Pradales prepara un primer presupuesto expansivo marcado por la negociación del déficit con el Estado y los mutualistas

El Gobierno de Imanol Pradales ha aprobado este martes las directrices económicas para elaborar el proyecto de presupuestos de 2025, que será presentado en octubre. Este trámite llega algo más tarde de lo habitual (se suele hacer en junio) pero apenas dos semanas después de constituido el nuevo gabinete. El hombre de los números en el equipo de Pradales es Noël d'Anjou, procedente de Kutxabank, y ha esbozado en rueda de prensa que la línea económica será la de “compaginar” la “rigurosidad” en el gasto con “audaces” inversiones y también la de “activar el potencial de colaboración público-privada”. Pradales, que tiene en herencia como último presupuesto de Iñigo Urkullu el más alto de su historia, de 15.000 millones, aspira a volver a tener unas cuentas expansivas.

Desde la “prudencia”, D'Anjou ha admitido que habrá un “impacto considerable” en la recaudación a causa de las devoluciones por sentencia judicial a mutualistas, algo que ya están ejecutando las tres Haciendas forales. No ha dado cifras, pero sí ha insistido en que el efecto será especialmente sensible en este ejercicio, por lo que ha confiado en que sea menor en 2025 y que se pueda presentar unas cifras “algo superiores” a las que dejó Urkullu.

El consejero ha explicado también que está pendiente de negociar la regla de gasto con el Estado, en el marco de la comisión mixta del Concierto Económico. Se ha enviado ya una carta para cerrar una reunión con quien es la ministra competente, la vicepresidenta María Jesús Montero. D'Anjou no ha descartado que las cuentas se elaboren sin margen de déficit pero ha recalcado que tocará negociarlo de modo bilateral con el Estado. Eso sí, ha mencionado que Euskadi tiene “demostrada solvencia financiera” y “ratings superiores” a los del resto de España.

D'Anjou ha dicho que Euskadi tendrá unas cuentas “enfocadas a garantizar el bienestar de la ciudadanía vasca y el crecimiento económico”. Las directrices incluyen un cuadro macroeconómico optimista -pero “realista” por las “incertidumbres” internacionales-, con una previsión de cierre del ejercicio con una subida del PIB del 1,9% y de que en 2025 la economía crezca al 2,1%. Se espera cerrar este año con un 7,2% de paro y que baje aún más, al 6,8%, en el siguiente. Eso sería crear “16.000 empleos”.

Es un escenario radicalmente diferente al que se encontró Urkullu a su llegada a Ajuria Enea hace doce años. Los presupuestos de 2013 tuvieron un recorte de gasto de 1.500 millones, la economía estaba sumida en un remolino descendente y, políticamente, el Ejecutivo no tenía mayoría en el Parlamento. Pradales tiene garantizada la aprobación de los presupuestos, como también de todas las leyes, dada la mayoría absoluta de PNV y PSE-EE.

D'Anjou ha explicado que se abre una nueva etapa de “renovadas aspiraciones”. Sin datos concretos sobre la orientación política de las partidas, sí ha señalado el titular de Hacienda y Finanzas que “la salud será la protagonista principal de las cuentas públicas”. Ha adelantado un “refuerzo” de los recursos para atención primaria y que se desea continuar renovando equipamientos e infraestructuras. Ha mencionado también como prioridades la vivienda, la educación y “modernizar” la Ertzaintza. También “fortalecer el sector primario” y “avanzar” en políticas de igualdad de género o LGTBIQ+. Incluso el presupuesto servirá para “defender el autogobierno” -es “sinónimo de bienestar”- y afrontar el “gran reto” que es el cambio climático, según D'Anjou.