Una alternativa antes del 25 S. La abstención es un apoyo (I)

No comparto la tesis ni de los que piensan que el cambio está enterrado, ni de los que piensan que al PSOE la única salida que le queda es ir a ejercer la oposición a un gobierno de Rajoy, que para constituirse además del sí de Cs, debe contar con el apoyo abstencionista del PSOE. La oposición, por muy “inclusiva o incluyente” que sea o pretenda ser, a ese hipotético gobierno sólo se puede ejercer desde el NO; quien se abstenga y permita que Rajoy gobierne quedará descalificado para oponerse, sobre todo, cuando, como es el caso, hay a quien no se le pase por la cabeza abstenerse. Si el PSOE quiere seguir trabajando por una alternativa a la política de este gobierno no puede apoyarlo absteniéndose.

El debate sobre si la abstención debe ser universal (Rivera, Guerra…) o en la parte alícuota o proporcional que a cada partido le debiera corresponder para permitir el gobierno de Rajoy, me parece, una expresión más de impotencia política que de responsabilidad democrática como se nos quiere hacer ver; en definitiva, una manera más de apoyar a Rajoy. Ojo, que algunos están en esta clave por hacer un favor al PSOE ; de hecho, yo la primera vez que la oí formulada fue en boca de un dirigente socialista vasco y posteriormente se la oí al jefe del PNV (“Ortúzar se abre a hablar con otros partidos de una abstención consensuada” “Todo el mundo entendería esta medida para superar el bloqueo a Rajoy en el caso de que el PSOE no quiera ir solo a estas cosas”. En mi opinión, con lo que ha hecho y está haciendo el gobierno en funciones, ni PSOE, ni PNV deberían hacer tal cosa aunque el 25 de Septiembre no se hubiera aún constituido el gobierno de España. A pesar del fracaso que significarían unas nuevas elecciones, y de que hay que procurar evitarlas, es mejor ir de nuevo a otras elecciones que un gobierno del PP, por mucho que la candidata de Podemos en Euskadi, Pili Zabala, prefiera un gobierno de Rajoy antes que elecciones. Mejor que se pongan a trabajar todos en una alternativa. Veamos.

Si uno hace caso de lo que ha dicho Cs (32) desde su fundación, no puede creer que vaya a apoyar a Rajoy y al PP en la investidura. Nos deja estupefactos con su abstención, pues por mucho que se empeñe, no deja de ser una manera de apoyar todo aquello que ha condenado y ha sido su razón de ser. De momento, es lo que han decidido hacer aunque con escasa convicción y bastante dosis de cinismo; eso sí con el apoyo generalizado de los medios que les siguen animando a que pasen al Sí. Parece que han interiorizado el discurso de que se les ha castigado (-8) en las urnas el 26J, por haber pactado con el PSOE y en consecuencia ponen sus escaños a disposición del PP (137); en lugar de reafirmarse en la necesidad del cambio, anteponiendo la regeneración a cualquier otra consideración, parece que prefieren tragarse el enorme saco de corrupción de Rajoy y el pluriimputado PP, a reafirmarse en lo acordado con el PSOE, a hacer pedagogía del cambio necesario, y a abrir la puerta a levantar el veto a Podemos para evitar un nuevo gobierno del PP.

Como todos sabemos, los colegas de la “nueva política” se han hecho viejos muy rápidos y se siguen vetando mutua y recíprocamente; eso sí según la opinión pública, ellos no tienen responsabilidad alguna en el bloqueo que nos puede llevar a unas nuevas elecciones. Eso es responsabilidad, según los medios, única y exclusivamente del PSOE, que no quiere [ qué desfachatez] hacer lo contrario de lo que prometió en campaña. [Uno recuerda que en febrero de 1981 tras la dimisión de Suárez, Felipe González no se abstuvo, votó en contra de Calvo Sotelo a pesar de la excepcionalidad del momento]. Aunque la actitud de Cs hace más difícil la salida para un cambio, no la hace imposible porque a fecha de hoy, con su abstención, Rajoy no tiene apoyo alguno y sin apoyos no se presenta a la investidura. Sólo cuenta con sus 137 escaños. Veremos.

El PSOE (-5) el otro partido que intentó el acuerdo tras el 20D es objeto de toda la presión y víctima de la guerra sucia de la opinión pública de los grandes medios y también, y sobre todo, de los medios sostenidos con fondos públicos. Su secretario general está demostrando fortaleza y a pesar de la debilidad de su equipo está aguantando bien la presión de propios y extraños. Es un líder avalado por unas bases que le han elegido en primarias, con una política respaldada por el Cte. Federal, donde ha ganado la batalla tantas veces como se ha convocado. Es el primer socialista que ha tenido la osadía de hacer un referéndum para refrendar el acuerdo para formar gobierno. Algunos siguen analizando la realidad como si aquí no hubiera pasado el ciclón de la crisis y del 15 M, que todo lo ha trastocado. Algunos siguen operando como si estuviéramos en un bipartidismo debilitado.

El bipartidismo es historia y la realidad es otra: el PSOE no ha ganado el 26 J en ninguna comunidad autónoma y el sorpasso de Unidos Podemos se ha producido en Cataluña y Euskadi, donde el problema territorial no se soluciona con la declaración de Granada, ni con la formulación reiterada de una reforma constitucional que no avanza porque se condiciona a que se haga en los términos y cuando el PP considere oportuno. Los socialistas han perdido la iniciativa en esta cuestión que siempre estuvo liderada por el PSC; en Euskadi, los socialistas vascos organizaron una jornada sobre la ley de claridad canadiense con el señor Dion, y prestigiosos constitucionalistas como A.López Basaguren que alentaban la posibilidad de abordar un acuerdo de reforma constitucional previo que avalara un referéndum con requisitos similares a los canadienses. Pero todo se ha enfriado cuando no podrido en la cuestión territorial y aunque en Euskadi ha bajado el pistón, en Cataluña la política tancredista del PP en respuesta a la provocación de la desconexión declarada de los Cuperos y de “Junts pel sí” no hace que incrementar el número de independendistas.

Al margen de la cuestión nacional o territorial, los responsables socialistas saben que, en Andalucía, Extremadura, Baleares, País Valenciano, Castilla la Mancha, Aragón y Asturias, gobiernan gracias a otros, que se abstuvieron o les apoyaron; en ningún territorio, gobiernan gracias a la abstención del PP. Igual es que algún socialista está pensando en hacer una gran coalición en todas las comunidades autónomas con los populares para gobernar España y en todas las CCAA donde se pueda, pero no se atreven a plantearlo porque harían buena las consignas de la calle de que “ no nos representan porque son lo mismo, la misma mierda”. La convergencia PP-PSOE no debe ser una hipótesis de trabajo para los socialistas, como tampoco debe serlo pretender que “dejar formar gobierno y dejar gobernar al PP en España ” a cambio de que te dejen gobernar y aprobar los presupuestos en Extremadura, Castilla La Mancha, Asturias... Quien proponga eso que se vaya al PP y que lo haga pronto.

Hay que recordar también que en el ámbito municipal del conjunto del Estado, el PSOE está apoyando a opciones lideradas por candidaturas de progreso y de cambio; sin ir más lejos en capitales tan significativas como Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza... hemos optado por apoyar fuerzas de cambio para que el PP no gobernara.

Es pertinente también recordar que el PSE-EE está gobernando en Euskadi con el PNV en las tres diputaciones vascas, (las que recaudan los impuestos y condicionan lo que dispone el GV y todo el entramado público) y en múltiples ayuntamientos de Euskadi, incluidas las tres capitales, en virtud de un acuerdo de gobernabilidad. Este acuerdo “transversal” de gobernabilidad en vigor es un ejercicio de pragmatismo político socialista que, en lugar de responder con una oposición descalificadora a Urkullu tras la legislatura de Patxi López, optó por hacer una oposición constructiva cuando había motivos para “ir a saco” contra el gobierno de Urkullu. Incluso a quien fue el ariete contra el gobierno socialista vasco, entonces diputado general de Bizkaia, se le premió con un puesto en el Tribunal Vasco de Cuentas.

Por tanto, no le debemos nada al PP; gobernamos gracias a otros y apoyamos el cambio en Zaragoza, Madrid, Barcelona, Valencia…con otros. Alguien me sacará a relucir el acuerdo con el PP en Euskadi que permitió gobernar a Patxi López desde mayo de 2009 a diciembre de 2012. Todo el mundo debe saber que se hizo con la oposición del PNV, tras la ilegalización de Batasuna-Eta, y se hizo porque ETA mataba a socialistas y populares; de hecho, la constitución de este gobierno fue el mayor argumento para demostrar a todos los nacionalistas, moderados y radicales, que el terrorismo “restaba” puesto que les hacía perder hasta el gobierno vasco. Desalojar a Ibarretxe de Ajuria Enea tras haber ganado éste las elecciones y constituir el gobierno socialista con Batasuna fuera del parlamento y el apoyo del PP, fue el hecho más relevante para acabar con ETA y su deslegitimación; les llevó a muchos de los que justificaban y jaleaban a ETA a exigir que pararan de matar. Eso se hizo, no se olvide, con Patxi López en Ajuria Enera y JLR Zapatero en Moncloa y con la oposición beligerante del PNV, que sometió a un acoso y derribo al gobierno socialista vasco. Que nadie piense que esa es la única razón de la derrota de ETA-Batasuna, pero sí una muy importante que para mi sorpresa algunos socialistas españoles y vascos no han sabido explicar. Pero volvamos al momento actual y a lo que ahora nos ocupa.