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España casi duplicó el crecimiento económico de la eurozona en el segundo trimestre

El presidente, Pedro Sánchez, y las vicepresidentes primera y segunda, Nadia Calviño y Yolanda Díaz.

Daniel Yebra / Cristina G. Bolinches

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España prácticamente duplicó el crecimiento económico de la eurozona en el segundo trimestre. Eurostat dejó este miércoles el incremento del PIB del conjunto de países que comparten el euro en el 0,6%, una décima menos del dato adelantado, frente al 1,1% que aumentó la actividad en nuestro país entre abril y junio, respecto al primer trimestre.

Este ritmo de crecimiento solo fue superado por Holanda (2,6%), Rumania (2,1%) y Suecia (1,4%), gracias al positivo comportamiento de la demanda de los hogares. El consumo privado se incrementó un 3,6% en el segundo trimestre, pese al golpe que supone la inflación, que en julio estableció otro récord de esta crisis de energética, al subir hasta el 10,8%.

Tras la publicación del dato del crecimiento de España por parte del INE, el 29 de julio, fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos señalaron que “los datos presentados ponen de manifiesto la solidez de la economía española en un contexto marcado por la incertidumbre por la guerra de Rusia en Ucrania y las consecuencias económicas globales, así como la eficacia de las medidas de política económica para reducir los efectos de la inflación y sostener las rentas de las familias y el tejido productivo, y los efectos positivos del Plan de Recuperación para mantener el dinamismo de las inversiones”.

Recuperación del consumo

“El mayor dinamismo [en España] procedió principalmente de la fuerte reactivación del consumo privado (incremento del 3,2% intertrimestral) tras la caída que registraba en el trimestre anterior (−2,0%), lastrado por la sexta ola de COVID, el estallido de la guerra y la huelga de transportistas. Asimismo, destaca positivamente el avance de los ingresos por turismo (+29,3%), que ya superan en un 8% el nivel del mismo trimestre de 2019. El aspecto más negativo es la contracción de la inversión en maquinaria (−6,9%), que se ha podido ver afectada negativamente por el aumento de la incertidumbre y los problemas de suministros”, observa Javier García Arenas, economista de Caixabank Research.

“El notable crecimiento del PIB en el segundo trimestre constituye un soporte para que en el conjunto de 2022 el PIB supere ampliamente el 4%, pese a que las perspectivas para la segunda parte del año se están viendo ensombrecidas por el repunte de la inflación, la crisis energética, las subidas de tipos de interés y el empeoramiento de los indicadores de confianza”, añade.



Las cifras ofrecidas este miércoles por Eurostat sirven para reforzar este análisis y coinciden con las expectativas de que nuestro país lidere el crecimiento económico al cierre de año entre los grandes países de la eurozona.

Unas previsiones que no tapan que un escenario de recesión en dominó del norte al sur de la UE haya ganado peso tras los últimos datos económicos, por la asfixiante subida de los precios mes tras mes, el fin de la era de tipos de interés mínimos, que viene elevando los costes de financiación a empresas y familias; y por la perturbación y la incertidumbre general que supone la invasión rusa de Ucrania, en concreto sobre las materias primas energéticas e industriales.



Según se acerca el otoño, durante el que se teme que la UE sufra escasez de gas y que el petróleo siga disparado, la probabilidad de una contracción de la actividad en los próximos trimestres aumenta, aunque la salida de la pandemia mantenga el fondo de la recuperación. Una reconstrucción económica tras el shock del COVID favorecida por planes y estímulos históricos, continuados ahora por las medidas de choque en respuesta a la guerra y a la crisis energética. Esta se basa principalmente en la explosión de demanda con el fin de las restricciones, el buen momento del mercado de trabajo y las inversiones públicas y privadas.

Alemania es el socio más frágil

En este riesgo de recesión y efecto dominó, Alemania es el socio más frágil, por distintas razones, como son su mayor dependencia del gas ruso o el ciclo más adelantado de su recuperación de la crisis de la COVID-19. Mientras, España aparece como la última ficha que caería ante la primera temporada turística completa desde 2019.

La última revisión a la baja de las previsiones de la Comisión Europea coinciden con este análisis y mantienen a España como el país, entre los más grandes de la UE, que más crecerá en 2022 y en 2023, y son similares a las de las principales instituciones nacionales, como el Gobierno, la AIReF o el Banco de España. Sin embargo, el crecimiento de la actividad por debajo del 3% en 2023 aleja el objetivo de recuperar el PIB pre COVID hasta 2024. Y estas expectativas no excluyen la probabilidad de una recesión técnica (dos trimestres consecutivos de caída del PIB), como la que ya sufre Estados Unidos.

“Se espera que Alemania o Italia tengan un crecimiento inferior al 1% el próximo año, una tasa anual que sugiere la posibilidad de uno o varios trimestres de recesión”, comenta Chris Iggo, experto de Axa Investment Managers.

España tiene en la temporada turística de este verano, la primera con solo algunos estertores de las restricciones por la COVID desde 2019, una fuente de crecimiento diferencial frente a las economías del norte de Europa. De hecho, el índice PMI del sector servicios del mes de julio, publicado a principios de agosto, siguió apuntando a una expansión de la actividad, al contrario que en la industria, a pesar de la inflación y del resto de incertidumbres.



Por el contrario, la previsión de la evolución del PIB en tiempo real de la AIReF (un algoritmo que se actualiza con los datos que se van publicando durante el trimestre) apunta en estos momentos a una contracción del 0,2% entre julio y septiembre, respecto al segundo trimestre.

“El sector servicios de España mostró un comportamiento positivo en julio, y la actividad se expandió a un ritmo sólido, respaldada por niveles más altos de nuevos pedidos y una nueva creación de empleo. A pesar de ello, es difícil no estar un poco preocupado por el crecimiento económico en los próximos meses, ya que un análisis minucioso de los datos de la encuesta reveló algunos problemas este mes”, lamenta Paul Smith, director económico de S&P Global Market Intelligence. “A medida que el repunte de la actividad relacionado con la relajación de las restricciones por la pandemia continúa desvaneciéndose, las empresas encuestadas informaron de la creciente indecisión de los clientes debido al aumento de la inflación y del temor de una recesión económica”, concluye.

El PP incide en la situación económica

El crecimiento económico, como la exigencia de una bajada de impuestos y las críticas al plan de ahorro energético, se han convertido en mantras del principal partido de la oposición a la hora de criticar al Gobierno de coalición. En esta dirección, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, aseguraba en una entrevista en 'El País' que la “política económica” del Ejecutivo “es un fracaso”.

“Hasta los socialistas alemanes han actualizado la tarifa del IRPF con la inflación”. En realidad, no es así. Se trata de una propuesta del ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner, que no cuenta con respaldo del conjunto del Gobierno germano. De hecho, el Partido Socialdemócrata (SPD), del canciller, Olaf Scholz, y Los Verdes del vicecanciller y ministro de Economía, Robert Habeck, han pedido mejoras en la propuesta -valorada en 10.000 millones de euros- y un mayor “alivio” para las personas de bajos ingresos.

“Íbamos a crecer un 7% y vamos a ver si llegamos al 4% en 2022. La inflación iba a ser del 1,7% este año y estamos en el 10,8%. Este Gobierno recorta el poder adquisitivo un 10,8%, lo nunca visto”, aseveró Feijóo en la citada entrevista. Esa previsión del 4% es la anunciada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a finales del mes de julio. Sí que son ocho décimas menos que en la previsión anterior pero, de nuevo, el crecimiento previsto para la zona euro es menor, ya que el FMI prevé que sea del 2,6%.

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