamos agradecidos por las medidas preventivas que nuestros expositores chinos han puesto en marcha, especialmente ZTE y Huawei. Hoy, la GSMA avanza según lo previsto y acogerá el MWC de Barcelona del 24 al 27 de febrero de 2020. Aunque la GSMA confirma que algunos grandes expositores han decidido no venir a la feria este año y que otros aún están decidiendo sus próximos pasos, seguimos siendo más de 2.800 expositores”. 

Este mensaje llegaba acompañado por nuevas medidas sanitarias de seguridad como que “no se permitirá el acceso al evento a todos los viajeros de la provincia de Hubai, todos los viajeros que hayan estado en China deberán demostrar que han estado fuera de China 14 días antes del evento (mediante su pasaporte o certificado de salud), se implementará un control de temperatura y los asistentes deberán autocertificar que no han estado en contacto con nadie infectado”. En el correo se incluyen nuevas declaraciones de los responsables sanitarios de las administraciones catalana y española negando que Catalunya sea una zona de riesgo para la epidemia. A pesar de ello, las bajas no pararon y tres días después los organizadores cancelaron el evento. 

El motivo para cancelar la asistencia debe buscarse, a juicio de otra fuente anónima, en que cuando una importante empresa alega que protegerá a sus empleados no enviándoles a esta cita –entre las primeras que cancelaron estuvieron LG y Amazon–, de algún modo obliga a otras similares a tomar esta misma decisión para no ser acusadas de arriesgar la salud de sus trabajadores, tanto por imagen interna como externa, de reputación. Por otra parte, una vez que las principales empresas habían anunciado su ausencia, acudir al evento dejaba de ser tan interesante económicamente para el resto.

“Empresas tractoras”

Pedro García Oliva, jefe de marketing de Galgus, una empresa sevillana que desarrolla un software que mejora el rendimiento del wifi, explica que las grandes empresas que se dieron de baja como Ericsson, Vodafone, Amazon, Sony o Facebook son “tractoras de muchas compañías”. “Para firmas como la nuestra es una oportunidad participar en el MWC porque te codeas con las principales compañías del mundo. Pero si faltan estas empresas tractoras, estamos en una feria como tantas otras”, explica.

Galgus es una de las 50 empresas que participaban en el pabellón de España que gestiona el ente público Red.es. “Es un sitio privilegiado para las empresas porque está muy bien situado y ante el stand pasa muchísima gente”, recalca el directivo de la empresa tecnológica.

García Oliva solo se explica la cancelación por una “bola de miedo” que ha contagiado a las empresas, “pero que realmente no tiene fundamentos”. “Solo hay dos casos en España y son de personas que han llegado de fuera y están totalmente controlados. Nosotros íbamos a acudir seguro. Hay otras teorías de la conspiración como que Estados Unidos que ha empujado la cancelación para entorpecer el desarrollo de las compañías chinas, pero son poco creíbles”.   

La realidad es que si se hubiera producido un contagio, las reclamaciones no se hubieran hecho esperar. Cada compañía que decidió anunciar su ausencia del principal evento mundial de la telefonía móvil vivió un intenso debate previo. La inversión realizada ya para acudir era de “varios millones”, cientos en conjunto, que ahora nadie sabe quién debe asumir como pérdidas. De hecho, fuentes del sector explican que las partes están leyendo la letra pequeña de los contratos y que los departamentos legales están en ebullición para saber a qué parte corresponde cargar con las pérdidas tanto de lo pagado por reservas de avión –de trabajadores y de invitados– como de habitaciones de hotel, montaje de stands o del alquiler del espacio destinado a los mismos, que en algunas localizaciones ascendía a varios miles de euros el metro cuadrado. 

Se añaden también las posibles indemnizaciones que reclamarán a GSMA las más de 2.000 empresas que no habían cancelado su presencia. La organización este jueves ha insistido en que la situación era de “fuerza mayor” y que no era posible celebrar el congreso de telefonía móvil más importante del mundo. “Nos hemos visto forzados a tomar esta decisión”, han insistido.

Según fuentes de una de las operadoras que participaban en el evento, lo que habría convenido a la GSMA es que el Ministerio de Sanidad hubiera declarado la alerta sanitaria, al igual que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, este mismo jueves el ministro Salvador Illa ha señalado en Bruselas que, aunque respeta la decisión de cancelar el Mobile World Congress, “en base al criterio de expertos y seguimiento diario que estamos haciendo, no hay ninguna razón de salud pública” que lo justifique. En ese sentido, el ministro ha reiterado que no hay razones para la alerta sanitaria en el país en estos momentos.

“Enemigo público número uno para toda la humanidad”

Otra fuente del sector tecnológico que pide mantenerse en el anonimato apunta que el hecho de que la OMS declarara al coronavirus “el enemigo público número uno para toda la humanidad” al mismo tiempo que mantenía la emergencia sanitaria internacional supuso la puntilla final para desbloquear la negociación y confirmar la cancelación del Mobile.  

Ahora, la “pelea” sobre quién paga las facturas debe afrontarse con la delicadeza propia de un evento con vocación de continuidad y que, en principio, se celebrará el año que viene en Barcelona con normalidad. “GSMA tiene que jugar de forma que todo el mundo quede satisfecho y se asegure la continuidad de la feria”, afirman estas fuentes.

Otra importante operadora que tampoco quiere aparecer con su nombre desdeña las interpretaciones relativas a política interna española y espera que las discusiones sobre el tema se aplaquen cuanto antes. “El ruido no ayuda y este evento se va a seguir celebrando en España”, confían. La compañía tecnológica china Huawei ha mostrado también su apoyo a Barcelona como sede del evento en próximas ediciones.

Por el momento, INESE, una web de referencia del sector asegurador en España que pertenece a la empresa cotizada británica Wilmington PLC, ha dado la noticia de que los organizadores del MWC rechazaron suscribir la cobertura de pandemia que les ofreció la aseguradora Willis Towers Watson. Expertos de esta compañía explican en la citada información que el coste de haber suscrito esta cobertura no era alto teniendo en cuenta el conjunto del precio del seguro del evento.

“Para activar la póliza, la causa de la cancelación debe estar justificada y, por tanto, es necesario que un organismo oficial o una autoridad competente, en el caso de causas médicas, por ejemplo, ordene, o al menos recomiende, la no celebración, la imposición de cuarentenas que den lugar a la no celebración, restricciones en el movimiento de personas que también afecten a la celebración del evento o cualquier otra indicación u orden que suponga que este no se lleve a cabo. Si no se dan estas circunstancias, el simple hecho de que determinados asistentes o participantes decidan no acudir al evento por decisión propia no sería suficiente para activar la póliza”, señalan. Es posible que el asunto acabe dirimiéndose en los tribunales.

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