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El PP solo suma a Vox en su intento frustrado de volver a los recortes en pensiones de 2013

El líder del PP, Pablo Casado, y el presidente de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso.

Laura Olías

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El Partido Popular solo ha convencido a Vox en su intento de reabrir la batalla política sobre las pensiones. El partido liderado por Pablo Casado presentó una enmienda a la totalidad para intentar tumbar el primer bloque de la reforma del Gobierno, que pactó con los empresarios y sindicatos después de una década sin acuerdo social al respecto. Este jueves, el ministro José Luis Escrivá ha defendido en el Congreso la legislación y el PP, su veto al texto. Los de Casado solo han recabado el apoyo de la extrema derecha, mientras que la mayoría de grupos políticos le han afeado que abandone ahora el espíritu de consenso en este tema tan sensible para millones de personas y que vuelva a defender la legislación de recortes de 2013.

Hace casi un año, la gran mayoría parlamentaria, incluido el PP, volvía al acuerdo político en pensiones a través de las 22 recomendaciones del Pacto de Toledo para el futuro del sistema público. Este jueves el Partido Popular ha dejado constancia en el Congreso de su cambio de estrategia en este asunto, en el que Pablo Casado ha iniciado un enfrentamiento frontal con el Ejecutivo. Ya lo reflejó solo unos días después del acuerdo social con empresarios y sindicatos, cuando sostuvo que la reforma era un “gran error” y destacó el “éxito” de la reforma de 2013 del Gobierno de Rajoy, que el propio Ejecutivo del PP dejó de aplicar al final de su mandato en medio de una gran movilización social.

La iniciativa presentada este jueves por el PP pretendía devolver el primer bloque de cambios al Gobierno de Sánchez, lo que habría retrasado la reforma en un momento clave. El Ejecutivo ha prometido a Bruselas la aprobación de estos cambios antes del 31 de diciembre de este año dentro del Plan de Recuperación y Resiliencia, por lo que la llegada de miles de fondos europeos depende de cumplir con este y otros hitos.

Vox ha votado a favor de la enmienda de los de Casado, aunque la ultraderecha ha subrayado el cambio de postura del PP y le ha criticado por haber apoyado el acuerdo del Pacto de Toledo, del que el partido de Santiago Abascal se abstuvo. El parlamentario Pablo Sáez ha centrado su intervención en criticar la reforma de Escrivá, ya que desde Vox insisten en que el sistema público no es sostenible en la actualidad.

El resto de grupos parlamentarios han rechazado este intento de los 'populares' y apoyado que continúe la tramitación parlamentaria del texto que recupera la revalorización de las pensiones según el IPC. Varias formaciones políticas han advertido al ministro Escrivá de algunas diferencias y críticas respecto al texto y al proceder del Gobierno, pero han apostado por debatirlas en las Cortes y poder incorporar cambios a través del proceso de enmiendas.

Rechazo a los recortes de 2013

El PP puso a la portavoz del grupo parlamentario, Cuca Gamarra, a defender esta nueva postura de confrontación en el Pacto de Toledo antes del verano, relegando al portavoz habitual en la comisión (Tomás Cabezón). Pero este jueves ha dejado sobre los hombros de Cabezón la tarea de defender esta enmienda a la totalidad, que se veía condenada al fracaso. El PP ha reivindicado su reforma de 2013, que supone semicongelar las pensiones de manera permanente, solo con subidas del 0,25% al año, y un factor de sostenibilidad que disminuye las pensiones futuras, con un mayor recorte para los más jóvenes.



José Luis Escrivá ha recriminado al PP su abandono del espíritu de acuerdos del Pacto de Toledo y ha pedido al partido “que no engañe a los españoles”. “Reconozcan el recorte enorme en las pensiones, el recorte del 40% en las pensiones que supone su reforma. Eso es su reforma”, ha espetado el ministro.

Escrivá ha afeado que a los de Casado “les da igual” el consenso social y político en materia de pensiones, como reflejaron las palabras de esta semana del expresidente Mariano Rajoy, que animó a Casado a tumbar la reforma cuando el PP vuelva a la Moncloa aunque les hicieran “una huelga”.

La mayoría de formaciones políticas han criticado el cambio de postura del PP, que han tacado de electoralista. Incluso desde partidos de la derecha parlamentaria, como el PNV y Ciudadanos, que han dejado claro que tampoco comparten los recortes que supone la reforma de 2013, como quedó en evidencia en el acuerdo del Pacto de Toledo. “Me ha defraudado el PP, me esperaba mucho más de ustedes”, ha afirmado el parlamentario de PNV Iñigo Barandiaran, que ha pedido al principal partido de la oposición que “retome la lealtad en un asunto tan sensible” como corresponde a “un partido serio, que aspira a gobernar”.

El reto del mecanismo de equidad intergeneracional

Escrivá ha logrado esquivar este intento de boicot de su reforma, pero las formaciones políticas le han dejado varios recados al ministro de cara a la tramitación parlamentaria. El primero, que tiene que dialogar más con el resto de grupos parlamentarios, algo que han echado en falta del proceso de negociación del texto legislativo con los agentes sociales. Varios grupos, como PNV y Ciudadanos, han considerado que el ministro debería haber tenido un papel más activo que siguiera cultivando el acuerdo político en el Pacto de Toledo, como quedó en evidencia con el complemento contra la brecha de género que sustituyó al antiguo de maternidad.

El segundo: que deje de abrir debates con sus declaraciones que creen polémicas sobre las pensiones. Los grupos han advertido que los “globo sonda” no ayudan a explicar los verdaderos retos del sistema y dar calma a los pensionistas presentes y futuros, ha advertido por ejemplo Íñigo Errejón, de Más País.

Y el tercer recado –a modo de aviso– consiste en la dificultad de la negociación del llamado “mecanismo de equidad intergeneracional” (MEI), que aún está pendiente de diseñar y que se incluirá en este primer bloque de cambios vía enmienda. En este caso, los socios parlamentarios del Gobierno, como ERC, pero también formaciones del propio Ejecutivo de coalición, como Unidas Podemos, han advertido de sus recelos respecto al este índice que sustituirá al factor de sostenibilidad derogado de 2013.

“Los votos de Unidas Podemos no van a servir para aumentar edad de jubilación ni para empobrecer las pensiones actuales y futuras”, ha advertido la diputada Isabel Franco, que ha destacado que el MEI no debe traducirse en “ni un solo euro de recortes en las pensiones de nuestros jóvenes”. Escrivá aún tiene que negociar este mecanismo con los sindicatos y empresarios, para lo que tiene de plazo hasta el 15 de noviembre, del que ha adelantado que será un aparato “contingente”. Es decir, que solo se activará en caso de necesidad durante los años de mayor tensión presupuestaria de la Seguridad Social, durante la jubilación de los baby boomers.

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