Pausa a la moral
Bienvenidos al mundo, abróchense los corazones, vamos a aterrizar en la realidad, las turbulencias de la verdad no deberán alterarles. Al fin y al cabo todas las personas a bordo descansan en una pausa moral. ¿Qué es una pausa moral? Concepto creado a partir de mi observación hacia el obsceno mundo en el que vivo, se podría decir que una pausa moral es el bloqueo emocional, mental y psicológico que sufre una sociedad ante situaciones demasiado trágicas que le son ajenas. Ese es mi diagnóstico para una Europa, que predica una libertad, igualdad y fraternidad ficticias. Podemos remontarnos al gran dilema de las religiones monoteístas, que afirman por igual la existencia de un único Dios, pero corren en dirección contraria a decir que sólo el suyo es el correcto.
Si Europa cree en la libertad, hablemos de la libertad como derecho básico y cómo según la RAE: “ Facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad.” Para que nos aclaremos; si yo, habitante de un país musulmán que pese a tener un machismo claro y puro puedo desfilar en bikini por una playa, y ningún policía se me acerca a pedirme que me vista, ¿porqué mi abuela que es una mujer muy pudorosa no puede hacerlo en burkini o tapada en vuestros países tan modernos, tan geniales, tan avanzados, tan de libertad, igualdad o fraternidad? El burka, el nikab, y el velo son cosas totalmente diferentes dentro de su potestad histórica y cultural. Entiendo que no se pueda permitir a una niña usar burka para ir a clase, entiendo hasta que se llegue a prohibir el burka por la necesidad de conocer la identidad de la persona. Y creo firmemente que el burka atenta contra la integridad de mujeres como seres vivos, y que portarlo por voluntad viene por una profunda educación machista que obliga a pedir perdón por ser mujer.
¿Pero qué explicaciones, querida Europa, tiene que daros mi abuela, o mi madre, o yo si llevase un velo o si decidiese ponerme un burkini? ¿Cómo podéis criticar los países que consideráis fanáticos, muy religiosos, demasiado retrógrados, y con imposiciones de vestimenta, cuando como con las religiones corréis en dirección contraria a imponer a una persona una forma de vida, de ser, de vestir?. ¿Cómo pretendéis guiar la humanidad hasta vuestra obscena modernidad, cuando vivís bajo una opresión que obligan a las mujeres a ser de una forma y no de otra? Y me incluyo. Nosotras querida Europa, las mujeres que por todo el mundo vestimos y nos lucimos como queremos, vivimos reguladas por si tenemos dos o tres pelos mal depilados en las piernas, por si cabemos en la 36 o en la 38, por tener que sufrir cada x tiempo en un centro de estética, por comprarnos la última crema para las estrías, por vivir amargadas delante de un espejo no vaya ser que me vean la celulitis en la playa, que me tiene que caber el trasero en el bikini, y me meto al mar sujetándome el pecho no vaya ser que se escape por algún lado. Lograr entender que una báscula no es la que da felicidad es el reto de muchas mujeres. Vivimos con anuncios y desfiles de chicas perfectamente perfectas.
¿ Cómo me puede caber en la cabeza que soy más libre o mejor que una chica que lleva velo por propia voluntad? ¿Cómo Europa, puedes sentir superioridad y derecho a violar la condición de una persona por simple hecho de no querer exhibirse? ¿Cómo te ves con el poder de interferir en la voluntad de una persona cuando encima tiene un valor simbólicamente religioso que no atenta contra ti en ninguna medida?. ¿Cómo Europa, eres capaz de tener tan engañados a tus habitantes como para que los haya que mandan de vuelta a las personas que salen de vuestros estándares?. ¿Les has contado Europa? ¿No les has dicho que eres aliado de los que los subvencionan vuestros asesinos y bombardean los países de dichas personas?.
Querida Europa, no se puede creer lo que no se quiere, y cuando perdáis el sentimiento de superioridad con respecto al resto del mundo, quizás con paz, amor, y verdad logréis acercaros a conocer, despacito y con buena letra. Entenderéis que la libertad es para todos, que la igualdad representa a las minorías también y que la fraternidad es de lo que carecen vuestras políticas, reuniones y medidas. Que ya basta de clamar que las mujeres son víctimas en otras partes, y de querer salvarlas, pobrecitas, ellas que no son dignas ni pueden salvarse solitas.
Ante vosotros ya no es valiente la que muestra el 70% de su cuerpo, sino la que con toda la gracia del mundo decide vestirse todo lo que quiera, y me alegra, me alegra que las haya decididas a ser lo que quieren ser y que se enfrenten a quien se pare a decirles que tienen que cambiar o como hacerlo. Eso querida Europa, es el feminismo, el derecho a decidir sobre nosotras mismas. Siempre que nos desvistamos los habrán dispuestos a decir que somos frescas, y siempre que nos vistamos seremos retrógradas. Esto es una invitación a todas las mujeres a sencillamente ser. Más allá de todo, es nuestra lucha, la lucha contra los sistemas políticos patriarcales en los que somos simples adjuntos de los hombres, la lucha contra los sistemas culturalmente machistas , la lucha contra el complejo de superioridad a querer decidir por nosotros. Las imposiciones son imposiciones, sea cual sea el fin, mostrar o tapar. Y si combatís dicha hegemonía en otros países, poned un freno a la bipolaridad que subyace en los vuestros .