Los errejonistas extremeños se articulan en torno a otro Pablo Iglesias, el activista LGTBI
Hace dos años, con vistas al segundo congreso nacional de Podemos, Vistalegre II, los errejonistas de Extremadura, cuyo líder estatal perdió luego en aquella cita, habían intentado montar aquí un acto público de apoyo a esa corriente interna, pero no fueron capaces.
Con ese ejemplo citado por una persona desde el ámbito político a la izquierda del PSOE, se describe la débil implantación, por lo menos en aquel tiempo, del errejonismo, que sin embargo experimenta desde primavera un impulso, de la mano de Manuela Carmena en Madrid, y de la decisión de su líder de intentar una nueva alternativa nacional para entre otros objetivos desbloquear el diálogo en la izquierda.
El mapa político se mueve también por el aire que los medios de comunicación dan a esta novedad, y en Extremadura el movimiento de Más País trata de organizarse sobre todo a medio plazo con vistas a una recomposición electoral y política que dependerá en gran medida de lo que voten los españoles el 10 de noviembre.
Quien intentó hace dos años, junto a otros compañeros, impulsar un acto a favor de las tesis de Errejón es Pablo Iglesias, pero otro, Pablo Iglesias Fernández, natural de Don Benito pero estudiante en Badajoz, y activista conocido por los derechos sexuales, LGTBI.
En torno a él, y un grupo de estudiantes en esa última ciudad, se nuclearía en este momento el errejonismo extremeño al que, añaden fuentes de la izquierda relacionadas con Podemos, podrían sumarse otras personas que han perdido peso, o se han apartado voluntariamente, de esa organización morada en los dos últimos años.
Iglesias ha eludido pronunciarse de momento sobre los movimientos organizados del errejonismo.
Podemos: Está en su derecho
La dirección regional de Podemos no entra en la aparente eclosión de Más País salvo para afirmar, a pregunta del eldiario.es Extremadura, que “es totalmente legítimo que Errejón concurra a las elecciones. Pero si solo atendemos en esta convocatoria electoral a los movimientos de los partidos y no atendemos a lo importante, estaremos cometiendo un gran error”.
De momento ese partido afronta la tarea de devolver posibilidades a la ex diputada nacional Amparo Botejara, que perdió el escaño en la convocatoria de finales de abril, en una situación además de cierta transición para los morados en Extremadura, gestionados por una bicefalia que aunque funciona bien, no está exenta según algunas fuentes de un sutil y muy subterráneo ‘juego de tronos’ entre la líder política y electoral, Irene de Miguel, que está consiguiendo asentar su autoridad, y el aún secretario regional Álvaro Jaén, de quien se recuerda y subraya que no fue, en la pasada campaña electoral autonómica en la que concurría De Miguel, todo lo activo que podría haber sido.
A Podemos Extremadura le tocaba precisamente noviembre para realizar una conferencia regional donde se podría dar el segundo paso de otorgar el liderazgo del partido también a De Miguel, pero la convocatoria electoral lo ha trastocado todo y además sus resultados pueden influir también en la recomposición del mapa político con los errejonistas a la expectativa.
Por el momento toca cerrar filas para no retroceder e incluso avanzar en apoyo popular el 10 de noviembre bajo el paraguas de una actitud radical de izquierda, menos posibilista que la de Errejón: “todos los indicadores económicos reflejan que se avecina una nueva crisis económica y en estas elecciones nos jugamos mucho. Nos jugamos cómo afrontar la crisis, si repitiendo las mismas recetas de hasta ahora, que han empobrecido a la clase trabajadora mientras que han enriquecido a unos cuantos privilegiados, o si apostamos por aquellas fuerzas que no actúan por dictado del Ibex35 y que entienden que la nueva crisis no puede salvarse otra vez a costa del sufrimiento de los trabajadores”, añaden desde la dirección regional de Podemos.
