El precio del porcino ibérico extremeño subió durante el pasado año en torno a un ocho por ciento en relación a 201, debido a la buena situación que atraviesa este sector. Esto ha motivado un mayor interés por parte de los productores, pero también el temor de una nueva “burbuja”.
El presidente de la organización agraria Asaja Extremadura, Ángel García Blanco, ha destacado el incrementos de la demanda y el buen comportamiento del consumo, con lo que se mantiene al alza la línea experimentada en 2015.
Ha explicado que durante la última Navidad no hubo oferta suficiente de jamones ibéricos de bellota para abastecer el mercado, debido al interés del consumidor y al hecho de que no había una producción suficiente para atender tal demanda. García Blanco ha recordado que el jamón ibérico de bellota precisa de tres años de curación y en aquella fecha no hubo una gran producción.
El cerdo ibérico de bellota se encuentra en la actualidad en torno a los 36 euros por arroba (11,5 kilos) y el de cebo en los 24 euros, mientras que en el caso de Denominación de Origen (DO) ha llegado a alcanzar los 40 euros, lo que demuestra la “boyante” situación del sector.
“Los precios están muy bien actualmente y ojalá se puedan mantener en las cotizaciones actuales”, ha manifestado Ángel García Blanco.
Por su parte, la producción del ibérico de cebo creció durante 2016 en la comunidad autónoma casi un 42 por ciento en relación a años anteriores.
La 'burbuja'
De todas formas, Ángel García Blanco espera que no se repita la “burbuja” del cerdo ibérico vivida antes de la crisis, cuando accedieron al sector empresas sin experiencia, lo que tuvo “grandes consecuencias” como el cierre de explotaciones con la llegada de la recesión económica.
Con la crisis desaparecieron un gran número de explotaciones, principalmente de empresarios que procedían de sectores como el inmobiliario, entre otros.
La organización agraria ha detectado ya cierta tendencia a que se produzca una situación de desembarco similar en el sector en los próximos tiempos, aunque en menor dimensión, lo que genera cierto “temor” pues hay que tener “cuidado” con el incremento del censo del ganado.
Este incremento de la producción acelerado haría bajar el precio, llevaría a saturar de producto el mercado y pondría al sector otra vez en dificultades cuando la situación económica y el consumo no fueran tan boyantes, ha concluido.