Tantos años de educación católica para nada. El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, y el de Euskadi, Iñigo Urkullu, tienen en común, si no me equivoco, su fe católica. Tienen más cosas pero no vienen ahora a cuento. Lo que me preocupa es si no estudiaron bien el catecismo y han caído en la herejía calvinista.
Me da la sensación de que piensan que su futuro está escrito. Pura predestinación. Se han entregado al más allá, a una respuesta divina que viene ya determinada, que está ya escrita. Terrible que un católico haya renunciado al libre albedrío y a la capacidad de hacer y decidir. El más allá europeo tiene decidido nuestro destino y cualquier cambio está ya escrito.
La divinidad europea nos concederá una rebaja del déficit que nos salvará y satisfará nuestras plegarias. Mientras llega el día, a esperar. Mientras llega el día, el paro campa por todos los rincones de España, también los vascos, sin control, con una furia salvaje e irreductible.
Alguien en su sano juicio piensa que a los 27 de cada 100 personas que en España están en paro les preocupa algo esa buena noticia en forma de reducción de caída de la prima de riesgo. Todavía nos quieren contar que la austeridad es buena y que estamos en la senda del crecimiento y hay brotes verdes. Para esto es mejor estar callados por respeto. No cuestiono la legitimidad democrática del que gobierna pero sí la falta de respeto del gobernante, y estoy convencido de que se paga en las urnas. Los ciudadanos nos equivocamos y también los gobernantes, pero que nadie piense que después de votar me tengo que callar, que nadie pienso que haber votado da carta blanca, que nadie piense que somos tontos.
Estamos mal y ya empiezan a notar lo mal que estamos los alemanes y lo notarán más, estoy seguro, y lamentarán junto a todos sus países satélites haber quemado la Unión Europea y lamentaremos los predestinados al sufrimiento del sur habernos dejado quemar.
A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.
