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Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Ruiz Gallardón en: ¿'Apocalypse Now' o 'Alguien voló sobre el nido del cuco'?

El PSOE apela a la igualdad en la decisión de citar a Gallardón en el caso Nóos

Isabel Camacho

El ministro Ruiz Gallardón se ha lanzado en los brazos de la más santa de todas las madres: la Iglesia católica. La creencia de que la ilegalización del aborto aumentará la natalidad y mejorará la economía, además de hacer a las mujeres más libres, es de locos o de alguien a quien una sustancia tóxica le ha dejado fuera del combate de la razón. De seguir así, corre el riesgo de ingresar en una clínica de desintoxicación a lo Kate Moss pero con menos glamour. O, peor aún, de sufrir una tanda de electro shocks para extraer su diabólica arrogancia, más al estilo Jack Nicholson en `Alguien voló sobre el nido del cuco`.

Tiene que ocurrir algo –más allá de tratar de imponer la ideología de unos pocos a toda la ciudadanía- que trastoque tanto como para atreverse a sostener tal certeza y plasmarla en un documento. Maruja Torres @MistralS lo decía con su habitual sarcasmo en Twitter: Desde Apocalypse Now no se había visto un consumo tan descarado de alucinógenos.

Si no fuera tan dramático y se estuviera jugando con la privación de derechos y libertades de las mujeres; con su propia vida, las ideas de Ruiz Gallardón resultarían hilarantes. Es difícil sustraerse a la ridiculez de un ministro seguro de que sus decisiones derivan de su talento y poder. Parece lejano el día en que traspasó la delgada línea roja que separa la autoconfianza del autoengaño.

Al ministro Gallardón no se le mueve un pelo de sus enmarañadas cejas cuando parte de hechos falsos para llegar a conclusiones que rezuman mentira. Porque, lo cierto es que las mujeres que no deseen ser madres intentarán interrumpir su embarazo a pesar de la ley, aunque para ello tengan que iniciar un camino que todas creíamos olvidado.

Muchas se negarán a humillarse públicamente y rechazarán pasar ese túnel burocrático que propone el anteproyecto en los casos que admite el aborto y buscarán otras sendas. ¡Cómo se nota que son hombres quienes idean y reforman la ley! Tipos oscuros y tan falsos como feos que ordenan a las mujeres lo que deben hacer y les prohíben según sus conveniencias para luego ser los primeros en romper las reglas. Son los que ostentan el poder y otros que les jalean desde los medios de comunicación. A menudo dan vergüenza ajena sus machistas y sucios comentarios, sobre todo cuando se sabe de las turbias actitudes personales de algunos de ellos.

Pero, vayamos a la tesis del ministro ¿Cómo se incrementara la economía prohibiendo el aborto? ¿Gastarán más las madres? ¿Llevarán a las criaturas a la sanidad pública, a colegios privados, a universidades de élite? ¿Trabajarán los hijos e hijas –dónde- a partir de los 16 años para levantar el país? ¿Cotizarán a la Seguridad Social para que los viejos del lugar tengan pensión? Suficientes interrogaciones para una idea perversa que asocia el resurgir de la economía con la llegada de miles de criaturas no deseadas.

Lo que sí es deseable reiterar es que nadie, absolutamente nadie, y desde luego ninguno de los próceres que nos gobiernan, puede obligar a una mujer a tener un hijo no deseado. Como decía, enrabia e indigna con qué falta de conocimiento se habla y escribe contra el aborto. Y, lo que es peor, se decide. No creo que haya mujer alguna que vaya a abortar como si fuera a cortarse el pelo. Todas tienen sus motivos y, sinceramente, dudo de que ni el de una sola, sea frívolo. Supongo que es una experiencia que no se olvida, aunque cure la herida. Pero, es que, por encima de cualquier consideración, la mujer es dueña de su cuerpo, de sus decisiones: equivocadas o certeras.

El PP incluyó en su programa electoral modificar la ley del aborto de Zapatero y lo ha hecho, como decía al inicio, arrojándose en los brazos de la más santa de todas las madres: la Iglesia católica española y en los de sus votantes más extremistas. Buscaba así hacerles olvidar su nefasta política económica y su descontento con la gestión del fin del terrorismo de ETA. Pero, no satisface a nadie.

La portada de esta revista italiana, que la periodista Julia Otero ha colgado en su cuenta de Twitter @julia_otero, es bien ilustrativa:

Viraje total a la derecha. España prohíbe el aborto. Bajo el dictado de la Iglesia, los conservadores retrotraen Europa medio siglo.

Europa no es ajena a ese giro radical hacia la derecha más peligrosa, que en algunos de los principales medios de comunicación no han dudado en calificar de Dictadura. Y, en este asunto de la reforma de la ley del aborto, la gran mayoría de los grupos del Parlamento europeo ya pidieran su retirada -incluido el PNV. La holandesa Sophia in’t Veld, presidenta del grupo de trabajo de salud sexual y reproductiva de la Cámara fue clara en su cuenta de Twitter: La intervención de los miembros conservadores del Parlamento Europeo sobre salud sexual y reproductiva muestra que los dinosaurios no están extinguidos.

Porque, en definitiva, eso es lo que plantea el anteproyecto del ministro Ruiz Gallardón, el regreso a las cavernas; a la clandestinidad: no ya del perejil y la percha como métodos abortivos, pero sí a la batalla de combatir lo prohibido y sobrevivir. La vuelta a los viajes al extranjero para quien pueda pagarlos o en clínicas privadas españolas que, seguro, seguirán practicando abortos en secreto.

Es sorprendente el vapuleo a las mujeres que deciden abortar y no se reflexione sobre el futuro de esas mismas mujeres que se ven obligadas a seguir adelante con el embarazo en circunstancias adversas. ¿Cómo es su vida después? ¿Cómo sobreviven física y sicológicamente? ¿Cómo les afecta a su vida cotidiana? Y, ¿a los hijos? ¿Qué problemas pueden sufrir en su desarrollo? ¿Son felices esos hijos nacidos casi por obligación? ¿Es esto decente en 2014? ¿Es moral perseguir la libertad de una mujer que no quiere o puede, incluso debe, ser madre en un momento determinado? y, sin embargo, dejar miles, millones de niños desamparados o enfermos por inanición? ¿Dónde están esas voces cuando se desahucia a una madre con un hijo con síndrome de Down en brazos, como ocurrió recientemente?

Es escalofriante e inmoral comprobar el afán de Gallardón por proteger al feto y su desalmada despreocupación y la de su Gobierno por los hijos nacidos.

El ministro ha provocado un incendio en la sociedad española que ha alcanzado a su propio partido. Y va a tener que sofocarlo. Es muy probable que se vea obligado a dar algún paso atrás y, termine permitiendo el aborto en el caso de malformación en el feto. Pero, no es suficiente. Las mujeres están dispuestas a batallar para defender lo que es suyo. Y, en eso estarán acompañadas por mujeres de otros países.Todavía no se ha perdido la guerra.

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