“Violencia machista también son nuestros empleos precarios y nuestro miedo a andar solas por la noche”
La desigualdad sigue teniendo rostro de mujer. Las estadísticas muestran que ellas desarrollan trabajos más precarios. Sufren más desempleo y temporalidad. Además de trabajar tienen a su cargo a la familia, y las cargas del hogar no suelen ser compartidas.
Este es el perfil que hace el colectivo Mujeres Sembrando, que advierte que la violencia de género es mucho más que un puñetazo. “Violencia es que ellas tengan miedo de ir solas por la calle de noche, a bajarse del coche cuando están en el garaje comunitario. Cuando se pagan unos salarios de miseria y se fomenta la esclavitud de las mujeres”.
El colectivo nació hace cuatro años como un grupo de apoyo mutuo que busca soluciones ante las desigualdades. Quieren generar el debate ante situaciones de 'esclavitud' cotidianas. “Tenemos compañeras que trabajan a tres euros la hora haciendo labores de limpieza (...) otras que están en la campaña de la aceituna por 20 euros al día. ¿Cómo es posible?”.
Reclaman empleo y una vivienda digna para todas como un derecho. “No nos referimos a las cuatro paredes, sino a todo lo que necesita una mujer para poder vivir con su familia (energía para calentarla en invierno y enfriarla en verano). Una casa que tenga agua, comida y ropa”.
El sitio de las mujeres
Este pasado fin de semana, coincidiendo con el Día Internacional de Eliminación de la Violencia Machista, el colectivo ha inaugurado su nuevo local en Mérida cedido por el ayuntamiento, denominado ‘El Sitio de las Mujeres’.
Exigen a las administraciones políticas que eviten que la comida en buen estado de grandes superficies y lugares de ocio acabe en la basura, cuando pueden repartirse. Piden lo mismo para el mobiliario y electrodomésticos que tan solo necesitan algún arreglo.
También desarrollan un taller para darle una segunda oportunidad a la ropa. Apuestan por la ‘customización’, es decir, el reciclaje de retales para conformar nuevas prendas. Las sobras las donan a otra asociación de Badajoz, La Vereda, que hace trapos para talleres.
“Tenemos que organizarnos”
Animan a todas a unirse y organizarse. “Apostamos por una cooperación entre nosotras mismas. Nos organizamos frente al empobrecimiento y las desigualdades. En nuestro grupo cada cual aporta los conocimientos que tiene al colectivo. Somos empobrecidas, pero somos personas inteligentes, con capacidades. Cuando nos juntamos y nos convertimos en colectivo podemos cubrir nuestras propias necesidades”.
La renta básica
Por otro lado lamentan que, mientras que el pleno empleo en la región es una “utopía lejana”, no se están cubriendo todas las necesidades de las familias y las mujeres. “En Extremadura tenemos una mal llamada renta básica. Sería tan sencillo como que una persona parada de larga duración la tenga ipso facto. No es así, conlleva muchísima burocracia y documentación, visitas de trabajadores sociales a la vivienda y un largo etc”.
Critican las declaraciones que ha realizado el presidente de la patronal extremeña, Javier Peinado, en las que critica la modificación de la Ley de Renta Básica. Afirma que la situación del empleo “ha mejorado notablemente”. Desde Mujeres Sembrando Marisa Prudencio advierte que el empresariado tiene mucha responsabilidad a la hora de garantizar que las personas tengan unos salarios dignos y unas condiciones que les permitan vivir.
“Sus declaraciones están generando un enfrentamiento. Señalar que cuando alguien cobre la renta básica no trabajará es un engaño, está provocando de manera gratuita. Cualquier familia que tenga un empleo no querría estar sobreviviendo con menos de 600 euros para tener cubiertas las necesidades del hogar”.
Defienden que no cabe hablar de utopías imposibles con hacer universal la renta básica cuando la Constitución recoge que todas las personas tienen derecho a la supervivencia, a tener sus necesidades cubiertas y a tener una vivienda digna. “La infancia tiene derecho a vivir, ya desde que nacen las criaturas están pagando impuestos. Si ese niño está generando plusvalía, la sociedad le tiene que garantizar una vida como se merece”.
“Proponemos, al igual que otros colectivos, que hay que cobrar impuestos al campo mecanizado. A las industrias mecanizadas. Hay que cobrar impuestos a los robots, se trata de una lucha de clases. Si hay robots que siembran los ajos, estupendo. Si hay maquinaria que recoge la aceituna, fenomenal. Pero están excluyendo mano de obra y tendrían que tener un impuesto para garantizar que las personas puedan vivir”.