El presidente de Iberdrola supera su primera junta como imputado sin ninguna alusión al caso Villarejo

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha superado este viernes su primera junta de accionistas como imputado por el caso Villarejo sin ninguna alusión al escándalo de los supuestos encargos ilegales al ex comisario jubilado que investiga la Audiencia Nacional, al que ni siquiera ha aludido, y con la aprobación de todos los puntos del orden del día. En plena polémica por los altos precios de la luz, Sánchez Galán ha anunciado que la compañía prevé alcanzar beneficios récord este año y que se repartirá entre los accionistas el mayor dividendo de su historia.

De cara a la junta, el mayor proxy del mundo, ISS, había respaldado la gestión de Galán, pero otros asesores de voto de los inversores como Glass Lewis, uno de los mayores del mundo, o el español Corporance, habían recomendado votar en contra de algunos puntos del orden del día tras la imputación del ejecutivo. 

Sin embargo, la junta, celebrada en un formato inusual (con un aforo muy reducido), ha sido un mero trámite para el ejecutivo, que ha leído todas sus intervenciones, incluyendo las respuestas del turno de preguntas. No ha habido intervenciones de los accionistas y las cuestiones las ha leído muy someramente el secretario.

La única pregunta mínimamente espinosa para el ejecutivo ha sido una relativa a por qué la empresa no ha podido ejecutar la multimillonaria compra (7.000 millones de euros) de la eléctrica estadounidense PNM, vetada por el regulador de Nuevo México, por su preocupación por el historial de servicio de Avangrid (filial de Iberdrola en EEUU) en Maine y por la investigación judicial a Galán en ese escándalo de supuesto espionaje ilegal a políticos y rivales.

El presidente de Iberdrola se ha mostrado “convencido” de que el recurso judicial presentado contra esa decisión del regulador local “va a ser positivo” y ha confiado en que la operación, que será “muy beneficiosa para los accionistas de las compañías”, pueda cerrarse en el futuro.

El resto de preguntas ha sido un paseo para Galán, con cuestiones como la apuesta de los gobiernos por la descarbonización, el impacto de la guerra de Ucrania, el posible impacto en el dividendo (que ha descartado) de la situación macroeconómica y de precios energéticos, los planes en eólica marina o hidrógeno verde, las medidas de diversidad e inclusión o la vinculación de Iberdrola con Bilbao y Euskadi, donde “somos el mayor contribuyente fiscal”, ha recordado.

La última pregunta ha sido para reclamar la continuidad del actual consejo de administración: “Defendemos este proyecto que ha convertido a Iberdrola en la mayor empresa eléctrica de Europa y una de las mayores del mundo”, ha recogido el guante Galán, que ha subrayado el talante “dialogante” de un equipo gestor “que defiende siempre” a sus accionistas.

En este tipo de citas suelen ser habituales los comentarios sobre el marco regulatorio, como ocurrió en la última junta de Endesa. En esta ocasión no ha habido ninguna alusión a las medidas del Gobierno para afrontar la crisis energética, ahora que se plantea elevar la tributación de las empresas energéticas para drenar sus beneficios extraordinarios, y tras el enfrentamiento público que protagonizó Galán con motivo del tope al gas estrenado esta semana.

Respecto a la situación económica, el ejecutivo ha subrayado que Iberdrola, que hace unas semanas vio como Inditex volvía a superarla como empresa de mayor capitalización del Ibex, tiene un negocio más resistente a los ciclos, por la “estabilidad” del consumo eléctrico y las perspectivas de electrificación de la economía. En España, ha reiterado, la compañía tiene “vendida toda producción de energía para 2022 a precios fijos anteriores a los actuales” y los menores resultados han sido “más que compensados” por otros países.

Respecto a las próximas subidas de tipos de interés, ha recordado que más del 80% deuda de Iberdrola está a tipo fijo, con vencimientos a largo plazo de más de 6 años de media. Y “a la vista de cómo está evolucionando el ejercicio, especialmente en Estados Unidos y Brasil”, ha ratificado entre aplausos de los accionistas el objetivo de alcanzar este año un beneficio de entre 4.000 y 4.200 millones de euros e incrementar dividendo en la misma proporción, tras el beneficio récord de 3.855 millones (un 8% más) registrado en 2021.

Aforo reducido

La junta ha tenido lugar en la Torre Iberdrola de Iberdrola, con un aforo muy inferior al de otras ediciones celebradas antes de la pandemia en el Palacio Euskalduna de la capital vizcaína. Tras dos años de asambleas telemáticas por la crisis sanitaria, para hacerla “más digital y participativa”, ha sido la primera que se ha podido seguir en España en el Metaverso, de forma inmersiva (con gafas de realidad virtual) o vía móvil u ordenador.

La eléctrica se había comprometido a elevar el dividendo con un pago extra de 1 euro por cada 200 acciones para sus más de 600.000 accionistas si se alcanzaba un quorum de al menos el 70%, una medida inédita hasta ahora en España. La asistencia finalmente ha sido del 72,13%, contando capital presente y representado.

Entre los acuerdos a votación figuraba la ratificación del nombramiento como consejera de la exministra de Agricultura Isabel García Tejerina (PP) y la exdirectora general de los Registros del Ministerio de Justicia María Ángeles Alcalá, además de la renovación del mandato del antiguo embajador de Estados Unidos ante la UE Anthony L. Gardner, “muestra del compromiso de la sociedad con la independencia y la diversidad”, según Galán. En el orden del día no estaba la reelección del ejecutivo de 71 años, que acaba su mandato el año que viene y lleva ya más de dos décadas al frente de la multinacional.