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Pirineos (I): Cuatro segundos en cuatro puertos

Momento del final en Peyragudes

Iker Rioja Andueza

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Tras varios días más o menos de transición, la caravana del Tour de Francia ya sube y baja los Pirineos. La primera de las dos grandes etapas pirenaicas, extremadamente corta, ofrecía cuatro puertos para marcar diferencias. El UAE de Tadej Pogačar corre a la contra -lo que en sí mismo es una novedad- y con la mitad de corredores -cuatro de ocho, todos ellos jóvenes contendientes al maillot blanco. Pero ha asumido el peso de tener que romper la carrera y recortar las diferencias con Jonas Vingegaard.

Con Mikkel Bjerg primero y con Brandon McNulty después, ha incrementado el ritmo y desgajado en mil grupos el pelotón. Quedaban dos puertos para el final y se aventuraba un ataque del esloveno contra el danés, pero lo que estaba siendo una bonita etapa de estrategias ha acabado decepcionando con una subida final a Peyragudes en la que Vingegaard iba soldado a Pogačar y éstos a su vez guiados por McNulty. Solamente la bonificación en meta, donde el corredor del UAE ha batido a Vingegaard, ha rebajado en cuatro segundos la diferencia en la general, que sigue en el entorno de los dos minutos.

Eso sí, es palpable que media un abismo entre este dúo y el resto de contendientes. En el tercer puesto parece consolidado Geraint Thomas, pero el cuarto clasificado, Nairo Quintana, se va ya a casi ocho minutos. Enric Mas es décimo a más de un cuarto de hora. Caleb Ewan es el farolillo rojo a una distancia sideral, casi cinco horas -hora y media más que lo que ha tardado este miércoles el ganador-.

De cara a la contrarreloj del sábado en Rocamadour -un lugar imprescindible de la Francia interior- todo lo que sea más de un minuto parece colchón bastante para un Vingegaard sólido, aunque su equipo también acumula bajas importantes. Al UAE le queda una segunda etapa pirenaica este jueves entre Lourdes -donde los milagros- y Hautacam. No es tampoco muy larga, 143 kilómetros, y antes de la subida final está uno de los grandes colosos, el Aubisque -17 kilómetros al 7%-, y Spandelles -10,2 kilómetros al 8,3%-. La meta se hizo por última vez en 2014, con Vincenzo Nibali como ganador de la etapa y de la general. Sí o sí el esloveno tiene que marcar diferencias.

En cuanto al resto de clasificaciones, Wout van Aert es amo y señor del 'verde' de la regularidad y, además, mostrando que es más que un velocista, que era el perfil habitual de los ganadores en las últimas décadas. En la montaña, el Cofidis aspira al trono con Simon Geschke. Sus rivales son los dos primeros de la general, así que sí o sí tendrá que filtrarse para obtener puntos en el Aubisque.

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