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OPINIÓN

El atraco a mano armada de las eléctricas

Imagen de archivo del desembalse de una presa

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Tom Hanks nos enseñó en Forrest Gump que un tonto es el que dice tonterías. Bien podríamos aplicar ese calificativo al presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, que precisamente hace unos días llamó tontos a miles de consumidores españoles adscritos a la tarifa eléctrica regulada. Como digo, bien podríamos decirle que el tonto es él por este “lapsus”. Sin embargo, sus manifestaciones no son para nada un desliz. El señor Sánchez Galán estaba invitando, con sus descalificaciones, a los consumidores a que se cambiaran al mercado libre, el más caro, justo a las puertas del tope al precio del gas, que beneficiará precisamente a los consumidores de la tarifa regulada. Fue un intento más de seguir haciendo beneficios multimillonarios a costa de las familias.

Pero las fechorías del señor Sánchez Galán no terminan ahí. Él, y el resto de sus secuaces, directivos todos de las grandes grandes empresas eléctricas de este país, se han dedicado en los últimos tiempos a triplicar la producción de la energía hidroeléctrica, la más barata, para venderla a precio del gas. ¿Y cuándo lo han hecho? Pues cuando han visto que la intención del Gobierno de coalición de topar el precio del gas tomaba forma. No es, por tanto, casual. Quieren seguir llenándose los bolsillos a espuertas, a costa del agua de nuestros pantanos, a pesar de encontrarnos con el peor periodo de sequía de los últimos 30 años.

¡Y dirán ustedes que pudiera ser legítimo que una empresa quiera ampliar sus beneficios, pero es que resulta que las ganancias multimillonarias de las empresas eléctricas se sustentan en un sistema perverso, que diseñaron precisamente ellas con el beneplácito de algunos políticos que hoy se sientan en sus consejos de administración. Este sistema supone un atraco a mano armada a las familias, una auténtica estafa donde ellos siempre ganan,y donde los que perdemos somos los de siempre: la ciudadanía, las pequeñas empresas y los autónomos de este país, porque venden la energía más barata, es decir la hidráulica, a precio de la más cara, el gas. La banca, en este caso la eléctrica, siempre gana.

Les voy a dar solo un dato para que sean conscientes de lo que hablo. Las grandes empresas eléctricas en nuestro país han ganado en los primeros tres meses de este año 3.400 millones de euros, un 23 por ciento más que el año pasado. ¿Y cómo lo están haciendo? Pues intensificando la producción de la energía hidráulica. Esto está teniendo ya consecuencias en los pantanos de nuestra región, especialmente los pantanos de la cuenca del Tajo, que están viendo cómo se reduce su caudal en plena sequía.

Todavía tenemos en nuestra memoria los desembalses salvajes que Iberdrola realizó precisamente el verano pasado en esa cuenca y que contaminó el río Tajo a su paso por el Parque Nacional de Monfragüe. Seis meses han pasado desde entonces y todavía no hemos visto que el gobierno de Fernández Vara ni el Ministerio de Transición Ecológica, que dirige la socialista Teresa Ribera, hayan puesto ni una sanción por el saqueo y el expolio que padecimos entonces, y que comprometieron incluso el abastecimiento de agua para consumo humano.

No hemos visto esas sanciones, y mucho nos tememos que no las vamos a ver, porque el Partido Socialista es rehén de las grandes empresas eléctricas, al igual que el PP. Tienen a demasiados compañeros en nómina, sentados en sus consejos de administración.

Esta semana el presidente Vara podría haber demostrado que él no le debe nada a Iberdrola, ni tampoco al resto de empresas eléctricas. Podría haber condenado rotundamente en el pleno los desembalses, aprovechando la pregunta que le realizamos desde mi grupo parlamentario. Podría haber sido duro. Alzar la voz ante el expolio del agua de nuestros pantanos. Pero no lo hizo.

Se conformó con decir “por lo bajini” que no están bien este tipo de cosas. Que ya han escrito una carta para que dejen de hacerlo. Y me imagino yo, en ese momento, a Sánchez Galán frotándose las manos, una vez más, sabiendo que Extremadura es territorio amigo. Sabiendo que aquí no solo no van a clamar ante sus desmanes, sino que además le van a poner alfombra roja para que, cuando se termine el chollo de la energía hidráulica, siga haciendo caja, en este caso con la energía renovable. Porque cuando el presidente Vara dice que somos un paraíso renovable, el único que está en ese paraíso es el señor Sánchez Galán. 

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