El cantautor extremeño Luis Pastor lanza una alegoría a la poesía en su antología “De un tiempo de cerezas”
El cantautor extremeño Luis Pastor, con algo más de canas y la sabiduría que le ha dado la “universidad de la vida”, recuerda con cariño el diario que empezó a escribir a mediados de los ochenta y que ahora le ha servido para publicar su primera obra íntegramente poética, “De un tiempo de cerezas”.
La edición de esta antología forma parte de una “celebración” que se completa con el concierto que dará este sábado en Vallecas, la publicación de un libro de memorias, otro de letras de canciones o la reedición del álbum “Vallecas”, que cumple 40 años y que la discográfica Warner Music Spain acaba de editar en un disco doble.
También está dando charlas en institutos a niños de entre 13 y 14 años, la mayoría de padres inmigrantes como lo fueron los suyos, y explica que en el pasado hubo cosas que se “hicieron bien” y que “viene bien recuperarlas”. “El tiempo hace que las canciones vuelvan a tener una presencia en la realidad que creías que ya se había superado.
“En la actualidad volvemos a estar en un punto de partida, como cuando yo escribí esa canción”, explica el músico convencido de que en el siglo XXI nacerá una nueva generación de jóvenes poetas y cantautores “más críticos y comprometidos”.
Pastor, que halaga la poesía de otros músicos como Pablo Guerrero o Joaquín Sabina, pasó a limpio 120 poemas “sin nada de ordenadores”, y su amigo y también poeta José Manuel Díez eligió 80 piezas del total y le dio un orden de lectura para publicarlos en “De un tiempo de cerezas”(Bartleby Editores).
“Encontré la manera de contar mis sentimientos y mis emociones en canciones y poemitas que en ocasiones acabé cantando. Si uno quiere musicar los poemas de este libro seguramente pueda. Estoy un poco en la frontera de todo”.
Programas culturales de los políticos
Respecto al concierto de este fin de semana, el vallecano se muestra desilusionado al ver “lo privatizada que está la cultura” y los problemas que ha tenido para organizar el evento como a él le hubiera gustado. También ha aprovechado la ocasión para criticar que los políticos no hayan hablado en estos meses sobre sus programas culturales.
“Será una noche linda, pero no como la había preparado. Las fiestas populares de un barrio tendrían que estar en manos de los vecinos y no de empresas que no sé sabe quiénes son ni a quién pertenecen”, explica. Cuarenta años después de la publicación de “Vallecas”, el álbum que le dio fama, Pastor recuerda aquella época como “la más bonita” y se muestra orgulloso de no haber renunciado nunca a decir “quién es” y de “dónde viene” ni avergonzarse de haber sido pobre o uno de los primeros cantautores no universitarios que hubo.
“Estoy orgulloso de encontrar en la música la manera de abrir el corazón y las puertas de las casas de muchas personas. En aquellos años todos los rojillos tenían mi música. He tenido que renovar mi público por no renunciar a lo que soy”, concluye Pastor que celebra algo más que el aniversario de un disco, celebra que “sus señas de identidad no han cambiado”.