Los dos encausados por el crimen del Cerro de Reyes de Badajoz se acusan mutuamente
Los dos hombres acusados de matar a otro en abril de 2017 en la barriada de Cerro de Reyes, en Badajoz, han mostrado versiones distintas durante el juicio iniciado este lunes en la Audiencia provincial. Se han acusado mutuamente de la muerte de la víctima.
Los acusados, M.A.M. y L.F.R, eran cuñados en el momento de los hechos y han coincidido durante la vista, que se celebra con jurado. Allí han declarado que la víctima (E.G.) fue a su vivienda familiar para amenazarles y dispararles con un arma de fabricación casera, aunque muestran versiones distintas de lo que aconteció después.
La Fiscalía solicita por estos hechos 17 años de prisión para cada uno de los acusados, por los delitos de homicidio y tenencia ilícita de armas, mientras que la acusación particular pide 20 años.
Declaraciones contraditorias
M.A.M. ha explicado, a preguntas de los abogados, que la víctima se trasladó a su casa familiar para amenazarles a causa de una discusión por una casa ocupada y, como ya había hecho en ocasiones anteriores, les disparó con un arma de fabricación casera.
En uno de los disparos hirió a L.F.R, por lo que según M.A.M, su mujer y una hermana del primero de ellos le entregó una pistola y le pidió que defendiese a su familia.
M.A.M. salió entonces de la vivienda con el arma (con L.F.R., que había cogido un palo, tras él) y cuando encontró al fallecido vio cómo éste cargaba el arma de fabricación casera, momento tras el cual le disparó. Su intención, según ha declarado, no era herir a la víctima, sino asustarla. No en vano una vez que la vio arrodillada su primer pensamiento fue llamar a una ambulancia.
Ha explicado que, sin embargo, en ese momento le sobrepasó L.F.R. y con el palo que portaba se ensañó con la víctima con varios golpes para después pedirle que “cargase con el marrón” del homicidio. Así afirma que ha recibido diversas amenazas por parte de varias personas para que no implicase a éste en el juicio.
A tenor de todo ello ha afirmado antes de iniciarse el juicio que éste no tenía intención de matar a E.G, sino acabar con una situación de acoso hacia su familia que duraba varios días.
Por su parte, la versión del segundo de los acusados, L.F.R. es bien distinta. Aunque coincide en que fueron atacados, niega que fuese a por él después de que le hiriese, sino que se refugió en su casa, por lo que su abogado pide la absolución.
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