Salud asegura que Euskadi ha recuperado buena parte de los retrasos en cribados de cáncer generados por la pandemia

El Departamento de Salud, en dos informes enviados al Parlamento Vasco a instancias de las representantes de EH Bildu María Garde y Rebeka Ubera, califica como “positiva” la situación de los programas de cribado de los cánceres de mama, cérvix y colorrectal tras el cuello de botella generado por la llegada de la COVID-19. “Como es sabido, la pandemia ha afectado al desarrollo normal de estos tres cribados poblacionales. En la actualidad, se está recuperando la actividad previa en todas las OSI, siendo ya una recuperación completa en el cribado de cérvix”, indica la consejera, Gotzone Sagardui, en uno de los documentos remitidos a la Cámara.

Sobre el cáncer de mama, se hace seguimiento preventivo a mujeres de entre 50 y 69 años, aunque se adelanta a los 40 si hay “antecedentes familiares”. Se hacen barridos “bienales”, por lo que ahora afecta a mujeres nacidas entre 1951 y 1973. “La edad objetivo de primera invitación es entre los 50 y 52 años. Consecuentemente, la edad de salida correspondiente es para mujeres de entre 69 y 71 años”, indica Salud, que apunta a que “en 2023” se invitará a las nacidas entre 1972 y 1974.

Más en detalle, indica la consejera que “partiendo de la situación pandémica anterior con citación reducida”, 2022 ha sido el año de la recuperación “paulatina”. El “esfuerzo” se ha traducido (hasta el 1 de diciembre) en “un 22%” de incremento de las citas, según los datos oficiales, con relación a 2021. Salud cifra en 172.156 las invitaciones para el cribado y entiende que “se ha recortado en su mayor medida” el retraso. “El 73% de la población diana del programa está siendo citada en menos de 26 meses”, indica este documento, que da como razonable un período ligeramente superior a los dos años o 24 meses establecidos como referencia. Y el dato sería mejor -puntualiza Sagardui- porque ha habido “cambios tecnológicos de calado en los equipamientos”. En seis unidades se han cambiado mamógrafos en 2D por equipos nuevos de 3D “de última generación”, “precisamente adquiridos con el objetivo de aumentar la sensibilidad y efectividad del programa”. Las sustituciones han generado “paradas” y nuevos retrasos, admite Salud, aunque asegura que son dilaciones “justificadas” para ganar en “capacidad de detección y diagnóstico” a futuro.

“Sólo hay un retraso significativo en las tres unidades en las que el año 2022 ha coincidido con la instalación de nuevos mamógrafos de tecnología TMS. Y este cambio ha requerido un tiempo importante de parada y reducción posterior de la actividad en fase de aprendizaje”, indica la consejera ante los requerimientos de Garde y Ubera. ¿Cuáles son esos hospitales afectados? Se trata de la OSI Araba (Txagorritxu y Santiago, en Vitoria), Basurto en Bilbao y Cruces en Barakaldo, con once meses de espera. En el resto del mapa sanitario, solamente la pequeña organización de Rioja Alavesa, cuya cabecera es el hospital de Leza, presenta un retraso por encima de dos meses (medio año, según el dato de Osakidetza). En Donostia, por ejemplo, es de seis semanas y Alto Deba y el Alfredo Espinosa de Urduliz van al día.

En cuanto al cribado de cáncer colorrectal, “se dirige a personas entre 50 y 69 años”, a las que se les hace una SOH (sangre oculta en heces) y una “colonoscopia con sedación en casos positivos”. El de cérvix está pensado para mujeres de entre 25 y 65. Con las más jóvenes, hasta 34, se hace una citología cada tres años. Después, se practica cada lustro una “detección de VPH con genotipado”. En diciembre de 2022, según Osakidetza, el “100%” de las jóvenes habían sido invitadas y “la previsión es que en el mes de diciembre de 2024” se llegue al 100% también para las de 35 en adelante.