Los sanitarios extremeños dispondrán de un botón del pánico para defenderse de agresiones
Los sanitarios extremeños dispondrán de un botón del pánico, que será integrado dentro del sistema informático del Servicio Extremeño de Salud (SES), para alertar al resto del personal del centro ante el riesgo de que puedan ser agredidos y avisar cuanto antes a los cuerpos y fuerzas de seguridad a través de la figura del interlocutor policial sanitario.
Esta medida se contempla en el plan de prevención, actuación y atención a profesionales del Sistema Sanitario Público de Extremadura frente a las agresiones, que ha sido presentado este lunes por el vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, y el director general de Planificación, Formación y Calidad Sanitaria y Sociosanitaria, José Luis Vicente Torrecilla, en un acto en el que se han dado cita representantes también de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
En Extremadura se comunicaron en 2021 un total de 69 agresiones a sanitarios, 49 amenazas verbales y 20 agresiones físicas, de las que siete conllevaron una baja laboral del profesional.
El perfil de la persona agredida, según Vergeles, es el de una mujer de entre 35 y 55 años que trabaja fundamentalmente en el ámbito de la Atención Primaria de Salud y la agresión se suele producir por discrepancia en la atención recibida, mientras que el perfil del agresor es también el de una mujer de entre 40 y 60 años.
Extremadura el año pasado fue la tercera comunidad autónoma que más agresiones médicas registró por cada 1.000 colegiados, con una tasa de 3,6 por 1.000, mientras que la media del país está en 2,2 por 1.000.
Por su parte, José Luis Vicente, a preguntas de los periodistas, ha precisado que hasta noviembre de este año se han comunicado un total de 50 agresiones a sanitarios 10 de ellas físicas.
El perfil del agresor cambia en 2022 y sube claramente la presencia del varón, mientras que el perfil de la persona agredida sigue siendo el de una mujer entre 35 y 55 años, y en un 76% las agresiones se producen en el ámbito de la Atención Primaria.
Dos de cada tres agresiones se producen a médicos y médicas y el 22% del total en 2022 corresponde a personal de enfermería. Las causas tienen que ver con discrepancias por la atención recibida, seguida por discrepancias personales, por el tiempo de atención, por no prescribir lo que se les demanda y por no realizar el informe que se les pide.
En la presentación de este plan, el consejero ha reiterado que esta estrategia, diseñada por la Consejería de Sanidad, el SES y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, busca sobre todo la prevención “con el objetivo de que la confianza presida la relación que se establece entre la persona que necesita ser atendida y el propio en el Sistema Sanitario”, ya que sin esa confianza “no se puede establecer una relación terapéutica”.
Se trata de concienciar a la sociedad de que la violencia contra los sanitarios es “un atentado contra la dignidad de la sociedad” y fomentar los entornos seguros.
Para ello, el plan contempla que los ciudadanos puedan disponer de una información clara de horarios, cartera de servicios que ofrece el centro y de los requisitos para su atención, para “no dar lugar a falsas expectativas y a problemas de información a la hora de utilizar el sistema sanitario”, ha explicado Vergeles.
“Tenemos también que comunicar bien que nuestros ciudadanos y ciudadanas disponen, no solo de hojas de reclamaciones, sino que, a diferencia de otras comunidades autónomas, tienen la figura de la Oficina de la Defensora de los Usuarios del Sistema Sanitario Público de Extremadura”, ha agregado.
También se insistirá en que las reclamaciones, sugerencias y opiniones se contesten por parte de las gerencias de las áreas de salud de la forma más adecuada y más ágil posible, para generar igualmente confianza en el sistema sanitario.
El consejero ha señalado, además, que se trabaja en una clasificación y catalogación de los centros y servicios sanitarios en función del riesgo de las situaciones de agresividad que pueden tener para conocer las medidas a adoptar a la hora de generar esos entornos más seguros.
José María Vergeles ha considerado clave, asimismo, la formación de los sanitarios para que pueden conocer, de la mano de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, los signos de alerta que pueden anteceder a una situación de emergencia.
El plan contempla, asimismo, la instalación de elementos de seguridad pasiva mediante cámaras de vigilancia en aquellos centros que presentan mayor conflictividad, además de dotar del botón del pánico a todos y cada uno de los terminales informáticos del Servicio Extremeño de Salud.
Además, se trabajará en la puesta en marcha de un observatorio con el que se pretende conocer la frecuencia y la tipología de la agresiones que sufren los sanitarios extremeños, así como valorar el riesgo que tienen todos y cada uno de los centros.
Igualmente, el plan recoge la atención al sanitario agredido, para lo que se crea la figura del “profesional guía” que facilitará que sean “acompañados en todo momento desde el punto de vista sanitario, psicológico, laboral y jurídico”, por lo que se les facilitará que, si lo desean, puedan denunciar con al correspondiente asesoría jurídica.
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