Un ciclo de cine para profundizar en la mirada de África en Womad Cáceres
El Festival Womad de Cáceres 2019 proyectará entre el 9 y el 11 de mayo dos documentales y dos ficciones de Mozambique, Gabón, Sudáfrica y Burkina Fasso para profundizar en la mirada de África.
Esos trabajos se alternan en el programa elaborado en colaboración con Casa África y la Filmoteca de Extremadura. Las proyecciones tendrán lugar por la tarde en la Cinemateca, dentro del casco histórico.
El ciclo
Se inaugurará el 9 de mayo con la exhibición del documental de Mozambique “Maputo. Etnografía de una ciudad dividida”, dirigido por João Graça y Fábio Ribeiro en 2015. La película retrata la ciudad mozambiqueña y las divisiones sociales que existen entre los suburbios y la denominada “ciudad de cemento”, según ciudadanos de ambos núcleos residenciales.
El 10 de mayo se proyectará el cortometraje de Burkina Fasso “Twaaga” (2013), dirigido por Cédric Ido, que plasma la visión de un niño solitario de ocho años que sigue a su hermano mayor y dos amigos, y que piensa que en la vida real existen poderes mágicos que rivalizan con los de los superhéroes, cuyas aventuras lee en los tebeos. Ese mismo día, tras el cortometraje, la Filmoteca proyectará otro documental, “El africano que quería volar”, de Samantha Biffot.
Esta producción de Gabón, de 2017, narra la historia de un hombre amante de las películas de Bruce Lee y Jackie Chan, a los que emula. La cinta captura la cultura del cine popular en muchas partes de África a mediados de los años ochenta y principios de los noventa.
El ciclo de cine concluirá el 11 de mayo, a mediodía, con “Sew the winter to my skin”, de Jahmil X.T. Qubeka, una coproducción entre Sudáfrica y Alemania de 2018 que explora a un popular personaje rebelde, John Kepe, de mediados del siglo XX en la Sudáfrica del régimen racista del apartheid. Kepe robaba ganado y suministros a los granjeros de la región rural de Great Karoo para entregarlos a las comunidades empobrecidas.
Perseguido por la fuerza pública, huyó hacia una zona montañosa y durante una década, tal y como lo refleja la película, logró esquivar a sus perseguidores y, a la vez, continuar haciendo incursiones y robos en las granjas. En ese tiempo sus compatriotas de raza lo convertirán en una leyenda con nombre propio: “Sansón de las Montañas Boschberg”.
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