El hidrógeno está llamado a ser a la energía del futuro y Euskadi abandera ya muchas de las iniciativas más importantes para su producción, con empresas que están a la cabeza de las propuestas más innovadoras en este campo. Por eso, no quiere quedarse fuera de las acciones que se están realizando ya en otros puntos de Europa para explorar las posibilidades de extraer el hidrógeno del subsuelo. De momento sólo es una propuesta a analizar, sin presuponer la existencia de hidrógeno en el subsuelo vasco, pero con la suficiente base como para que PNV y PSE-EE hayan considerado que merece una partida presupuestaria en las cuentas del año que viene.
En concreto, los presupuestos de 2026, que dedican cerca de 45.000 euros a diferentes actuaciones relacionadas con el hidrógeno, dentro de área del departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, reservan una partida para “Estudios e informes sobre actividades extractivas de áridos, hidrógeno nativo, helio y proyectos de seguridad”, aunque el Gobierno reconoce que responde más a una planificación que a proyectos que estén cerrados.
En una respuesta parlamentaria, el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, señala que la citada partida se integra en una línea de actuación habitual del Gobierno vasco dirigida a la realización de estudios y a la elaboración de informes sobre la situación del mercado de los áridos, tanto en lo referente a las explotaciones en actividad como a las explotaciones abandonadas. Asimismo, contempla la redacción de proyectos y demás documentación técnica orientada, en su caso, a la recuperación de antiguas explotaciones y a la adopción de las oportunas medidas de seguridad. En estos prepuestos que se aprobarán este próximo martes, se ha incorporado adicionalmente la referencia a estudios relativos al hidrógeno nativo y al helio, “al tratarse de un ámbito de interés emergente, con el fin de disponer de elementos de valoración técnica ante eventuales circunstancias o proyectos que pudieran plantearse en relación con estos recursos”.
Preguntado por el parlamentario de EH Bildu, Ander Goikoetxea, sobre si se van a realizar preprospecciones técnicas, diagnósticos de geología básica y si serán los primeros pasos hacia la explotación de los recursos naturales, el consejero señala que “la partida no se encuentra asociada a actuaciones cerradas ni a proyectos específicamente definidos, por lo que no tiene un reflejo concreto en términos de prospecciones, diagnósticos de geología básica o fases iniciales de explotación”. Señala en este sentido que la dotación presupuestaria tiene “carácter general” y está destinada a “posibilitar, en su caso, la realización de estudios e informes técnicos que pudieran resultar necesarios ante eventuales circunstancias que se planteen en el futuro, de acuerdo con las necesidades que se vayan identificando en cada momento”.
El departamento de Industria considera que cualquier eventual actuación en materia de recursos naturales subterráneos debe apoyarse necesariamente en estudios rigurosos de geología básica. A este respecto, señala que ya se dispone de una base de información geológica general, “que en su caso podría completarse y actualizarse mediante los estudios que se financien con la citada partida presupuestaria”. “En todo caso, la inclusión de referencias al hidrógeno nativo y al helio en dicha partida no implica presuponer la existencia de un determinado potencial geológico, sino precisamente dotarse de los instrumentos técnicos necesarios para, llegado el momento, poder valorar con rigor y con base científica cualquier circunstancia que pudiera plantearse en relación con estos recursos”.
Cuestionado el departamento por el parlamentario de EH Bildu si puede entrar en colisión la posible búsqueda de hidrógeno con la disolución de Shesa como obliga la Ley de cambio climático, el consejero señala que la inclusión de esta partida presupuestaria se enmarca en una lógica estrictamente técnica y de planificación, y “no guarda relación directa con el proceso de disolución de Shesa”, ya que la decisión de proceder a la disolución de esta sociedad “responde a la reordenación del sector público vinculada a la política energética y, en particular, a la desvinculación de actividades relacionadas con los hidrocarburos”.
Insiste el consejero en que la finalidad de la partida “no es la ejecución de proyectos definidos que requieran ya un contraste detallado de costes y beneficios, sino dotarse de un margen de actuación para la realización de estudios e informes técnicos en función de las necesidades que surjan”.
Red troncal
De momento, Euskadi será un eje fudamental en la red troncal de distribución de hidrógeno verde de Enagás. Movilizará en Euskadi entre 350 millones y 400 millones de inversión en su primera fase, y afectará a 50 municipios vascos, uno de cada cinco. En total, serán 163 kilómetros repartidos en dos tramos conectados con el resto del eje de la cornisa cantábrica: el Reocín-Arrigoriaga, con alrededor de 38 km en territorio vasco; y el Arrigoriaga-Haro, con aproximadamente 125 km, que convertirá a Euskadi en un centro neurálgico del mercado del hidrógeno, con un potencial nodo de agregación en la proximidad de Bilbao y Vitoria, donde se agrupan futuros proyectos de producción y consumo, relacionados con el ámbito industrial. En esta primera fase está previsto que arranquen las obras en 2028 y que esté ultimada en 2030, para arrancar después las redes de hidroductos que conectarán con el valle de Ayala y sus industrias, y la conexión de Bergara-Irún y después con Francia.