Dos años de prisión para tres hombres por agredir a dos policías locales villanovenses durante el confinamiento

Los tres hombres acusados de agredir a dos agentes de la Policía Local de Villanueva de la Serena (Badajoz), que les reprendieron por infringir el toque de queda impuesto durante la pandemia, han sido condenados a dos años de prisión por un delito de atentado con instrumento peligroso.

Esa es la pena fijada en la sentencia de conformidad entre la Fiscalía y los acusados emitida por el Juzgado de lo Penal número uno de Don Benito.

En este caso había otros tres implicados más, que han sido condenados por un delito de desobediencia a seis meses de multa con una cuota diaria de seis euros con la responsabilidad personal subsidiaria.

Además, a uno de estos tres últimos implicados, M.M.H., se le ha condenado por un delito leve de daños a un mes de multa con una cuota diaria de seis euros.

Los acusados a prisión tendrán que indemnizar a uno de los agentes con 2.000 euros y al otro con 6.000 euros, en ambos casos “por el tiempo de curación de las lesiones sufridas”.

Estas cantidades ya han sido consignadas y entregadas a los perjudicados con carácter anticipado, según recoge la sentencia.

Los hechos se remontan al 20 de noviembre de 2020, momento en el que por las medidas anticovid era obligatorio el uso de mascarillas exteriores y estaba prohibido permanecer en la vía pública más allá de las 12 de la noche, según reflejaba el escrito de acusación del fiscal.

En principio, los acusados con una pena mayor, junto con otro joven que iba con ellos pero que no intervino en los hechos, se encontraban en el aparcamiento público de la localidad, sin mascarillas y consumiendo bebidas alcohólicas en la vía pública.

Ante esta situación, una patrulla de la Policía Local de Villanueva formada por un oficial y un agente, les indicó que se colocaran las mascarillas y dejasen de consumir alcohol en la vía, además de marcharse a sus casas.

Los procesados, con una “evidente actitud de menosprecio a la autoridad”, se negaron, motivo por el que se les ordenó que se identificaran, a lo que se negaron intentando abandonar el lugar, según el relato del Ministerio Público.

Cuando el oficial de la Policía Local les impidió abandonar el lugar y les requirió de nuevo su identificación, uno de los condenados se aproximó a él de manera “agresiva y desafiante”, lo que obligó al oficial a sacar su defensa reglamentaria para apartarle.

Posteriormente, los condenados comenzaron a golpearle, le acorralaron contra la pared y le arrebataron la defensa, e incluso le golpearon con ella.

En ese momento, el otro agente intervino para ayudar a su compañero utilizando la defensa reglamentaria, pero fue interceptado por otro de los condenados, con el que forcejeó y que acabó arrebatándole la defensa.

Cuando ambos agentes se zafaron de la agresión se alejaron del lugar, pero fueron seguidos por los agresores.

Ante esta situación el agente amartilló su arma reglamentaria para tratar de intimidar a los agresores.

En ese momento, otros cinco jóvenes amigos de los anteriores acudieron al lugar de los hechos. Esto motivó que el agente, viendo que la exhibición del arma y las órdenes verbales no surtían efecto, efectuó dos disparos de advertencia al aire, “pero tampoco consiguieron que los agresores depusieran su actitud agresiva”.

Unos instantes después el agente efectuó un disparo a la zona del muslo de uno de los condenados y en el pie a otro, “neutralizando el peligro que aquella situación suponía para la integridad de los dos agentes”, recoge la sentencia.

Dicha sentencia recoge también que los acusados “consumieron aquella noche una cantidad importante de bebidas alcohólicas que probablemente afectaron a sus capacidades a la hora de valorar el alcance de sus lesiones”