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Juicio a 'Mr. cum/ex', el abogado acusado del “mayor escándalo fiscal” de Alemania

El abogado Hanno Berger, en una foto de archivo.

Aldo Mas

Berlín —

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Los tribunales alemanes lidian estos días con el que se ha venido a llamar el “mayor escándalo fiscal” que haya conocido el país. En el centro de todas las miradas está ahora un acusado, el abogado Hanno Berger, apodado 'Mr. cum/ex'.

El mote viene de operaciones llamadas cum/ex, que consisten en la compra y venta de acciones de empresas a cargo de inversores coordinados que realizan esas adquisiciones antes (cum) y después (ex) del pago de los dividendos. Asociados al pago de esos dividendos hay unos impuestos que, a través de actores como Berger, son supuestamente reclamados con éxito varias veces al Estado alemán.

Así, el fisco alemán acaba devolviendo varias veces la cantidad del dinero abonado en concepto de impuestos sobre los dividendos a los clientes de Berger, al que se le consideraba un “maestro” de las operaciones cum/ex, según los términos del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Berger, de 71 años, siempre ha defendido su inocencia. Este doctor en Derecho, que trabajó en los años noventa en la administración pública como recaudador de impuestos de alto rango especializado en el sector bancario en Fráncfort, la capital financiera de Alemania, se defiende diciendo que él se limitó a utilizar los vacíos legales que habían dejado las autoridades.

Ahora, sin embargo, se le acusa de ser partícipe del “mayor robo de impuestos de la historia de Alemania”, según señalan en Finanzwende, una organización cívica dedicada a la protección de los consumidores del sector financiero.

El experto de dicha organización en crímenes financieros es Konrad Duffy, quien ve en Berger, según explica a elDiario.es, “una figura clave en el escándalo de las operaciones cum/ex, porque él hizo posible la ampliación del grupo de personas que participaban en esas operaciones”.

“Berger posibilitó que inversores privados participaran en estas operaciones, que antes estaban reservadas, por así decir, a instituciones financieras”, añade Duffy. Solo en el juicio al que acudía Berger esta semana en Bonn se le acusa de haber participado en la evasión fiscal de 278 millones de euros.

Pese a defender la legalidad de los manejos financieros que posibilitaron el enriquecimiento de sus clientes –y el suyo mismo–, Berger huyó en 2012 a Suiza justo cuando las autoridades alemanas se interesaron por sus negocios, realizando registros en sus oficinas de Fráncfort.

Tras su paso profesional como controlador de impuestos en el sector bancario de Fráncfort, Berger trabajó para varios gabinetes de abogados, alemanes e internacionales. En 2010 fundó un bufete con su nombre y el de varios asociados.

Desde 2007, según la Fiscalía, ya habría puesto en marcha operaciones cum/ex. En aquellos tiempos, Berger trabajaba para los bancos HypoVereinsbank y MM Warburg. Según ha explicado el semanario Die Zeit, Berger entonces hacía proselitismo de lo que parecía “un negocio perfecto”. Era tan “perfecto” que cuando en 2019 se condenó en Colonia a implicados en otro caso de cum/ex menos relevante que el de Berger, el juez habló de “obra maestra criminal”. Un delito así, por lo visto, solo está al alcance de unos pocos.

Un buen recaudador de impuestos que se pasó al otro bando

“El caso de Berger es el más conocido, porque él es una de las figuras más conocidas. Hay que tener en cuenta que hablamos de alguien que, primero, trabajó para el Estado alemán, llegando a ser alguien muy temido por muchas empresas porque hacía muy bien su trabajo recaudando impuestos”, expone Duffy desde Finanzwende.

“Era tan bueno que ascendió muy rápido en la Administración pública, y esto es lo que hace que su caso sea particularmente notorio. Además, también lo es porque después cambió de bando y porque conocía las leyes y sus puntos débiles tan bien que pensó que encontró caminos para evitar la ley... aunque en realidad nunca lo hizo”, abunda este experto en criminalidad financiera.

Alude Duffy a que Berger no incurrió, en último término, en el aprovechamiento de una suerte de vacío legal. Al contrario, las suyas siempre habrían sido actividades criminales. De ahí que, según la Fiscalía, ahora no se trate de probar que los manejos cum/ex sean legales o no en el juicio de Bonn. La cuestión allí es saber si hubo implicación o no de Berger en esas ilegalidades.

Berger, autoproclamado “arquitecto” cum/ex

Las informaciones que dan cuenta del caso en Alemania estos días no parecen ofrecer dudas sobre esa participación. Es más, según recordaba esta semana el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, el propio Berger se definió en 2019 en una entrevista con el semanario económico Capital como el “arquitecto” de un cuestionable negocio por el que ahora tiene que defenderse ante los tribunales.

En el caso de evasión fiscal que se juzga en Bonn, si se le considera culpable de todo lo que se le acusa, podrían caerle hasta diez años de cárcel. Sin embargo, Berger no solo tiene en Bonn cuentas pendientes con la justicia. A partir del próximo mes de junio se espera que comience otro proceso en su contra en Wiesbaden por otras operaciones cum/ex.

Según las cuentas que ofrecen en la organización Finanzwende, el de Berger solo es un caso de los muchos que quedan por abrir. Hasta 10.000 millones de euros se habrían robado a las arcas alemanas entre 2001 y 2011 con operaciones cum/ex. Una eventual condena ejemplarizante contra Berger no logrará tapar el trabajo que aún tienen pendientes las autoridades fiscales alemanas.

A finales de 2021, había 103 casos abiertos de operaciones cum/ex. Solo había condenas en tres de ellos.

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