La ciudadanía está mirando

Mucha gente nos pregunta en nuestros centros de trabajo por qué sindicatos como LAB han puesto el grito en el cielo por las filtraciones ahora y no antes. Todo es muy complejo como se ha visto, pero hay algo determinante que no había sucedido hasta ahora: se nos estaban acercando médicos explicando cómo se producían las filtraciones y algunos estaban dispuestos a denunciar. No es baladí esta cuestión, pues el estamento médico es un estamento muy estanco y tener esa información desde “dentro” nos daba pistas para poder desenmascarar esta situación. Este elemento nos lleva a una reflexión que querría trasladar a la ciudadanía, no hay fuerza sindical efectiva sin la implicación de la clase trabajadora.

Cuando en aquellos primeros días de junio las delegadas de LAB nos pasamos una noche entera analizando los resultados de esas categorías no dábamos crédito al descaro con el que se repartían tantas notas perfectas como plazas estaban en juego. Esto encajaba perfectamente con lo que los facultativos nos repetían una y otra vez, la impunidad con la que se realizaba el reparto de puestos era absoluta.

En un primer lugar, nuestro informe puso la lupa sobre 11 categorías de 36 pruebas celebradas hasta esos primeros días de junio, posteriormente, la cifra ascendió a 19, dibujando perfectamente cuál era la fotografía de la OPE de facultativos especialistas.

No contábamos con que este tema pudiese llevarse por delante a Darpón hasta que vimos su primera medida frente al escándalo y que ilustra perfectamente la actitud sostenida durante todos estos meses. Un hecho que después de todo lo que ha sucedido, queda relegado a un segundo plano pero que para los que estamos intentando desenmascarar estas prácticas es muy relevante. La primera medida del departamento fue retirar de la web los resultados de las pruebas para impedir su estudio. Cuando sufrimos esta medida de opacidad, comprendimos que los responsables de Osakidetza serían un obstáculo para aclarar lo sucedido y si a pesar de todo lo conseguíamos, el organigrama se vería altamente comprometido.

La historia ha sido narrada minuto a minuto, quizás restando protagonismo a una acción sindical tan incansable como eficiente y efectiva que ha superado en muchas ocasiones viejos esquemas.

Desde el Gobierno vasco se ha intentado vender como pasos dirigidos a aclarar lo sucedido actuaciones que buscaban precisamente todo lo contrario. La nefasta investigación interna no profundizaba en la búsqueda de la verdad ni contando con testimonios de miembros de tribunales con una potencialidad incriminatoria impresionante. El informe estadístico de Oviedo es un fraude descarado puesto que obviaba un dato principal, el de las plazas ofertadas, porque es descaradísimo que el número de notas perfectas coincida con el número de plazas ofertadas cuando todos los demás opositores suspenden. Y que además esta anomalía estadística se repita en decenas de categorías es simple y llanamente imposible. En esta OPE han pasado cosas que son imposibles sin una cocina previa.

En el resto de categorías, de 70.000 personas, no consta ninguna nota perfecta ni siquiera en categorías que ha aprobado el 75% de los participantes. Es otro dato elocuente al que Darpón no se ha querido enfrentar tampoco.

Pero hay un informe, realizado por Jiménez Asenjo, con elementos muy preocupantes. En él se plantean medidas para mejorar el sistema obviando la situación actual, por ejemplo, plantear entrevistas conductuales partiendo del sistema del que partimos sólo se puede entender si se quiere perpetuar el problema.

Si perseguimos democratizar Osakidetza, todas las iniciativas que se planteen deben partir de la realidad o no funcionarán, y las filtraciones son una realidad. Todos los estudios realizados por Osakidetza han partido de un negacionismo tan peligroso como avergonzante.

El exconsejero, en su torpeza, también ha realizado afirmaciones muy graves. Una de ellas fue decir que quienes denunciamos estas prácticas poníamos en tela de juicio la profesionalidad de los médicos especialistas. Para LAB ese es un chantaje inaceptable porque todos los profesionales que se presentan están capacitados. No en vano la carrera universitaria realizada por éstos es increíblemente larga y costosa y además consta de una larga formación en los centros de trabajo. LAB jamás ha puesto en cuestión la capacidad profesional de los facultativos, ni de los que sacaron notas perfectas, ni de los que sacaron ceros, porque esa OPE es una farsa. Es quien saca a la palestra la profesionalidad de los facultativos quien la pone en cuestión.

Hay muchas preguntas que surgirán a raíz del terremoto que se está produciendo, como las relativas a la política de contratación en Osakidetza y especialmente en médicos, con una precariedad galopante que favorece la tiranía de ciertos jefes de servicio que mercadean con puestos de trabajo ante personas que han invertido toda su vida en estudiar profesiones que son, en muchos casos, vocacionales.

Para LAB hay dos cuestiones fundamentales, la igualdad de oportunidades en el acceso a la función pública y la transparencia que debe regir la gestión de todos los procesos de un ente como Osakidetza, desde las OPE hasta la contratación pasando por las compras que se realizan.

Hemos actuado con seriedad, responsabilidad y respeto máximo a los principios que deben regir instituciones públicas como Osakidetza. Hemos sentado las bases para convertir en inaceptable algo que se asumía como inalterable. Darpón solo ha dicho una verdad completa en todo este tiempo y es que se ha abierto una ventana de oportunidad para mejorar el sistema. Será responsabilidad de todos, profesionales, sindicatos y ciudadanía construir un sistema que no funcione por criterios subjetivos que quebrantan no sólo la ley sino los principios democráticos más básicos.

Me gustaría acabar esta reflexión con una interrogante que nos atormenta enormemente: ¿si ha habido jefes de servicio que podrían haber quebrado la ley para beneficiar a “su gente”, serían capaces de hacer lo mismo para beneficiar a empresas en la coyuntura privatizadora en la que estamos inmersas?

La acción sindical de LAB velará porque eso no se produzca y en el momento en que tenga constancia de algo así, LAB lo denunciará allí donde sea necesario. Pero ahora, lo que debemos tener claro es que en Osakidetza existen inercias que se resisten al cambio. Por eso quiero trasladar a quienes se ven inmersos en esas inercias que las ventanas están abiertas, las luces encendidas y la ciudadanía está mirando. Ya nada es ni será igual.

*Txutxin Oñate es delegado de LAB en Osakidetza