Las telecos quieren menos competencia para invertir en España
La tendencia dominante en el proceso de concentración de la sociedad digital está marcado por el repliegue o la simple desaparición de las corporaciones europeas. Los últimos movimientos de mega-fusiones como la Verizon y Vodafone o las hostilidades de América Móvil y Telefónica con KPN, dan buena cuenta de ello. El proceso de concentración en Europa, y en particular en España, parece imparable, auspiciado por el tímido reverdecer de la economía. Una concentración que puede derivar en la vuelta a un mercado en la que solo reinen las grandes. Sin ir más lejos, las cuatro grandes operadoras españolas arguyen que la fragmentación del mercado les impide mejorar la inversión y exigen “un proceso rápido de concentración”.
Jean Marc Vignolles, consejero delegado de Orange, afirmó esta misma semana en unas jornadas en Santander sobre el sector que “el mercado europeo continúa muy fragmentado. Hay cerca de 100 operadores para 650 millones de clientes móviles, frente a cuatro operadores en los Estados Unidos para 250 millones de clientes, o tres en China y ocho en India para 1,000 millones de clientes. La consolidación sigue siendo una asignatura pendiente”.
El consejero delegado de Ericsson en España, José Antonio López, afirmó que “si las instituciones de la UE no ayudan a las empresas europeas a crecer orgánica e inorgánicamente, el sector digital del Viejo Continente va a quedar a la zaga”. Advirtió que “hay verdaderas gangas” entre las empresas del sector en Europa y muchas empresas asiáticas dispuestas a comprarlas.
Así las cosas, las operadoras se escudan a que esta polarización del mercado es un lastre para la inversión y abogan por una “rápida y decidida” consolidación empresarial en el sector, y de un marco favorable para compartir las actuales infraestructuras.
Elogio al oligopolio
Pese a que a priori una menor presencia de actores en el mercado suele redundar en mayores precios y peor competencia, hay quien se posiciona en el lado contrario ante la consolidación del sector. Joaquín Almunia, comisario de Competencia de la UE, en declaraciones recientes señaló que “las fusiones son positivas siempre que permitan mejorar el servicio, dar mayor calidad con precios razonables y la posibilidad de utilizar las nuevas tecnologías de manera eficaz. Hay que evitar que provoquen alzas de precios o una bajada de la calidad de los servicios”. El político español apuesta por “avanzar hacia el mercado único” en Europa y es consciente de que el mantenimiento de las tarifas de roaming (itinerancia) entre los distintos operadores de la Unión “es uno de los indicadores de la ausencia de un mercado europeo. Eliminar ese tipo de sobrecoste en los servicios entre países es uno de los pasos para crear ese mercado único”.
Por su parte, Francisco Román, presidente de Vodafone España, advirtió que la desaparición del roaming tiene que hacerse con precaución, por dos razones. La primera, porque responde a la prestación de un servicio real en la Europa de los 28. En segundo término, porque las operadoras de móvil del mercado español, especialmente son una de las mayores beneficiarias de las tarifas de itinerancia por la entrada anual de más de 60 millones de turistas.
En su intervención durante el encuentro organizado esta semana por Ametic en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, el consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, remarcó que el reciente movimiento realizado por su compañía sobre la alemana E-Plus, filial de KPN, y su desinversión en el mercado irlandés, se enmarca en el proceso de concentración. Sobre este mercado sobrevuela igualmente la voluntad de realizar una opa por parte del dúo America Móvil/Carlos Slim sobre el 50% de la operadora de los Países Bajos KPN. La Unión Europea ha dado luz verde con condiciones a la fusión entre Orange Austria y Hutchison pese a que, según se reconoce en Bruselas, “haya provocado un aumento de los precios antes de que pudieran aplicar nuestras condiciones”.
Los dos movimientos marcan dos tendencias al parecer imparables en la Sociedad Digital. La primera una clara concentración empresarial que enfila hacia un control de este mercado por un número decreciente de multinacionales. La segunda la pérdida de relevancia por el que hasta hace una década era el pujante sector de las telecomunicaciones fijas y móviles de Europa.