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¿Por qué es importante vacunarse contra la gripe este año más que nunca?

Una enfermera aplica a una mujer una vacuna contra la gripe. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni /Archivo

Jordi Sabaté

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los mayores de 65 años, los menores a partir de seis meses con ciertas patologías y las personas de riesgo, así como los trabajadores sanitarios, se vacunen contra la gripe. Lo hace cada año pero en esta campaña incluye un motivo adicional: la lucha contra la COVID-19.

“Animamos especialmente a las personas que presentaban con anterioridad afecciones médicas subyacentes a que se vacunen contra la gripe”, dijo recientemente el director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan.

¿Quiere decir esto que la vacuna contra la gripe sirve para la COVID-19?

Hay algunos estudios, como este publicado en la revista International Vaccines por investigadores del Centro Cardiológico Monzino de Milán, que apuntan a que en las regiones italianas donde hubo una tasa de vacunación contra la gripe más alta, se detectaron, entre personas mayores de 65 años, menos infecciones, menos pacientes hospitalizados con síntomas, menos pacientes en UCI y, por consiguiente, menos muertos por COVID-19.

También en España y desde mayo, la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) está llevando a cabo un estudio para establecer si la vacuna de la gripe puede inmunizar de alguna manera a los menores, de modo que demuestren una mayor resistencia ante la COVID-19, de momento sin resultados todavía.

Por lo tanto es difícil concluir de momento si la vacuna de la gripe ayuda a combatir la COVID-19, puesto que los resultados del trabajo del Centro Cardiológico Monzino de Milán por sí solos no sirven para establecer conclusiones y hay pocos estudios más al respecto hasta la fecha que hayan ofrecido ya resultados.

Tal como asegura Toni Lloret, director en España de la farmacéutica líder en vacunas anti-gripe Seqrius, “no existen datos en cuanto a una posible inmunidad cruzada entre la vacuna de la gripe y las vacunas en desarrollo para la COVID-19”.

Tampoco parece plausible la hipótesis de que la COVID-19 y la gripe puedan interactuar facilitando la una la infección por la otra. En una conversación con la agencia EFE publicada por este medio, el virólogo y profesor de Microbiología de la Universidad de Valladolid Raúl Ortiz de Lejaraz explicaba que los virus respiratorios “son como los bomberos, que no se pisan la manguera; cada uno hace su propio pico epidémico y, aunque en algún momento pueda coincidir el inicio de uno con el máximo del otro, la tendencia no suele ser esa”.

En otras palabras, es difícil que coincidan en extensión ambas infecciones a la vez porque sus ciclos son asincrónicos, es poco probable que coincidan en el tiempo. No obstante, respecto a la hipótesis de que una persona pueda presentar ambas infecciones, Ortiz de Lejaraz explica que es muy improbable, ya que “la infección por cualquier virus respiratorio desencadena una respuesta inmune inespecífica que funciona frente a todos los virus”. Es decir que en caso de padecer gripe la respuesta de nuestras defensas impediría coger la COVID-19 y viceversa.

Si la vacuna de la gripe no frena la COVID-19, ¿para qué ponérsela?

Aunque la vacuna de la gripe ni aumente las defensas frente a la COVID-19 ni sirva para evitar coger ambas infecciones a la vez, tiene una importancia crucial en estos momentos. El presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García Rojas, lo explica de este modo: “La gripe puede derivar también en complicaciones, como ingresos en UCI y fallecimientos, por lo que supondría una carga para el sistema sanitario, con la posibilidad de colapso”.

Es decir que cumplir con la campaña de vacunaciones ahorrará seguramente al sistema de salud un importante alud de ingresos hospitalarios y en unidades de cuidados intensivos que dificultaría todavía más la lucha del personal sanitario contra la COVID-19, agotándolo y estresándolo. Hay que tener presente que en la temporada 2018-19 se produjeron en España 35.344 hospitalizaciones con gripe confirmada, según datos del Centro Nacional de Epidemiología, perteneciente al Instituto de Salud Carlos III.

Con un pico en enero-febrero, pero el inicio de la curva en octubre-noviembre, cuantos menos casos haya, tanto mejor. Tal como recordaba el Ministerio de Sanidad en una nota a finales de junio, “en el contexto de la pandemia de COVID-19 es aún más importante aumentar las coberturas de vacunación frente a la gripe en las personas en las que la vacunación está recomendada”.

Finalmente, desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología subrayan que “este año es más importante que nunca que nos vacunemos para no sobrecargar el sistema sanitario y que todos podamos recibir la atención sanitaria que necesitemos”.

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