Presión o tensión arterial: ¿qué valores son los más normales y saludables?

Podemos tomarnos en casa la presión arterial como dato orientativo.

Eric Santaona

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¿Qué es la presión arterial?

La presión arterial es la presión de la sangre en nuestras arterias. Necesitamos una cierta cantidad de presión para mantener la sangre fluyendo por el cuerpo. Nuestro corazón bombea sangre a través de las arterias, contrayéndose y relajándose. 

Junto con el ritmo cardíaco, la temperatura corporal y la frecuencia respiratoria, es una medida que suele utilizarse para controlar el corazón y la salud en general. Nos da pistas sobre la cantidad de trabajo que tiene que hacer el corazón para bombear sangre a través de las arterias. 

Está influenciada por una gran cantidad de variables, y puede cambiar, incluso en una misma persona, porque sube y baja en función de las actividades diarias. Así, suele ser más alta durante el día, por ejemplo, pero también suele aumentar a medida que envejecemos.

¿Por qué es mala la presión arterial alta?

La presión arterial alta, o hipertensión, significa que el corazón está trabajando más duro para bombear sangre a través de las arterias. 

En la mayoría de los casos, la hipertensión no aparece como consecuencia de ninguna enfermedad; suele ser más bien un problema al que estamos expuestos por predisposición familiar y por factores como el sedentarismo, el sobrepeso, el consumo de mucha sal o alcohol y el estrés prolongado.

Si no se controla, puede aumentar el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal. La hipertensión moderada es silenciosa, no suele causar síntomas o problemas inmediatos (solo el 50% de los hipertensos saben que tienen la presión arterial alta).

En el otro lado de la balanza está la presión arterial baja (hipotensión), una condición relativamente benigna que no se reconoce porque es, en la mayoría de los casos, asintomática, sin molestias. En los casos más graves la situación puede provocar aceleración del pulso, mareo, desmayo y vértigos.

Como reconoce la Sociedad Española de Medicina Interna, para corregirla ayuda beber líquidos y tomar sal, hacer comidas pequeñas y frecuentes. Sin embargo, el café no la corrige ya que el efecto dura solo unos minutos. En el caso de que aparezcan síntomas deberemos acudir al médico. 

¿Cuáles son las medidas de tensión arterial saludable?

Es normal que la presión arterial varíe ligeramente a lo largo del día, sobre todo como respuesta a pequeños cambios en la vida diaria, como el ejercicio físico, la alimentación o el estrés. Pero no lo es que fluctúe de un extremo a otro. Si las cifras son demasiado altas o bajas, es una señal de que algo puede estar mal.

La presión arterial se registra con dos números que indican dos tipos de presión:

  • La presión arterial sistólica (el primer número) indica cuánta presión ejerce la sangre contra las paredes de las arterias cuando late el corazón.
  • La presión arterial diastólica (el segundo número) indica cuánta presión realiza la sangre contra las paredes arteriales mientras el corazón descansa entre latidos.

Por lo general, se presta más atención a la presión sistólica como un factor de riesgo importante de enfermedad cardiovascular. Se calcula que en España unas 11 millones de personas padecen hipertensión, sobre todo los mayores de 60 años.

No obstante, existe un rango de presiones sanguíneas normales que se consideran aceptables. Así, se considera que una presión normal se sitúa en 120/80 mmHg.

Hablamos en cambio de hipertensión (o presión arterial alta) cuando los valores varían de 130 a 139 la sistólica, o de 80 a 89 mmHg la diastólica. 

Los valores de presión arterial son, según la Fundación Española del Corazón:

  • Presión arterial normal. Los niveles máximos de presión arterial sistólica está por debajo de 120 mmHg (milímetros de mercurio), y los de diastólica en 80. Unas cifras más bajas también pueden considerarse normales siempre y cuando no causen ningún síntoma.
  • Presión arterial normal-alta. La sistólica se sitúa entre 120-139 mmHg y la diastólica entre 80-89 mmHg. 
  • Hipertensión grado 1. La sistólica se encuentra por encima de 140 mmHg y la diastólica de 90 mmHg.
  • Hipertensión grado 2. La presión arterial sistólica está por encima de 160 mmHg y la diastólica de 100 mmHg.
  • Hipertensión grado 3. La sistólica está igual o superior a 180 y la diastólica a 110.

Ahora bien, una sola lectura alta no significa necesariamente que se tenga presión arterial alta. Esto es debido al carácter multifactorial de los resultados, que hacen fluctuar estas medidas, como la temperatura, la última vez que hemos comido o si estamos estresados.

Cómo podemos tomarnos la presión arterial en casa

Todos podemos tomarnos la presión arterial en casa. Basta con tener un tensiómetro, que consta de un brazalete inflable que se pone alrededor del brazo y que se infla y de un indicador con números y manecilla, o una pantalla digital, que muestra la lectura (tiene que estar validado para que la lectura sea la correcta)

Pero solo obtendremos una lectura fiable si tenemos en cuenta varias consideraciones, como recuerda la Asociación Americana del Corazón:

  • Debemos sentarnos en una silla cómoda, con la espalda apoyada y sin cruzar las piernas, con los pies apoyados en el suelo. El brazo donde se toma tiene que estar extendido y apoyado a la altura del corazón, sin moverlo mientras dura el proceso y sin que esté cubierto de ropa, relajado, con la palma de la mano hacia arriba.
  • Tenemos que estar tranquilos, sin haber tomado alcohol o café, ni haber realizado ejercicio físico previamente y después de vaciar la vejiga. Debemos estar al menos cinco minutos en reposo antes de realizar la medida.
  • La banda neumática del tensiómetro tiene que cubrir casi todo el diámetro del brazo y tiene que tener una longitud que cubra dos terceras partes del brazo. Si es demasiado grande dará cifras más bajas de las reales y, si es muy pequeño, cifras más altas.
  • Condiciones ambientales: el ambiente debe ser agradable, sin ruidos excesivos y una temperatura de unos 20ºC.

¿Qué medidas puedo aplicar para mantener la tensión arterial controlada?

Aunque no existe una cura para la hipertensión, los cambios en ciertos hábitos pueden mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, etc. 

Algunos cambios de las malas, o poco saludables, costumbres que han mostrado tener más eficacia son:

1. Mantener una alimentación saludable, baja en sal

Se recomienda una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales, productos lácteos bajos en grasa, aves, pescados, frutos secos y legumbres, así como evitar las grasas saturadas, la carne roja, los dulces y las bebidas azucaradas.

Estos hábitos aportan beneficios al corazón y, por tanto, ayudan a controlar la presión arterial. Estos son los alimentos que mejor ayudan a mantener baja la presión arterial.

2. Limitar el consumo de sal

Reducir el consumo de sal es quizás una de las formas más importantes de reducir la presión arterial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de cinco gramos diarios, no más. 

En España, muchos consumidores superan esta cifra con la llamada sal oculta, algo preocupante si tenemos en cuenta que la sal está detrás de uno de cada tres casos de hipertensión, una de las principales causas de patología cardiovascular.

3. Realizar ejercicio físico de manera regular

Practicar actividad física puede llegar a reducir la tensión arterial de 4 a 6 mm Hg. Para ello, lo ideal es combinar el ejercicio aeróbico de intensidad moderada con ejercicios de fuerza con poco peso y muchas repeticiones.

La actividad física, además de ayudar a controlar la hipertensión, también permite controlar el peso, fortalecer el corazón, reducir la presión en las arterias y el nivel de estrés. Es recomendable realizar al menos 150 minutos de actividad física a la semana de intensidad moderada, como caminar a paso ligero.

4. Dejar de fumar

Tanto si fumamos como si estamos expuestos al humo del tabaco, aumentamos el riesgo de acumulación de sustancias grasas dentro de las arterias (aterosclerosis), que aceleran la presión arterial alta. El problema es que la nicotina es un importante constrictor, con lo que aumenta mucho la tensión arterial.

5. Mantener un peso saludable

La pérdida de peso reduce la tensión en el corazón; el sobrepeso, en cambio, ejerce una presión adicional, lo que aumenta el riesgo de desarrollar presión arterial alta y daño a los vasos sanguíneos. 

Algunos estudios han demostrado que perder unos ocho kilos se puede relacionar con una reducción de la presión arterial sistólica en 8,5 mmHg y la diastólica en 6,5 mmHg. Bajar de peso ayuda a que los vasos sanguíneos se expandan y contraigan mejor, lo que facilita que el corazón bombee sangre. 

Se considera un peso saludable el que sitúa el índice de masa corporal (IMC) entre 18,5 y 24,9, aunque lo que conviene medir realmente es el índice de grasa, ya que la masa muscular puede ser muy variable según la persona.

6. Limitar el consumo de alcohol

Con el tiempo, consumir alcohol puede dañar el corazón. De hecho, se calcula que el alcohol está relacionado con el 16% de la presión arterial alta en todo el mundo. Y si bien algunas investigaciones sugieren que cantidades bajas de alcohol pueden proteger el corazón, estos beneficios pueden verse contrarrestados por los efectos adversos.

7. Respetar la medicación (si así lo considera el médico)

Si somos hipertensos es posible que debamos seguir un tratamiento farmacológico. Es necesario respetar todas las pautas porque los resultados no siempre son inmediatos.

En el control de la presión arterial, por tanto, una parte importante es el estilo de vida, además de los medicamentos si así lo prescriben. Si no adoptamos cambios en nuestro estilo de vida, la medicación por sí sola no funcionará de manera eficaz.

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