La posibilidad de la alternativa en Mérida
El comienzo de una legislatura con un nuevo de gobierno municipal abre multitud de expectativas, al menos entre aquellos que a los consiguieron convencer durante la campaña, y otros tantos a los que la nueva situación les suscita algún tipo de sensación, ya fuere mera curiosidad o simple escepticismo.
La gravedad del momento histórico, y las circunstancias que padecen muchos de nuestros vecinos han convertido el ejercicio de la política –en cualquiera de sus manifestaciones- en una de las cuestiones más relevantes a las que cualquier persona puede dedicar su tiempo en estos momentos, por esto, es importante apuntar algunas cuestiones y ejemplos prácticos que nos apuntalen la necesidad de reivindicar la política como la única vía posible para salir del atolladero en el que en la actualidad nos encontramos.
La idea central de los gobiernos que han dirigido nuestro país en los últimos años, ha sido siempre la misma. No hay alternativa, este es el único camino. Desde aquí negamos la mayor.
La finalidad única de mostrar una opción como una realidad inevitable es la eliminar cualquier asomo de crítica sobre esas mismas decisiones y arrojar otras opciones al rincón del olvido, es decir intentar mantener a toda costa el estado de cosas presente obviar la posibilidad de hacer las cosas de otro modo, y esto simplemente porque una forma determinada de organizar la realidad conlleva una distribución concreta de organizar el poder, del que unos se benefician mientras otros pagan el pato.
Me dirán que esto es cosa demasiado grande para una ciudad como Mérida, y tendrán razón, al menos en parte, pero también aquí se abre la necesidad de demostrar la necesidad y la posibilidad de forjar una alternativa a la forma de hacer y entender que hasta ahora ha representado el PP en Mérida.
La salvedad del gobierno socialista en Mérida durante el periodo 2007-2011 no sirve, creo sinceramente que existen suficientes elementos de juicio para calificar aquel periodo como el de un gobierno perfectamente olvidable, por tanto la oportunidad para visualizar esa alternativa es ahora. Y créame, un servidor es de los que están convencidos que el cambio ha sido para bien, pero también me encontrarán entre las filas de los escépticos, y con motivos para ello.
En las primeras semanas del gobierno municipal de Rodríguez Osuna se han apreciado algunos gestos que son dignos de considerar y algunas posiciones que bien podríamos lamentar. Creo que todos podemos agradecer que un alcalde renuncie a un coche oficial, a cargar gastos en una tarjeta de crédito del Ayuntamiento, que retire la zona azul del hospital, o que visualice la reivindicaciones del movimiento LGTBI y su lucha ( y padecimientos) por la expresión de la libertad y la orientación sexual, o que se muestre más diligente a la hora de ordenar la limpieza de una calle, o la acumulación de pastos en un descampado.
Todo eso está bien, y no hay motivo para decir lo contrario, pero tengámoslo claro, la diferencia entre la izquierda una derecha no reside en esto por la sencilla razón de que cualquier persona diligente habría hecho lo mismo, sea cual fuere su orientación ideológica.
Hay otras cuestiones que son las que nos preocupan a algunos, y que por supuesto son las que marcan la diferencia: ¿dispone el PSOE de un modelo económico propio? Su postura sobre el IBI no resulta demasiado tranquilizadora al respecto ¿mantendrá la misma postura con respecto a las privatizaciones de los servicios públicos? La respuesta del concejal de deportes en pleno con respecto a la privatización de las piscinas de verano, (ya con gobierno socialista) tampoco nos empuja a confiarnos demasiado, ¿se atreverá el nuevo gobierno a incrementar los impuestos sobre los que tienen más?¿cuál será la política medioambiental de un PSOE que hasta hace dos días se definía como pro-refinero, también en Mérida? ¿se convertirá en realidad la participación ciudadana, o se traducirá en otro episodio de manipulación y marionetas?.
Son muchos interrogantes por contestar, y poco el tiempo el que ha transcurrido para poder tener un visión clara al respecto, o dedicarnos a repartir halagos o culpas. Pero eso sí, por nuestra parte podéis estar tranquilos, si de lo que se trata es de construir una alternativa hace ya tiempo que nos dedicamos a ello.