Los cultivos extremeños han sufrido este año una situación generalizada “muy negativa” de precios bajos, que se han situado en niveles únicamente para compensar costes de producción y en muchos casos por debajo de éstos, con la única excepción de la almendra, que atraviesa un momento de precios al alza.
El presidente regional de COAG, Juan Moreno, ha afirmado a la agencia Efe que en líneas generales durante el año “en los cultivos que no se han estancado los precios, éstos han descendido”, en paralelo además al incremento de los costes de producción.
Producciones como el cereal (con una cotización próxima a los 185 euros/tonelada) y el maíz (176 euros/tonelada) han experimentado este año estancamientos de precios, lo que no permite una mejora de la rentabilidad, pues estos se encuentran a niveles de “décadas atrás”.
Moreno ha explicado que el maíz tiene por ejemplo en la actualidad los mismos precios que hace 40 años.
En el arroz las cotizaciones también se han estancado este año, por lo que mantiene los mismos precios “de ruina” que ya sufriese el ejercicio pasado, ha añadido.
Pérdidas en el aceite
En cuanto al aceite, las bajadas de precio registradas desde el inicio de la campaña 2018/19 han hecho que a lo largo de este año los agricultores extremeños hayan perdido en torno a 80 millones de euros, lo que no se compensará con las cotizaciones de la actual campaña, pues están “estancadas”.
Igualmente, han caído los precios en la uva y en el tomate, aunque este último cultivo se vio beneficiado por una campaña con excelentes rendimientos por hectárea, lo que ha permitido “salvar la campaña” y al menos no hablar de pérdidas de rentabilidad.
Salvo en el caso de la almendra, con aumentos progresivos de precios, los agricultores extremeños no han logrado obtener rentabilidad de sus cultivos debido a la situación de estancamiento o a la baja de las cotizaciones, ha incidido.
Para el presidente de COAG Extremadura, todas estas situaciones vienen provocadas por decisiones internacionales ante las que el agricultor extremeño nada puede hacer, y donde se “echa en falta” una defensa clara tanto por parte de la administración española como de la europea frente a estas decisiones, así como ante los acuerdos comerciales mundiales que llevan a aumentar los costes de producción.
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