La provincia de Badajoz ha registrado 41 de los últimos 50 terremotos en Extremadura, ¿cómo actuar ante ellos?

La provincia de Badajoz ha registrado, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), 41 de los 50 seísmos o pequeños terremotos que se han venido produciendo, desde 2018 hasta este año, fundamentalmente en municipios que se encuentran en el suroeste de la Comunidad Autónoma de Extremadura.

Algunos municipios como Fuente de Cantos, La Lapa, Alconchel y Valverde de Leganés aparecen entre los más nombrados de la lista, mientras que, sin embargo, no aparece en ella Valencia de Mombuey, que es la localidad extremeña con mayor riesgo sísmico, según el Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico en Extremadura (Plasismex).

Entre los municipios de Cáceres donde se han registrado temblores en este período de tiempo están Huélaga, Hinojal, Mata de Alcántara (se han producido 3), Herrera de Alcántara, Salorino, Villa del Campo y Mirabel.

Según este plan, Parte de la Comunidad Autónoma de Extremadura está situada en un área sísmica donde son previsibles sismos de intensidad igual o superior a los de grado VI, por lo que es preceptivo contar con un protocolo de prevención como éste, que fue aprobado por el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura en 2008.

Este plan recoge las directrices con las que se tienen que elaborar los Planes de Actuación Municipal de las localidades con mayor riesgo sísmico o donde existen edificios destinados a viviendas o infraestructuras públicas vulnerables antes los temblores de tierra.

Valencia de Mombuey, el municipio con mayor riesgo sísmico

El único municipio que ha tenido la obligatoriedad de hacer un plan municipal de riesgo sísmico ha sido Valencia de Mombuey por tener una clasificación VII de riesgo, mientras que hay 104 municipios, 95 de ellos en la provincia de Badajoz, y 9 en la de Cáceres con un riesgo igual o superior a VI, a los que se les recomienda tener planes de prevención.

La escala de peligrosidad VII es la más baja de las que se estiman que puede llegar a tener consecuencias sobre las personas y los edificios. Esta escala llega hasta el nivel XII.

Por la vulnerabilidad de sus edificaciones, 60 municipios de Badajoz y 28 de Cáceres tienen la recomendación de contar con un plan de actuación y, en función del daño que los temblores de tierra pueden provocar a edificios destinados a viviendas, son 16 localidades de Badajoz y 3 de Cáceres las que tienen la recomendación, en unos casos, y la obligación, en otros, de realizarlos.

Asimismo, el Plasismex tiene recogidas las instalaciones o elementos públicos vulnerables de especial interés ante un terremoto, como son 8 Centros de Atención Primaria en Badajoz y 2 en Cáceres; 31 consultorios médicos en la provincia pacense y 13 en la cacereña; 4 hogares de mayores en Badajoz y uno en Cáceres, y 15 residencias de mayores en Badajoz y 5 en Cáceres.

Igualmente, tiene recogidas 13 carreteras principales y 28 intercomarcales y, en cuanto a la red ferroviaria, contempla la Línea A8 (Plasencia-Mérida-Sevilla); la Línea R10 (Madrid-Cáceres-Badajoz); la Línea R9 (Ciudad Real-Cabeza de Buey- Badajoz), así como 5 estaciones o apeaderos.

En cuanto a instalaciones industriales con riesgo de accidentes graves en casos de seísmos, el Plasismex recoge las de Gas Extremadura en Olivenza (Badajoz).

El último temblor registrado fue el 5 de agosto de este año, en Burguillos del Cerro, con una intensidad de 2,3 en la escala Richter, mientras que el de mayor intensidad fue el ocurrido en Ribera del Fresno, el 2 de julio del año pasado, con una intensidad de 3,1.

¿Qué debemos hacer ante un terremoto?

Aunque las probabilidades de que se produzca un seísmo con consecuencias en Extremadura son bajas, no está de más saber qué es lo que tenemos que hacer en caso de que ocurra. Las recomendaciones recogidas dentro del Plasismex indican que, si estamos en casa, es recomendable refugiarse debajo de una mesa resistente, de los marcos de las puertas, cerrar el gas y el agua, y no usar los ascensores. En el caso estar en la calle, aconseja separarse de los edificios para evitar caídas de objetos.