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'Pseoudomona aeruginosa', la bacteria acuática que ha puesto en jaque a seis piscinas municipales en Vitoria

Las piscinas de Aldabe de Vitoria

Beatriz Olaizola

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Durante los últimos dos días, quienes se acercaban a las piscinas del centro cívico Aldabe, en Vitoria, descubrían que estaban cerradas. Un aviso pegado en la puerta informaba hasta la mañana de este viernes de la detección de “un valor incorrecto” de la bacteria 'pseudonoma aeruginosa' en las piscinas cubiertas. La 'pseudomona aeruginosa'' es una bacteria de presencia frecuente en áreas húmedas de todo el planeta, desde fregaderos o lavabos hasta piscinas, y su detección en “niveles irregulares” dentro de los parámetros microbiológicos no solo ha afectado a las dos piscinas cubiertas de Aldabe. El miércoles también se cerró el vaso de natación del centro cívico Ibaiondo, aunque su piscina lúdica permanecía abierta, y el jueves se sumaron al cierre las piscinas cubiertas de Mendizorroza, el vaso grande de las piscinas del centro cívico de Salburua y el vaso pequeño de las piscinas del polideportivo de San Andrés. 

Hasta que se normalicen los valores del microorganismo, la normativa técnico-sanitaria obliga al cierre cautelar de las piscinas donde se han detectado parámetros irregulares, pero en el caso de los vasos de los centros cívicos de Aldabe e Ibaiondo, el cierre ha durado poco. Este viernes el Ayuntamiento ha anunciado ya la reapertura de ambas piscinas después de que los resultados del análisis en el laboratorio dieran negativos. Según informó el consistorio el pasado miércoles en un comunicado, los valores “atípicos” de la bacteria se detectaron durante los análisis rutinarios semanales llevados a cabo por el unidad de laboratorio municipal, encargada de la supervisión y el control analítico de la calidad de aguas de consumo y aguas de piscina. 

Un portavoz del Gobierno local indica que en estos casos hay tres técnicas de limpieza que se pueden llevar a cabo tras la detección de la bacteria: “hipercloración de las piscinas, limpieza de filtros y aumento de la recirculación del agua”. Una vez aplicadas estas medidas, se toma una nueva muestra del agua para analizar y los resultados se obtienen pasadas 48 horas. El resultado negativo en la muestra tomada de los vasos de Aldabe e Ibaiondo implica que la calidad del agua es óptima, por lo que las piscinas pueden volver a abrir. En el caso de Mendizorroza, el polideportivo de San Andrés y el centro cívico de Salburua las piscinas permanecerán todavía cerradas a la espera de los resultados de la analítica. 

Según estas fuentes municipales, las posibles causas del origen de la 'pseudomona aeruginosa' “se están investigando” y serán posteriores mediciones las que indiquen “si es algo atípico”. Además, han apuntado que los problemas más comunes en las piscinas suelen ser “por exceso de cloro” y que, “aunque todavía se desconozca la causa”, los déficits de cloro podrían facilitar el crecimiento de la bacteria. Ya normalizados los parámetros de la bacteria en las piscinas de Aldabe e Ibaiondo, el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, ha subrayado este viernes que los datos detectados el miércoles en ambos centros cívicos “fueron tan altos” que “no se puede cerrar ninguna hipótesis, incluso que las pruebas estuvieran contaminadas por algún motivo”. 

Patógeno “oportunista”

La 'pseudomona aeruginosa' es uno de los patógenos llamados oportunistas, pues aprovecha la disminución de las defensas del huésped para infectarlo, y puede causar infecciones en el tracto urinario, infecciones del sistema respiratorio y gastrointestinales, dermatitis o infecciones en huesos y articulaciones. Estas infecciones pueden variar desde las externas leves hasta enfermedades graves, aunque estas últimas suelen afectar a personas con el sistema inmunitario debilitado o con otro tipo de patologías previas. Guillermo Quindós, catedrático de Microbiología de la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), explica que “en personas sanas no suele afectar gravemente” y que lo habitual es que cause “otitis externa o foliculitis (una inflamación de los folículos pilosos)”. También ha insistido en que la detección de 'pseudomona aeruginosa' “no debe causar alarma” y que “es más una cuestión microbiológica, indicadora de que algo ha fallado, que de salud pública”. 

“Existen varios marcadores para saber el estado del agua”, señala Quindós. “El problema de la 'pseudomona aeruginosa' es cuando se acumula, porque forma una biopelícula sobre las superficies”, añade. Una biopelícula o biofilm bacteriano es una colonia de bacterias que se adhiere a las superficies sólidas, como paredes o suelos, para resistir al ambiente. Una vez detectada la presencia de la bacteria, para garantizar su desaparición es necesario limpiar no solo el agua, sino también las superficies del entorno y eliminar así las posibles biopelículas que se hayan formado.

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