El olmo de Granadilla, un alcornoque y un castaño, ya son árboles singulares de Extremadura

El Diario Oficial de Extremadura ha publicado un decreto por el que se declaran tres nuevos árboles singulares: el olmo de Granadilla ubicado en el término municipal de Zarza de Granadilla (Cáceres), y el alcornoque de Los Pajares y el castaño de las Jañonas en Santibáñez el Alto, en la misma provincia. 

La declaración de árboles singulares se realiza en atención a sus valores biológicos y culturales especialmente representativos. 

El olmo de Granadilla preside la entrada a la villa amurallada, declarada conjunto histórico-artístico y se trata de un ejemplar con un buen estado de salud y enorme porte, destacando por su biometría y edad, estimada entre 200 y 250 años. 

Posee una altura total de 20 metros, un diámetro máximo de copa de 23,90 metros, y tiene un perímetro del tronco a 1,30 metros de altura de 5,50 metros. 

Los olmos prácticamente han desaparecido por culpa de una enfermedad, la grafiosis.

Asimismo, el alcornoque de Los Pajares, en Santibáñez el Alto, resulta excepcional debido a que se trata de un ejemplar al que nunca se le ha sacado el corcho (bornizo), pese a su gran biometría y edad, estimada en más de 200 años. 

Según la Junta, no se tiene constancia hasta ahora de ningún alcornoque con esta edad estimada y dimensiones que mantenga el corcho original. 

Posee una altura total de 12,8 metros, un diámetro máximo de copa de 27,3 metros, y tiene un perímetro del tronco a 1,30 metros de altura de 6,50 metros. 

Castaño de 250 años

Por último, se declara árbol singular al castaño de las Jañonas, también ubicado en Santibáñez el Alto y que destaca por su excepcional biometría, con el valor añadido de ser un uno de los escasos ejemplares con más de 250 años de edad que aún se conservan en la ladera de la Sierra de las Jañonas. 

Posee una altura total de 18,5 metros, un diámetro máximo de copa de 30 metros y tiene un perímetro del tronco a 1,30 metros de altura de 7,90 metros. 

Por otra parte, el decreto aprovecha para la descalificación de otros cuatro árboles: el roble grande de la Solana, el cedro de Gata, el castaño de la Fuente de las Escobanchas, y el roble del Saltadero. 

Realizados los informes preceptivos, se ha confirmado la muerte vegetativa de estos cuatro árboles singulares como consecuencia de un proceso de decaimiento debido a diferentes motivos según cada caso (muerte, deterioro, desplome, enfermedad, etc.). 

Así, el roble grande de la Solana, en Barrado (Cáceres) sufrió una afección directa en la base de su tronco, que conllevó finalmente a su decaimiento, desplome y muerte del ejemplar. 

En el caso del cedro de Gata, en Gata (Cáceres), sufrió un decaimiento progresivo probablemente debido a la edad, problemas de conducción de savia y falta de adaptación al cambio climático, de forma que en dos años se secó y finalmente en 2019 murió. 

El castaño de la Fuente de las “Escobanchas 1”, en Casas del Castañar (Cáceres), fue sufriendo progresivas caídas de cimales hasta su desplome total y muerte en 2018. 

Finalmente, el roble del Saltadero, en Villanueva de la Vera (Cáceres), murió al ser volteado por completo debido a una gran tormenta en el verano de 2019.