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Cinco años de lucha contra los vertidos de la mayor conservera de Galicia: “Han dejado nuestras playas secas”

Imagen de los vertidos en la Ría de Arousa

Javier H. Rodríguez

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Tras cinco años de denuncias caídas en saco roto, los trabajadores del mar de la ría de Arousa (A Coruña) han dado un gran paso para conseguir que se encuentre al culpable de los vertidos contaminantes que han barrido por completo la producción de almeja y berberecho en algunas de sus mejores zonas de marisqueo. “Hasta 2017, nuestro parque de cultivo producía una media de 50.000 kilos de almeja y berberecho al año. En este ejercicio, todavía no hemos cogido ni uno”, explica José Antonio Yáñez, gerente de uno de los viveros de bivalvos más cercanos a la factoría de Jealsa-Rianxeira, la mayor conservera de Galicia. La empresa, propiedad del exalcalde del Partido Popular de Boiro, Jesús Alonso, acaba de ser denunciada por la Fiscalía de Medio Ambiente por verter residuos no depurados en la ría a la altura del municipio de Boiro.

Ha sido la empresa que regenta José Antonio Yáñez la que ha conseguido que la Fiscalía tome parte en un proceso judicial que los mariscadores y mariscadoras llevan demandando durante años. Pero contra lo que se pudiese imaginar, la iniciativa no ha fructificado desde Galicia, sino que ha nacido en la Fiscalía de Medio Ambiente de España, con sede en Madrid, lugar donde está domiciliada la sociedad que explota uno de los parques de cultivo más afectados. Ha sido la Fiscalía de Medio Ambiente a nivel estatal la que ha obligado a su delegación de A Coruña a tomar parte en la investigación.

“Hemos estado denunciando ininterrumpidamente desde el año 2017 los vertidos contaminantes de Jealsa. Lo hemos hecho innumerables veces a título personal y otras tantas como colectivos profesionales y asociaciones”, explica Xaquín Rubido, presidente de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA). “Los trabajadores del mar nos facilitaron imágenes, vídeos y análisis de agua que ellos mismos tenían y que demostraban el deterioro de la ría. En cuanto fuimos conscientes de la gravedad de la situación, convocamos una reunión con las cofradías, los ayuntamientos de Rianxo y Boiro y, por supuesto, con la empresa para tratar de revertir el problema”, cuenta Rubido. “La respuesta por parte de Jealsa-Rianxeira fue negarlo rotundamente, desde el primer momento hasta hoy. No ofrecieron la más mínima concesión”, añade Rubido.

Los colectivos profesionales y civiles que conforman la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa ya han perdido la cuenta del número de denuncias que han interpuesto en el cuartel de la Guardia Civil. “Nadie nos ha hecho el más mínimo caso. Consellería do Mar, Augas de Galicia, Seprona, la prensa gallega... En privado, todo el mundo sabe y dice lo que hay, pero en los informes oficiales todo son dudas sobre la procedencia de los vertidos”, explica José Antonio Yáñez. “Nosotros en ningún caso queremos perjudicar a la empresa. Sabemos el peso económico que tiene para la comarca y la cantidad de empleo que deja en nuestra comunidad. Ahora bien, no podemos permitir ni que se contamine la ría con impunidad, ni que mariscadores y mariscadoras pierdan su puesto de trabajo por culpa de estos vertidos”, añade Xaquín Rubido. Jealsa-Rianxeira se ha negado a contestar ni una sola pregunta de los periodistas de este diario.

Un problema medioambiental para el futuro

Las piedras de las playas cercanas a la fábrica de Jealsa en la ría de Arousa están pulidas y sin ningún resto de materia orgánica. Donde debería haber algas y bivalvos prendidos, solo hay erosión y un color blanco radiante, como si todas ellas hubiesen sido lavadas a conciencia con productos corrosivos. Bolas de grasa y de sosa cáustica acompañan a las miles de conchas de almeja y berberecho muerto que cubren la arena. “Esta zona ha sido históricamente un banco de marisqueo natural. Nunca ha hecho falta sembrar y mira ahora, el marisco no crece ni cultivándolo”, explica uno de los parquistas –nombre que identifica a los explotadores de parcelas de marisqueo en las Rías Baixas– entrevistados para este reportaje. Tanto ellos como los bateeiros prefieren mantener su anonimato: “Es una empresa genuinamente caciquil. Su capacidad de presión sobre las familias de O Barbanza es tremenda. Quien más y quien menos tiene familia trabajando dentro y no queremos que nadie salga perjudicado por esto”, explica uno de los trabajadores de las bateas, otro de los sectores más afectados.

En estos últimos cuatro años, los bateeiros de la ría de Arousa han sido testigos del deterioro de la calidad de los moluscos: “El mejillón crece muchísimo menos. Tanto la concha como la carne y, además, la mejilla –nombre con el que se designa a las crías– no se agarra bien a las cuerdas de las bateas y tenemos que recolocarlas”, explica otro de los trabajadores de la ría. A los bateeiros el deterioro de las aguas de la ría les ha supuesto un serio problema en dos direcciones. Por un lado producen menos y de menor calidad y, por otro, han tenido que asumir una sobrecarga de trabajo por los déficits de las crías de mejillón a la hora de engancharse a las bateas. Más trabajo por menos dinero.

El problema fundamental de los vertidos tóxicos en las aguas de la ría de Arousa es la interrupción de los ciclos de cría. Las almejas y los berberechos ponen sus huevos en el agua y tienen que pasar alrededor de 15 días hasta que las larvas se consolidan en los arenales de las playas y comienzan a desarrollar sus conchas. “Hemos llegado a tal punto de desgaste del ecosistema que el desove es inexistente. En esas dos semanas en que los huevos del marisco flotan en el mar, si un vertido les pasa por encima, directamente acaba con ellos. Han dejado nuestras playas secas”, explica uno de los parquistas.

Aunque los mariscadores coinciden en que el escenario todavía podría empeorar. El organismo encargado del control de la calidad del medio marino y la aplicación de las disposiciones legales en materia de control técnico-sanitario de los productos del mar es el INTECMAR (Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia). Si a causa de los vertidos el agua de la ría llega a niveles más preocupantes de contaminación, este organismo podría declarar el territorio de marisqueo como zona C, lo que supondría la prohibición absoluta de la extracción de moluscos para su posterior comercialización. “Si nuestros empleos ya están pendiendo de un hilo, si nos declaran zona C, los mariscadores nos iríamos directamente a la ruina”, explica uno de los parquistas.

Pero la contaminación no solo está acabando con la biodiversidad de las aguas de Arousa. En la Confraría de Rianxo ya han sido testigos de cómo algunas mariscadoras a pie sufrían quemaduras e irritaciones de piel después de trabajar en los arenales más cercanos a Jealsa-Rianxeira: “Como en verano las mariscadoras van con las piernas descubiertas sin neopreno, su piel está en contacto directo con el agua. Una de ellas tuvo que ir al centro de salud para que le curasen llagas en las piernas y a otra le pasó lo mismo en las manos”, confirma el patrón mayor de la cofradía, Miguel Iglesias. Otro de los mariscadores que también prefiere mantener su anonimato tardó semanas en asociar las irritaciones que sufría su hija en la piel con la contaminación del agua: “Veía que a mi hija solamente se le enrojecía la piel en la playa que íbamos cercana a la factoría de Jealsa y hasta que no escuché lo que les pasaba a las mariscadoras, no supe asociarlo”.

Todos los veranos desde el año 1994, en Rianxo, municipio lindante con Boiro, se celebra la tradicional Festa da Xouba. Un evento gastronómico en el que vecinos y vecinas disfrutan de los platos tradicionales preparados con sardinas pescadas en las aguas de la ría de Arousa. Pero este verano, 27 años después, la cantidad de xouba -así es como se le llama a la sardina pequeña en gallego- ha sido tan escasa, que el Ayuntamiento ha decidido posponerlo. Los trabajadores del mar que elDiario.es ha entrevistado para este reportaje coinciden en la causa: “Todavía no lo hemos podido demostrar, pero todo apunta a que los vertidos de Jealsa-Rianxeira podrían estar ahuyentando también a los peces”, explica José Antonio Yáñez, gerente del parque de marisqueo que ha hecho saltar las alarmas de la Fiscalía.

El silencio absoluto de los medios gallegos

Pasados cuatro días desde que se hizo pública la denuncia de la Fiscalía de Medio Ambiente contra la conservera Jealsa, ninguno de los grandes medios de comunicación de Galicia ha sacado siquiera una pequeña nota informativa explicando lo sucedido. Tampoco lo ha hecho ni la televisión pública gallega ni su emisora de radio, que han ignorado totalmente lo ocurrido. “No nos sorprende. Este tipo de noticias jamás saldrán publicadas en los medios gallegos tradicionales. Jealsa tiene un gran poder caciquil. Esta empresa da trabajo a mucha gente y también lo quita en función de cómo te posiciones. No lo hemos visto ni en La Voz de Galicia, ni en el Faro de Vigo, ni en la Televisión de Galicia. Ni siquiera en el Diario de Arousa, que es el periódico de la comarca. Son periodistas cautivos de sus propias empresas y empresas cautivas de sus anunciantes. Nunca morderán la mano que les da de comer”, explica Rubido refiriéndose a los contratos publicitarios de Jealsa con la prensa gallega.

Tras 63 años de historia, el grupo empresarial del que forma parte Jealsa-Rianxeira ha conseguido sostener hoy en día unos 4.600 puestos de trabajo. Esa es la cifra oficial que suele dar la empresa en sus comunicados corporativos cuando quiere hace alarde de su aporte a la comarca de O Barbanza. Pero si se escarba en los datos, las últimas cifras públicas de su perfil financiero arrojan otra realidad. En 2019, Jealsa, que es la empresa del grupo ubicada en Boiro, tiene activos 900 empleos, una cifra que se ha ido reduciendo desde el año 2016, cuando la corporación llegó a su pico de empleos. La empresa, que pertenece a Jesús Alonso, exalcalde del PP en Boiro entre el año 1995 y el 2003, comercializa marcas como Rianxeira, Escurís, o Pet Select. Ha sido su relación con Mercadona la que ha hecho que la empresa haya apuntalado su crecimiento en los últimos años. Mediante la producción de atún de la marca blanca de la cadena de Juan Roig, Hacendado, Jealsa ha conseguido ser la conservera gallega que más produce y que más factura de Galicia.

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