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Los hoteles de Gran Canaria quieren traspasar la experiencia de sol y playa

Lopesan Villa del Conde Resort & Thalasso en Meloneras, Gran Canaria.

Una climatología agradable, un patrimonio natural único en el mundo, playas de arena dorada, escenarios ideales para los amantes del deporte y un legado cultural e histórico que traslada el carácter afable de la población autóctona. Son algunos de los motivos que enarbola la web oficial de turismo de Gran Canaria para invitar a los visitantes a volver.

La isla quiere trascender más allá del turismo de sol y playa y ser reconocida y valorada por entornos únicos y servicios que equilibran comodidad, diseño y sostenibilidad. Hoteles en Gran Canaria con más peso en el sector y promotores turísticos se afanan en trasladar la calidad de la isla como destino.

Así cuida Gran Canaria su calidad turística

Los agentes turísticos de Gran Canaria son conscientes del contraste paisajístico de la isla, la cercanía geográfica con el continente africano y la influencia europea, factores que potencian un ambiente abierto y cosmopolita que acoge al visitante desde su llegada. Ese carácter acogedor explica que la isla haya establecido sus principales núcleos en zonas creadas para hacer las delicias de los visitantes, como Playa del Inglés, Maspalomas, Meloneras y San Agustín.

Uno de los paradigmas de alojamiento emblemático que combina lujo, arquitectura, comodidad y variedad de servicios es el grupo Lopesan. “Nuestros hoteles en Gran Canaria tienen lo que necesitas para unos memorables días en este continente en miniatura”, explica el grupo desde su página web.

Entre sus alojamientos más señeros está Lopesan Baobab Resort, una propuesta singular. Es un pequeño mundo diseñado y desarrollado bajo la influencia africana, ya que recoge su naturaleza salvaje a través de la arquitectura y el paisajismo como grandes pilares. Los edificios, de un color terroso, pretenden trasladar a las laderas del Kilimanjaro. Un resort que quiere conquistar a primera vista y fidelizar a través de servicios como una amplia oferta gastronómica.

A pocos minutos a pie se erige otra de las joyas del grupo, el Lopesan Costa Meloneras Resort & Spa. Es un hotel de gran capacidad con jardines infinitos, piscinas y la invitación expresa a recorrer sabores locales e internacionales a través de una cuidada oferta gastronómica. Su localización es lo primero que llama la atención. En algún punto entre la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas, el boulevard y el famoso faro, se erige el palacio que acoge a miles de visitantes cada año. Los mismos que recorren su exuberante jardín tropical de más de 76.000 m², con 800 palmeras y 100 subespecies distintas que asemejan el complejo a un oasis entre dunas.

Son ejemplos de cómo Gran Canaria ha mejorado su oferta a través de los años, cuidando cada detalle de la arquitectura, los espacios verdes, los servicios , los de restauración y la oferta de actividades para toda la familia. La categoría que ha alcanzado la isla explica por qué recibe a más de 4 millones de turistas cada año, según datos de Statista.

Hotel Corallium Beach en San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria

El reto de la sostenibilidad

El grupo Lopesan, como ejemplo del sector turístico grancanario, quiere adaptarse a un mercado cada vez más competitivo en el que no basta con tener instalaciones llamativas. Sin combinar la hospitalidad tradicional de la isla con la innovación, no se podría proporcionar a familias, parejas o amantes del golf esa atención que les anima a volver.

El compromiso medioambiental también se ha convertido en el gran reto de promotores y alojamientos. Solo cuidando la isla se traslada al visitante la pasión de los autóctonos por una tierra tan rica y diversa. Por eso el grupo Lopesan cuenta con políticas activas para reducir el impacto ambiental de sus establecimientos, desde el control del consumo energético a la integración paisajística y la formación del personal en prácticas sostenibles.

No es solo una declaración de intenciones ni un cúmulo de propuestas con en el que llenar la memoria anual. Certificaciones de cumplimiento de normas internacionales como ISO 9001:2015, ISO 14001:2015 o ISO 45001:2018 avalan este compromiso y respaldan la labor de los agentes turísticos. Entienden su rol y quieren situarse a la vanguardia de las políticas ambientales activas, para cuidar el entorno y para no comprometer el futuro de su propia actividad.

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