Un informe refleja que más del 40% de las jóvenes extremeñas ha sufrido acoso callejero
Un informe refleja que el 42 por ciento de las jóvenes extremeñas ha sido víctima de acoso callejero, frente al seis por ciento de los chicos. Además el 63 por ciento de las encuestadas dice sentir miedo al regresar a sus casas durante la noche.
Se trata de un estudio elaborado por la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura entre medio millar de jóvenes. El colectivo advierte que el machismo que considera inferior a las mujeres está tan arraigado que muchos comportamientos no se consideran violentos.
“Las redes sociales, la mensajería instantánea, los mitos del amor romántico, o las canciones machistas, hacen mucho daño y están contribuyendo a que ciertas ideas de control, de celos, sean perpetuadas”. Frente a esto abogan por la educación desde edades tempranas como herramienta de transformación.
El informe
El informe “Percepción de las relaciones afectivos-sexuales en la población joven de Extremadura” ha sido financiado por el Instituto de la Juventud extremeño. Felipe González, director del instituto, advierte de que el machismo crece día a día en entornos como el ‘botellón’ y las relaciones desde las redes sociales y el teléfono móvil.
Aboga por aumentar el trabajo entre la juventud, ya que “son preocupantes las cifras sobre la normalización que los adolescentes realizan sobre las actitudes de actitudes de control y violencias en el ámbito de la pareja”. “La violencia machista y el acoso sexual son una vulneración de los derechos humanos que el IJEx pretende erradicar”.
Pone de manifiesto que el acceso a las relaciones sexuales desde desde edades tempranas está ligado al porno. “Tenemos que trabajar para que esa no sea su referencia de las relaciones de pareja”.
En el mismo sentido la directora del Instituto de la Mujer, Elisa Barrientos, apunta que existe “un desconocimiento de la juventud hacia la violencia de género”, y que es preciso potenciar la educación afectivo-sexual en los centros educativos.
En su opinión las víctimas de la violencia machista deben conocer los recursos de las administraciones públicas “sobre todo después” de que hayan sido sometidas a esos actos agresivos.
