El camalote no ha dejado de verdear en el Guadiana, ya están aquí los nuevos brotes
Este invierno pasado el verde del camalote, a diferencia de años anteriores, no desapareció de las orillas e islotes del Guadiana en el tramo Villanueva de la Serena-Badajoz. Temperaturas suaves en el aire y el agua, la acidez del líquido adecuada, y la misma e interesante concentración de nutrientes para la planta: nitratos, fosfatos y calcio.
El resultado es que apenas apuntada la primavera han comenzado los nuevos brotes, y la Plataforma SOS Guadiana confirma que es ya inevitable la predicción que en invierno hicieron, y 2016 va a ser un año muy complicado en el enfrentamiento entre las poblaciones ribereñas –Medellín y Mérida las más perjudicadas- y esa plaga que está para quedarse.
El mapa de riesgo elaborado a finales del invierno pasado se mantiene, y toda esta cuenca media del Guadiana, está en riesgo alto o muy alto.
La Plataforma, que nació en defensa del río Guadiana y la lucha contra el mal del jacinto de agua, recuerda que alerta desde hace meses de la situación que padece el río y que la gestión “cuestionable” del asunto iba a deparar este año, de nuevo, consecuencias “catastróficas”. La portavoz, Susana Cortés, describe que no ha dejado de haber plantas verdes sobre el río en todo el año y que los primeros brotes anuales de esta agresiva planta invasora indican una más que probable nueva expansión descontrolada sobre el cauce.
Se trata de un problema con muchos actuales, y futuros, perjudicados. Medio ambiente, turismo, empleo, agricultura, servicios.... Un problema transnacional (Guadiana como rio internacional), y “por desgracia” ya un problema de fondo, estructural porque el arraigo de la planta en el cauce es evidente y profundo.
Ponían de manifiesto la esencial importancia de extraer la planta cuando se debía, en los tiempos, semanas atrás, que los expertos aconsejan y no de manera “extemporánea, costosa y sin planificación”. La Junta pidió ayuda al Gobierno nacional, a la Unidad Militar de Emergencias, pero no vino.
En lugares como Medellín, en la zona de la playa, el desarrollo de la planta en las orillas es “sorprendente” pese a los trabajos contratados. “Con sorpresa descubrimos cómo la planta se adapta al entorno, llegando a desarrollarse ya no solo dentro del agua, sino también sobre el lodo”.