Las Palmas de Gran Canaria, un destino urbano único en el Atlántico
Las Palmas de Gran Canaria es un destino singular y único en las Islas Canarias: un destino urbano, cuya dimensión, su encanto histórico y cultural y su animada vida en un heterogéneo centro urbano sorprenden a sus nuevos visitantes. Y que recurrentemente cautiva a una audiencia fiel que acostumbra a pasar largas temporadas en su invierno, o a repetir escapadas más breves en cualquier época del año.
La capital grancanaria, en efecto, se define por un atractivo poliédrico, en muchos casos más propio del día a día de una ciudad que, eso sí, disfruta de un clima privilegiado durante las cuatro estaciones. Las temperaturas son siempre agradables en una urbe que no padece los intensos periodos de calor de otras zonas turísticas, y que conserva un ambiente apto para disfrutar al aire libre durante buena parte de los meses más fríos del año. El buen clima, siempre asociado a Canarias, no hace, desde luego, una excepción en Las Palmas de Gran Canaria, con un matiz: muy pocas veces se linda con los extremos del termómetro.
Fundada en 1478, la ciudad mantiene bien a la vista el encanto de su casco histórico, el barrio de Vegueta, en donde ya se ensayó no solo con la arquitectura colonial que se exportaría luego al otro lado del Atlántico. También se dispusieron las bases del nuevo urbanismo y la organización urbana. Así, en la céntrica Plaza de Santa Ana lucen a un lado la Catedral (el poder religioso) y las Casas Consistoriales (el poder político y civil), como ejemplo paradigmático de las nuevas formas que se implementarían en América.
Vegueta es hoy centro histórico, pero también cultural de la capital grancanaria. Museos como la Casa de Colón (dedicado a los primeros viajes del navegante, que recaló en su tránsito en la incipiente urbe, pero, sobre todo, a la historia Atlántica), el Centro Atlántico de Arte Moderno (museo contemporáneo único que da cuenta de las conexiones de la ciudad y las islas con América, Europa y África) o El Museo Canario (con una impresionante colección de momias y restos de la cultura aborigen) hacen del barrio fundacional un lugar con mucho encanto, aderezado por la amplia oferta de restauración en la zona.
Desde Vegueta se accede también a la Calle Mayor de Triana y su entorno, zona comercial abierta de referencia. Triana y sus calles son un gran escaparate de la arquitectura modernista, siempre animadas y con un gran ajetreo en sus tiendas y restaurantes. Destacan en este entorno el Teatro Pérez Galdós (con una larga tradición operística y escenario de diferentes actos culturales a lo largo del año) o la Plaza de Cairasco, con su cautivador Gabinete Literario. Además, claro, de la Casa-Museo Pérez Galdós, hogar familiar del universal escritor, nacido en Las Palmas de Gran Canaria.
El Parque San Telmo cierra (o abre, en función de la ubicación del paseante) esa puerta a Triana. Una larga avenida marítima conecta por la costa con el entorno del Puerto de La Luz y de Las Palmas, base logística con una rica historia comercial y ventana cultural de la ciudad al mundo. Por el interior, se ubica el barrio de Ciudad Jardín, el barrio inglés. La presencia británica ha sido muy importante en una urbe que ha centralizado las exportaciones de plátanos o tomates, y que también cuenta con clubes deportivos históricos (en golf, tenis o natación).
En este enclave más despejado lucen el Parque Doramas y el Parque Romano, el antiguo Hotel Metropole (que fue alojamiento de Agatha Christie y hoy ejerce de oficinas municipales) y el Pueblo Canario, junto al imponente Hotel Santa Catalina. Estos dos últimos emplazamientos se muestran, además, como ejemplos de la arquitectura neocanaria concebida por el arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre y la influencia impagable de su hermano, Néstor, artista modernista siempre ligado a la ciudad.
Más allá, junto al Puerto se levanta el Parque Santa Catalina, sede del célebre Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, y la deslumbrante Playa de Las Canteras. Una de las playas urbanas más conocidas del mundo y el gran parque temático de la ciudad: en sus más de tres kilómetros de trazado siempre se respira una vida intensa, con bañistas, caminantes, hoteles, restauración, un amplio abanico de actividades en el mar (desde el snorkel y el submarinismo al paddle surf) y mucho surf, en el extremo que cierra el Auditorio Alfredo Kraus, bautizado así en honor a uno de los más importantes artistas líricos de la historia, nacido también en la capital grancanaria. Una ciudad de festivales internacionales (cine, teatro y danza, Jazz…), que enamora a todo aquél que la descubre.