Mercedes y Vodafone se lían en la polémica del futbolista Mesut Özil sobre el racismo en Alemania
Al futbolista alemán Mesut Özil le queda mucho fútbol en las piernas. Para una estrella como él, con un contrato vigente con el Arsenal valorado en 21 millones de euros, los años que siga en activo son dinero, mucho dinero. Bien lo saben los patrocinadores, que pagan millones por asociar su imagen a la de una celebridad como Özil, un hombre que a sus 29 años lo ha sido prácticamente todo en el 'deporte rey'.
En 2014 se proclamó campeón del mundo en Brasil con la selección de Alemania. En el Mundial de Rusia-2018, sin embargo, el equipo nacional alemán cayó eliminado antes de lo previsto. Özil es quien peores críticas se ha llevado por esa decepción nacional germana. Pero no sólo le han caído críticas.
Ha habido contra este hombre de origen turco reproches racistas y comentarios de prominentes líderes de opinión que han cuestionado su capacidad de compromiso profesional. Muchos le han echado en cara estos días su falta de lealtad con la camiseta de Alemania, algo que justifican aireando como argumento la foto que Özil se dejó hacer el pasado mes de mayo junto al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
En suma, Özil ha pasado de ser un modelo de la integración de inmigrantes en la sociedad alemana – en 2010 recibió el 'Premio Bambi' por su exitosa integración – a protagonizar la polémica más comentada en suelo germano. En ella, el propio futbolista ha publicado un escrito a través de la red social Twitter presentando su abandono de la selección nacional alemana y denunciado reacciones hipócritas y racistas contra él.
“Soy alemán cuando ganamos, pero un inmigrante cuando perdemos”, se lee en dicho texto. Además, el jugador censuraba en su comunicado el comportamiento de prominentes figuras de varios estamentos de la sociedad germana como los medios de comunicación, la política local, el mundo del espectáculo y la Federación de Alemania de Fútbol (DFB). Los patrocinadores del equipo y algunos supuestos socios del jugador tienen motivos para darse por aludidos con los comentarios del jugador.
“Fui abandonado por otro socio”, ha contado el jugador, en el capítulo del texto dedicado a medios de comunicación y patrocinadores. “Cómo también es patrocinador de la DFB, se me pidió que formara parte de vídeos promocionales del Mundial. Sin embargo, tras mi foto con el presidente Erdogan, me sacaron de las campañas y me cancelaron todas actividades promocionales que estaban previstas. Para ellos, ya no estaba bien el que me vieran con ellos y llamaron a esta situación 'gestión de crisis'”, abundaba el futbolista.
El jugador se refiere, sin mencionarlo, a Mercedes-Benz, marca estrella del fabricante alemán Daimler. La referencia parece estar clara por la alusión en el mensaje de Özil a los motores de Mercedes afectados por la tecnología que falseaba los datos sobre las emisiones de los vehículos. Volkswagen no tiene el monopolio del 'dieseltage' aunque ese término se asocie fundamentalmente a la compañía con sede en Wolfsburgo.
Özil se enfrenta a Mercedes-Benz
“Un ministro alemán declaró que sus productos tienen un programa ilegal y no autorizado que pone en riesgo a los clientes. Cientos de miles de sus productos están siendo devueltos”, escribía Özil, que se quejaba de las insistentes explicaciones que a él se le pedían por la fotos con Erdogan, mientras otros patrocinadores de la DFB son tranquilamente protagonistas de escándalos industriales. “Mientras yo era criticado y la DFB me pedía justificar mis acciones, no hay demanda oficial de explicaciones públicas del patrocinador. ¿Por qué? ¿Estoy en lo cierto en pensar que eso es peor que mi foto con el presidente del país de mi familia?”, se preguntaba el jugador del Arsenal.
Al escrito de Özil, Jörg Owe, responsable de comunicación de Daimler, respondió fijando un mensaje en su cuenta de Twitter. “Mercedes-Benz es desde hace más de 40 años socio de la DFB y del equipo nacional, en los buenos y en los malos momentos. Vamos a mirar y valorar con calma los reproches de Mesut Özil contra los medios, la DFB y los patrocinadores y, entonces, decidiremos”. Hasta ahora, en Daimler siguen pensando qué hacer. A este periódico, la compañía con sede en Stuttgart no hace comentarios sobre el tema.
Pero la polémica del caso Özil sigue abierta. Y tanto. Hasta el ministro de Exteriores, el socialdemócrata Heiko Maas, decía hace unos días que la retirada de Özil del equipo nacional y el debate público suscitado es negativo para el país. “Hace daño a la imagen de Alemania, cuando se da la impresión de que el racismo es algo que está bien visto aquí”, decía Maas al popular y poderoso diario Bild. “Desafortunadamente, el debate [sobre el caso Özil] muestra el amargo hostigamiento al que están todavía sometidos los inmigrantes”, abundaba el jefe de la diplomacia germana.
Vodafone no emite un vídeo publicitario
En este contexto, Vodafone es otra firma que se ha visto afectada por la polémica. Al saberse que Vodafone no utilizaría en redes sociales un vídeo que había preparado con Özil y su perro Balboa, un pug de color beis y negro, de protagonistas, saltaron muchas alarmas. En la firma quieren distanciarse de la polémica.
“Tuvimos que desviarnos de nuestros planes antes del Mundial”, pues “habíamos fijado otros puntos fuertes en la campaña”, han señalado en la firma de telefonía móvil a través de un comunicado. En él, reconocen también que, “debido a las discusiones masivas sobre Özil que estaban surgiendo, no íbamos a penetrar en la web en términos de atención”. También niegan en Vodafone haber “frenado una campaña publicitaria” con el jugador del Arsenal tal y como publicaba a finales de julio el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.
“Hicimos un vídeo en el que promocionábamos un producto que tenemos para asegurar mascotas en las casas. En él se veía a Özil dejar a Balboa en seguridad en su casa, antes de ir a marcar goles para Alemania en el Mundial”, precisan a eldiario.es desde la empresa de telefonía móvil. Goles, Özil no anotó en el Mundial de Rusia. Tampoco dio asistencias, su especialidad. Antes de que empezara el torneo en el que terminaría imponiéndose la selección Francia, la campaña de ataques contra él ya había empezado.
Según Patrick Bahners, comentarista cultural del Frankfurter Allgemeine Zeitung, el diario Bildha estado trabajando los “dos últimos meses” en favor del “destierro de Özil”. En sus páginas se han podido leer, justo después de la derrota alemana en el Mundial de Rusia ante México (1-0): “el lenguaje corporal [de Özil] es negativo (…) Con Özil tengo la sensación a menudo de que no se siente cómodo con la camiseta de Alemania, que no se siente libre, o casi como si no quisiera jugar”.
Así escribía en Bild tras el 1-0 encajado el 17 de junio otro campeón del mundo alemán metido a editorialista deportivo, Lothar Matthäus. Con este tipo de comentarios, a Özil se le ha hecho imposible continuar en su selección.