El “Jesucristo” estadounidense de la cerveza fracasa y deja de predicar en Berlín
Stone Brewing es un imperio cervecero estadounidense. Hasta no hace tanto, en la empresa que dirige Greg Koch, con sede en la ciudad californiana de Escondido, no se ponía el sol. Sus sedes allí, en Shanghai y en Berlín le permitían presentarse a todo el mundo como lo que es, un gigante cervecero capaz de producir centenares de miles de barriles de cerveza. La empresa figura entre los productores más importantes de cerveza artesanal de Estados Unidos. En realidad, las cervezas craft de Stone Brewing son reconocidas en todo el mundo. Pero no todo el mundo está hecho para que triunfen las apuestas de esta empresa.
Alemania, por lo pronto, acaba de enseñar una severa lección a Koch y los suyos. No han pasado ni tres años de la apertura en Berlín de su restaurante-cervecería, una inversión valorada en no menos de 25 millones de euros. Hace unos días, sin embargo, Koch se veía obligado a retirar a su empresa. Vendió el espacio a otra cervecera, la escocesa BrewDog, que está obligada a aprender de los errores de sus competidores estadounidenses si no quiere acabar como Stone Brewing en Berlín. Esa “dolorosa” salida, según el término empleado por Koch, llega tras los muchos esfuerzos del apodado como el 'Jesucristo de la cerveza'.
Esa expresión lleva el título del documental sobre la fallida aventura empresarial berlinesa de Koch que se estrenaba hace unos días en Berlín, justo en el momento en que se ultimaba la salida de la empresa de la capital teutona. The Beer Jesus from America o “El Jesucristo de la cerveza de Estados Unidos” es el nombre que ha puesto el director Matt Sweetwood a su largometraje sobre Koch. Éste vivió un auténtico ‘via crucis’ antes de decidir salir de Berlín.
El proyecto que Koch veía prometedor para sus cervezas en Europa había implicado la renovación y acondicionamiento de una antigua fábrica dedicada al gas a las afueras de Berlín. El lugar tiene cabida para un millar de clientes. Allí se servían las cervezas de Stone Brewing como en Escondido, aunque éstas no tuvieron el mismo éxito que en Estados Unidos.
“Es una mala noticia para la escena de cerveceros artesanos, porque es una empresa que hace muy buenas cervezas”, dice a eldiario.es Michèle Hengst, responsable de comunicación de Berliner Berg, una pequeña empresa cervecera artesana de Neukölln, barrio del sur berlinés. Berliner Berg es lo que en el sector cervecero alemán se pone como ejemplo de éxito para las firmas dedicada a la cerveza artesana. No es la única, hay otras muchas. En ciudades como Berlín, el sector está creciendo.
Un pequeño sector en boom sin sitio para Koch
boom“Lo interesante del movimiento de las cervezas artesanales es que han logrando posicionarse como un sector donde se valora más el sabor fuerte, donde se valora el arte en la fabricación”, reconoce a eldiario.es Marc-Oliver Hunholz, portavoz de la Asociación Alemana de Cervecería. “En Berlín siguen pasando muchas cosas en la escena cervecera tradicional, la ciudad sigue atrayendo a nuevos productores. La escena sigue creciendo, y nosotros estamos creciendo, los otros también”, apunta Hengst desde Berliner Berg.
La suerte que corrió Stone Brewing fue otra porque, entre otras cosas, tal vez fue demasiado lejos en su oferta nada más llegar a Berlín. “Las cervezas de Koch son muy sabrosas, muy amargas, con aromas muy fuertes. Pero Koch llegó aquí, de primeras, con siete productos, siete tipos de cervezas tradicionales IPA de golpe. A cualquiera que le guste la cerveza, ve esto y dice: '¿Pero esto qué es?'”, plantea a eldiario.es un experto del sector que prefiere mantenerse en el anonimato. Alude al tipo de cerveza que es especialidad de Stone Brewing, las cervezas Indian Pale Ale (IPA), caracterizadas por su alto contenido en alcohol y lúpulo.
“Con las cervezas artesanas uno puede tener éxito si mantiene al consumidor atraído, si lo seduce y lo mantiene informado con mucha comunicación”, sostiene el experto del sector.
En Alemania la cerveza es un producto nacional. Hay unas 6.000 marcas de cerveza. Sin embargo, la inmensa mayoría de los consumidores no están acostumbrados a los sabores que ofrecen los cerveceros artesanos. El alemán consume fundamentalmente cerveza tipo pilsen, “clara” o “blanca”. Los aromas cerveceros tradicionales son para una minoría. “Las cervezas artesanales o craft están en boom, pero son un nicho, representan entre un 1% y un 1,5% del mercado”, recuerda Hunholz.
Latas de cerveza a 3 euros la unidad
Además, la mayoría de los consumidores alemanes de cerveza también suelen elegir las cervezas por su precio. En Alemania, la cerveza es un producto barato. Pero Stone Brewing ha estado proponiendo latas de 33 centilitros de cerveza a 3,0 euros, más de tres veces de lo que se paga en el supermercado por una botella de cerveza de medio litro.
En Stone Brewing se han quejado de que sus colaboradores en Berlín no fueron capaces de implementar las soluciones que plantearon para corregir los errores de cálculo en suelo europeo. Pero todo parece indicar que Koch y compañía quisieron entrar demasiado rápido en Alemania. Su aterrizaje en Centroeuropa ocurrió, además, literalmente, fuera de lugar. En Berlín, el que estaba destinado a ser su centro neurálgico se encontraba en Mariendorf, a diez kilómetros al sur del centro de de la capital germana.
“En Berlín tenemos muchos bares donde cada uno hace sus cervezas artesanas o donde se pueden probar muchos estilos de cerveza. Pero Stone eligió situarse en Mariendorf, muy lejos del centro, montado un gran restaurante con más de 800 plazas”, comenta el experto del sector que prefiere mantenerse en el anonimato. “Eso es un riesgo, como también lo es apostar por cervezas en lata en Alemania. Aquí la cerveza se consume mayormente en botella, los consumidores alemanes la valoran más así”, abunda este analista del sector.
En suma, “seguro que las particularidades del mercado alemán tienen que ver, pero hay muchas razones que pueden explicar el porqué de una decisión de marcharse de Berlín”, recuerda Hengst la responsable de Berliner Berg. En esta firma, como en otras de las muchas en la capital que están en fase de expansión, han sabido ofrecer IPAs sin abandonar los sabores tradicionales que más gustan a los alemanes.
“Las cervezas artesanales no son una tendencia temporal, son una realidad y un modo de entender la labor cervecera que, ahora, se está renovando. En Berliner Berg, por ejemplo, no nos alejamos de la tradición cervecera alemana”, señala Hengst. Al fin y al cabo, en Alemania hay familias que se mantienen haciendo cervezas artesanales desde hace 500 años y nunca se denominaron craft. Esto ha llegado con los anglicismos y los hipster.