Los propietarios de Valdecañas consideran una buena noticia el auto del TSJEX y dicen que es ‘equilibrado’

Los propietarios del Complejo Isla de Valdecañas consideran “buena noticia y equilibrado” el auto de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), que acuerda la demolición parcial del complejo, mantiene los construido y prohíbe nuevas edificaciones.

En un comunicado el colectivo de empresarios asegura que respeta plenamente las decisiones del tribunal y manifiesta su disposición a llevar adelante las acciones necesarias para cumplir con la resolución judicial y hacer de la Isla de Valdecañas “un ejemplo de convivencia entre las personas y el medio natural”.

Para los propietarios, “la sentencia, que determina la pervivencia del proyecto, es una buena noticia para el medio ambiente, para el desarrollo económico sostenible de la región y para el empleo”. Aunque piensan que habría sido mejor su desarrollo pleno, piensan que el auto “resulta equilibrado y concilia las posiciones de los propietarios, las organizaciones ecologistas y el conjunto de la sociedad extremeña”.

“Es un modelo de biodiversidad”

A su juicio, el proceso judicial nunca ha estado basado en cuestiones medioambientales, sino que se ha tratado en todo momento de cuestiones administrativas. Añade que el desarrollo de la Isla de Valdecañas ha transformado un terreno sin valor ecológico, en parte desierto y en parte un vertedero, en un espacio recuperado “que hoy es un modelo de biodiversidad, con una flora y fauna que antes del desarrollo no existía”.

Por ello entiende que destruir el complejo de Isla Valdecañas habría supuesto “un verdadero ataque a la biodiversidad, además de un considerable problema para la economía de Extremadura y un perjuicio grave para las arcas públicas de la Comunidad Autónoma, especialmente en la actual coyuntura económica”.

En todo caso abogan por “mantener un diálogo abierto” con todos los grupos sociales e instituciones para preservar y mejorar el valor medioambiental de la zona, y asegura que “la experiencia demuestra que es posible, incluso recomendable, la convivencia entre espacios residenciales y espacios naturales”.