Un metro cuadrado de centro comercial para cada tres gallegos
Quien intentase entrar en Compostela el pasado sábado desde la carretera N-634 tuvo que armarse de una importantísima dosis de paciencia. El acceso a la capital de Galicia por la carretera de Lugo se encontraba completamente colapsado de vehículos, lo mismo que buena parte del norte de la ciudad. La causa estaba en el nuevo centro comercial, abierto veinticuatro horas antes con más de 150.000 metros cuadrados de espacio de ventas y reclamos como un nuevo hipermercado o diez salas de cine. Las luces de la nueva gran superficie comercial se vislumbran desde muchos puntos de Santiago, a manera de recordatorio de lo que es una nueva oportunidad para acceder a los productos de conocidas cadenas multinacionales, pero también un motivo de honda preocupación para el sector del pequeño comercio e incluso para el que hasta el momento era el único centro comercial de la ciudad.
Lo que sucede en Santiago no es un hecho aislado. Bien al contrario, todas las ciudades gallegas y también algunas villas medias han visto alterada su vida comercial por la irrupción de uno de estos grandes establecimientos, ya sea con la forma de un único hipermercado o en un espacio de mayores dimensiones. Al calor de los años de bonanza económica el número de estos centros se multiplicó hasta llegar en este 2012, según datos del Anuario Económico que edita La Caixa, a 43 establecimientos que, una vez sumado el dicho centro compostelano, ya ocupan 997.538 metros cuadrados o, lo que es lo mismo, un metro cuadrado de centro comercial por cada tres habitantes de Galicia.
Treinta y seis de las 43 grandes superficies comerciales se sitúan en las provincias atlánticas, 18 en cada una. El registro lo encabezan las ciudades de A Coruña y Vigo, cada una con 9 centros que ocupan 379.127 y 144.247 metros cuadrados, respectivamente. Frente a esta superpoblación de centros en las urbes coruñesa y viguesa el resto de ciudades de Galicia no pasan de los tres centros comerciales, en el caso de Lugo, y la mayoría tienen uno o dos, como Ferrol u Ourense.
La multiplicación de las grandes áreas se produce en un momento especialmente delicado para el pequeño comercio. El sector minorista, ahogado por la crisis y la falta de crédito, pero también por reformas legales como la liberalización total de horarios, ve como la clientela se desplaza desde los centros de las ciudades a los grandes complejos para realizar sus compras de todo tipo de productos, desde alimentación hasta tecnología o ropa. En este contexto se enmarca la progresiva reducción en el número de empresas de comercio minorista. Según datos del Instituto Gallego de Estadística en 2008 operaban en Galicia 35.661 de estas empresas. Tres años más tarde, en 2011 -último dato disponible- eran ya un 7% menos, con más de 2.200 cierres.
Estas cifras se dan en un contexto en el que Galicia se sitúa en los puestos de cabeza de todo el Estado en lo que a número de grandes áreas comerciales se refiere. Sólo Madrid, Andalucía, Valencia, Catalunya y Canarias están por encima de los 43 centros comerciales gallegos mientras que otras autonomías con una economía sensiblemente más dinámica se quedan notablemente por debajo. Este es el caso, por ejemplo, de Euskadi, con 31 centros comerciales que acumulan 20.000 metros cuadrados menos que en Galicia. También tienen menos centros y menos superficie otras autonomías más extensas, como Castilla y León, que cuenta con 32 de estas áreas comerciales y algo más de 560.000 metros cuadrados.