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Las exportaciones de aceite de oliva español tropiezan con una subida de precios que solo superan Portugal y Grecia

AceiteOliva

Cristina G. Bolinches

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El año en el que los precios han puesto cuesta arriba comprar aceite de oliva se ha saldado con una caída de las ventas tanto dentro como fuera de España. Un doble paso atrás marcado por el hecho de ser el tercer país de Europa donde más ha subido el coste de esta materia prima. 

Sobre estas últimas -las ventas fuera de España- el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación acaba de hacer público el avance anual de comercio exterior, es decir, los datos de exportaciones e importaciones de las diferentes categorías de alimentos. Y es ahí donde se ve que no fue un buen año para este producto. 

En volumen, las exportaciones se recortaron un 13,5%, hasta 2,46 millones de toneladas. No es un dato definitivo, porque habrá que esperar al balance completo para ver cómo fue el paso atrás por categorías de aceite. Sin embargo, sí apunta a que la subida de precios ha mitigado el golpe, porque la caída en valor de las ventas exteriores se quedó en el 4,4% respecto a un 2022 que ya estuvo marcado por un recorte de la producción. En total, las exportaciones alcanzaron los 6.881 millones de euros hasta diciembre. 

Detrás de esta situación está el desplome en la cosecha de aceituna, en la menor producción del conocido como 'oro líquido' y en la subida de su precio. No en vano, junto a los restaurantes y los bares, el aceite de oliva fue uno de los responsables de que la inflación media se situara en 2023 en el 3.5%

El tercer país más caro de Europa

Que el aceite es más caro es algo que ha constatado toda Europa, aunque no en la misma medida. Eurostat acaba de publicar la comparativa de cómo ha evolucionado este producto en el conjunto de la Unión. Apunta que, si se compara año contra año, en enero de 2024 el coste medio del aceite de oliva en el conjunto de países analizados era casi un 50% superior a la del mismo mes del año previo. 

El acelerón se registró en verano y otoño de 2023, en la recta final de la cosecha aceitera en los países mediterráneos. De esta forma el organismo estadístico apunta que, en agosto, la media de la subida de precios fue del 37%. En septiembre, de un 44%; y en octubre y noviembre se llegó al 50%. En diciembre, en cambio, se vivió un pequeño respiro que duró poco porque los precios volvieron a subir en enero, como se percibe en el siguiente gráfico.



En esa gráfica también se constata que esta grasa vegetal ha sido uno de los factores que ha tirado al alza de la inflación de los alimentos, aunque está muy por encima de esta, que lleva meses, desde el pasado abril, en tendencia descendente.

Sin embargo, no todos los países de la Unión Europea han sufrido igual la subida de precios del aceite. Los tres que más la han notado son mercados productores: Portugal (casi un 70% de subida entre enero de 2023 y el mismo mes de 2024), Grecia (un 67%) y España (63%). En el extremo contrario, tres Estados que no tienen tan incorporado este producto en su dieta diaria: Rumanía (con una subida del 13%), Irlanda (16%) y Países Bajos (18%). En el siguiente mapa se ve la subida interanual país por país.



Llama la atención que otro país productor, Italia, no haya sufrido tanto como sus vecinos mediterráneos la subida de precios. Lo ha notado, pero menos, porque en su caso el alza es de casi el 45%. Distintas fuentes consultadas apuntan dos factores. El primero, que aunque la sequía también se ha hecho notar en Italia, la caída de la cosecha no ha sido tan pronunciada como en España, que es el primer productor de aceite de oliva del mundo y en 2023 vivió la peor campaña de su historia. El segundo motivo, que la subida ha tardado más en notarse en el mercado transalpino. “Ahora los precios son prácticamente iguales en ambos mercados, pero nosotros sufrimos el despegue antes”, explican las citadas fuentes. Por ejemplo, si se ve lo que cuesta un litro de aceite de oliva virgen en una cadena de supermercados que opera en ambos países, Carrefour, el precio es similar, va desde 8 a 10 euros por litro, en función de la calidad del producto. 

Caída de ventas, pero no hundimiento

En España, la evolución del precio en los supermercados y en las tiendas de alimentación no ha hecho que las ventas de aceite hayan caído a plomo, lo que el sector productor ve con optimismo porque significa que los consumidores han comprado menos aceite de oliva pero no han salido huyendo a otro tipo de grasas vegetales. 

Las estadísticas que publica la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceite (Anierac) indican que, entre octubre de 2023 y enero de 2024, se comercializaron 29,5 millones de litros de aceite de oliva virgen extra y 26,17 millones de litros de la variedad suave (0,4 grados). Esas cifras representan una caída del 25,23% y un 22,05%, respectivamente, frente al mismo periodo del año anterior. 

Hace dos campañas, “los precios de los aceites estaban en cuatro o cinco euros”, apunta el director de Anierac, Primitivo Fernández. “En contexto como el que hemos vivido, de inflación, que el aceite de oliva caiga un 20% es preocupante pero explicable. A pesar de las circunstancias adversas, el consumidor sigue siendo fiel”, indica. Si se suman todas las categorías de aceite, la caída ha sido del 19,9%, hasta 75 millones de litros en ese periodo de cuatro meses. “Ha subido el girasol pero no ha absorbido toda la caída”, añade. En esos mismos meses, este ha repuntado un 16% y se han comercializado más de 98 millones de litros.

Optimismo con cautela

Primitivo Fernández es optimista, con matices, con una campaña que puede ser mejor que las dos anteriores. “Siempre que la lluvia sea la de un año normal, sobre todo en primavera, sin picos de calor en los momentos críticos de la floración”, matiza.

Los datos que publica el Ministerio de Agricultura llevan a ser cautos e indican una ligera bajada desde mediados de enero, cuando se superaron los 900 euros por cada 100 kilos de aceite, pero que no es suficiente para vislumbrar que los precios de venta finales, los que pagamos los consumidores, bajen.

“En septiembre se relajarán los precios o antes”, aseguró este jueves el presidente y consejero delegado de Deoleo, Ignacio Silva, en la presentación de resultados de la compañía dueña de Carbonell y Hojiblanca. Hace unos meses, ya indicó que se notaría la rebaja a partir de junio. “He visto las cifras hasta febrero y si marzo se mantiene y no nos fastidia un calor extremo durante la floración, tenemos las condiciones para que los agricultores empiecen a bajar precios después del verano”, afirmó.

La aceitera controlada por los fondos CVC y Alchemy -que siguen analizando la venta de la empresa- justificó que ajustó los márgenes, por la subida de precios, y que eso le llevó a mantener las ventas estables pero a cerrar el ejercicio con pérdidas. Deoleo selló el año con unos números rojos por valor de 34 millones de euros.

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