Caravana de mujeres o cosificación de la mujer
A finales del mes de marzo del decimoquinto año del siglo XXI nos encontramos en esta España nuestra un cartel como el que señalamos en este breve artículo, cartel que ha despertado el coraje y la rabia de muchas mujeres que luchamos, batallamos día a día por para que a la mitad de la población del planeta se nos respete.
Reza una parte de la publicidad: “Se garantiza a los primeros 55 solteros la compañía de chicas solteras, durante la comida, la cena y la discoteca”. Bajo esa desafortunada frase subyace esta idea: “A los 55 primeros se les garantiza café, copa, puro y una chica soltera”. Nos resultaría imposible creer que el hecho anunciado va a ocurrir ciertamente si no fuera porque la publicidad aludida está desgraciadamente en nuestras manos. Y lo primero que se nos viene a la mente al leerla es que detrás de semejante montaje está el negocio turbio de la prostitución, más aun teniendo en cuenta que (según nuestras pesquisas) desde Madrid se fletará un autobús que aparcará a las puertas de cierto hotel cercano a Mérida, donde se bajarán “55 chicas solteras”.
En relación a este hotel cabría preguntarse que si esta es su manera de hacer clientela, ¿cuál será el trato que dará a sus empleadas?. Y decimos empleadas porque nos consta que en la plantilla de este establecimiento la mayoría de las personas son mujeres y algunas inmigrantes.
La caravana anunciada no es utilización subliminal de la mujer, es utilización en toda regla, muy clara. ¿Quién elegirá a quien, para comer, cenar y bailar?. Por descontado que la voluntad y los sentimientos de las mujeres que asistan no se va a tener en cuenta. ¿Qué decir del horrendo objetivo de la regeneración de las zonas despobladas a base de la utilización (cosificación) de la mujer?.
Está muy bien que se usen especies extinguidas o en vías de extinción para regenerar los campos. Pero para que aumente la población humana en un lugar despoblado y adecuado para la vida lo que hay que hacer es promover políticas sociales acordes con los derechos humanos y de la infancia, y que (respetuosas con el medio ambiente) generen riqueza, políticas humanas sensibles que propicien como diría Silvio Rodríguez que “la era está pariendo un corazón….”.
Y no con episodios como estos, ocurrencia ante la que, por cierto, la clase política extremeña (incluso el Instituto de la Mujer) ha mirado para otro lado. Esta acción de la dirección del hotelito de marras, tendría que ser calificado como delito de lesa humanidad.
Durante la Ilustración Francesa en los siglos XVII y XVIII se generó un intenso debate sobre la función de los pechos femeninos. En la obra de teatro de Alexandre Guillaume Mouslier de Moissy de 1771 “La Verdadera Madre”, el personaje principal femenino reprocha a su marido tratarla como un simple objeto de gratificación sexual: “¿Son tus sentidos tan burdos como para considerar estos pechos –respetables tesoros de la naturaleza – como simples adornos, destinados a ornamentar el cuerpo de las mujeres?”.
Episodios como el de la caravana nos retrotraen a los siglos XVII y XVIII y suponen un obstáculo para el avance hacia la meta que (desde nuestras antecesoras) tiene la lucha de las mujeres. Pero será eso, un obstáculo, una traba, pero no un impedimento. Porque nuestra batalla no la paran disparates como éste, porque las mujeres sabemos de alumbramientos y de vida mucho más de lo que algunos pudieran pensar, porque (como tan bien expresara Mercedes Sosa) “tantas veces me mataron / tantas veces me morí / sin embargo estoy aquí / resucitando….”
Marisa Prudencio Morales y Cele Pérez González, activistas del feminismo en Extremadura