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La comisión por los contactos en Birmania de los promotores del Gran Buda de Cáceres, a finales de mes

Imagen virtual del proyecto Gran Buda

Inmaculada Franco

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El proyecto del Gran Buda de Cáceres, el que será, según sus promotores, el mayor complejo budista de occidente y que nace como un proyecto de paz, tiene las aguas muy revueltas en el ayuntamiento cacereño, donde todos, desde el gobierno hasta los partidos en la oposición, están esperando que los responsables de la Fundación Lumbini Garden, que lo promueve, dé explicaciones sobre sus polémicas reuniones con el gobierno golpista de Myanmar, antigua Birmania.

La Fundación Lumbini Garden ha logrado poner de acuerdo en algo al Ayuntamiento de Cáceres en pleno, y es en la disconformidad que todos han expresado por sus reuniones con la Junta Militar de Myanmar, no reconocida como gobierno legítimo por la comunidad internacional, y también por los contactos mantenidos con el monje budista, Sitagu Sayadaw, uno de los mayores líderes religiosos del país, que sería afín a la dictadura militar y habría apoyado los crímenes de lesa humanidad de las que es acusado el gobierno golpista.

Lo que quiere nacer como un proyecto de paz, está creando importantes crispaciones entre gobierno y el mayor partido en la oposición. Mientras el portavoz del PP, Rafa Mateos, ha exigido hoy que la Fundación Lumbini no actúe en nombre de Cáceres, el alcalde de la ciudad, Luis Salaya, ha pedido “tranquilidad y sosiego” a éste, pidiéndole que no utilice esta polémica para su particular “sprint” final de legislatura, “después de haber estado tres años desaparecido”.

Los populares han reclamado este martes la convocatoria urgente de la comisión de seguimiento del proyecto Gran Buda y, al parecer, según ha dicho el alcalde, ésta se convocará a finales de este mes, donde todos los grupos podrán interpelar a los miembros de la Fundación Lumbini sobre este polémico viaje y sobre otras cuestiones de interés.

Salaya ha señalado que las prisas por empezar la campaña del portavoz popular no pueden ser “a costa de poner en riesgo el desarrollo de proyectos e iniciativas que son complejas, que requieren de cambios en diferentes normativas y precisan de reflexiones calmadas, y de la intervención de diferentes instituciones”.

Por su parte, Rafa Mateos, en una nota de prensa ha señalado que es “intolerable” que la fundación haya mantenido esos contactos con el gobierno birmano, porque “se trata de gesto que podría poner en entredicho de las relaciones internacionales de España y enturbiar la imagen de la capital cacereña, algo que en ningún caso vamos a permitir”.

Además, el PP pone en duda las declaraciones del presidente de la Fundación Lumbini, José Manuel Vilanova, en las que asegura que su presencia en Birmania viene produciéndose desde 2019, antes del golpe de Estado (ocurrido en febrero de 2021), “cuando la propia fundación se constituyó el 10 de marzo de 2021, según consta en el Registro de Fundaciones de la Comunidad Autónoma de Extremadura”.

Estas cuestiones y otras deberán ser aclaradas por los promotores de la Fundación Lumbini, que estarán presentes en la comisión de seguimiento, prevista para finales de este mes.

El proyecto del Gran Buda prevé la construcción de un macrocomplejo de 110 hectáreas en el cerro Arropé de Cáceres, que estará coronado por una gran estatua de 47 metros de Buda, recubierta de jadeíta blanca, y donde podrán tener presencia las distintas comunidades budistas del mundo, embajadas, y colectivos religiosos que profesen el budismo.

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