Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Tejiendo cuidados dignos
Hace aproximadamente dos décadas se crearon en Araba las últimas plazas públicas para el cuidado de las personas mayores con altos grados de dependencia. Desde aquel lejano 2008 a hoy en día, el cuidado hacia este colectivo ha ido cambiando de forma muy significativa.
Así las decisiones políticas tomadas durante estos años tanto desde la derecha española, como desde la derecha vasca junto al reto demográfico nos han llevado a la situación actual en lo respectivo al cuidado de personas dependientes. Se ha apostado por favorecer la implantación en nuestro Territorio de residencias privadas, conceder “cheques servicios” a todas aquellas personas que teniendo derecho a una plaza de responsabilidad pública esperan durante años en centros privados, y por último se ha mirado hacia otro lado en cuanto a las condiciones laborales de las profesionales que sostienen el cuidado y la vida de las personas mayores.
Legislatura tras legislatura, políticos en sus despachos decidían tejer desde la privatización y la precarización un telar de nuestro sistema de cuidados a mayores y llegamos al día de hoy con un gran ovillo difícil de desenredar. En un extremo del hilo se sitúan las familias que pagan unos 3.000 euros mensuales por derechos básicos, que firman contratos con cláusulas muy cuestionables y que esperan durante años a entrar en una residencia pública. En el otro extremo del mismo hilo, las profesionales, con salarios que apenas llegan al SMI, con jornadas de 1.772 horas, cargas de trabajo inhumanas y abuso de contratos parciales.
Hace tiempo que las profesionales dijeron basta: ya hace seis años que comenzaron las jornadas de huelga pidiendo la firma del primer convenio de residencias en Araba. Después de muchas jornadas de movilizaciones, de reuniones y de mesas negociadoras, llegamos a 2025 con seis millones de euros sobre la mesa para impulsar la firma de este esperado convenio, gracias al acuerdo presupuestario entre EH Bildu y el Gobierno Foral.
Para EH Bildu, los cuidados son un elemento central y estructural en nuestra práctica política. Entendemos que esos seis millones de euros deben servir para garantizar unos cuidados dignos y unas condiciones de trabajo dignas. La patronal de las residencias privadas debe asumir que su actividad va mucho más allá de lo meramente económico, del beneficio a costa de las personas. Unas condiciones de trabajo dignas son una condición necesaria para unos cuidados dignos. Es hora de que la patronal mueva ficha y se comprometa activamente con unos cuidados dignos.
Por su parte, la Diputación Foral de Araba también tiene que asumir su responsabilidad: si en vez de crear plazas públicas dirige a las personas usuarias a residencias privadas, debe garantizar que esas personas estén bien cuidadas y que las personas que cuidan lo hagan en condiciones óptimas. Porque sus decisiones condicionan vidas. Es hora, por tanto, de que la Diputación también mueva ficha y, más allá de los seis millones acordados con EH Bildu, lidere y establezca las delimitaciones del ámbito de negociación. Es hora de pasar de las palabras a los hechos.
A lo largo de este año quienes tienen las agujas de tejer han ido dando diferentes puntadas con más o menos acierto, pero llegamos a verano y el reloj empieza su cuenta atrás. Todas debemos dar pasos para desenredar ese ovillo, todas somos tejedoras, todas podemos tirar de un hilo. Pero les toca a quienes decidieron tejer este telar de los cuidados con hilos de privatización y precarización ejercer el liderazgo que les corresponde y coger todas las herramientas a su alcance para que de una vez por todas Araba y las trabajadoras de las residencias privadas tengan un convenio que dignifique las condiciones en las que se cuida en nuestro Territorio.
Desde EH Bildu, apostamos por un sistema público comunitario de cuidados, ese es nuestro último objetivo. Pero ese objetivo no puede cegarnos ante una situación sangrante que precariza los cuidados, perjudicando a personas cuidadoras y cuidadas.